Izquierdistas o derechistas ¿Quiénes son más inteligentes?

Ago 29, 2017

Tanto la gente de izquierda como la gente de derecha suele decir que su contraparte es menos inteligente. Pero ¿tienen razón? y ¿por qué piensan eso?

Izquierdistas o derechistas ¿Quiénes son más inteligentes?

La inteligencia suele utilizarse muchas veces para otorgarse una suerte de superioridad moral.

De esta forma, vemos constantemente decir a la gente de izquierda que la gente de derecha es más estúpida y viceversa. Es común escuchar afirmaciones como las siguientes:

1) La gente de derecha es más tonta porque es religiosa, la gente que es religiosa se aferra a un dogma en vez de buscar el conocimiento por sí misma, esto derivado de su falta de inteligencia.

2) La gente de izquierda es más tonta porque ante su incapacidad para salir adelante por ellos mismos, esperan que el Estado los proteja. Como son poco inteligentes son poco capaces. 

3) La gente de izquierda es tonta porque tiene baja tolerancia a la frustración.

4) La gente de derecha es tonta porque le tiene miedo al cambio. Como son poco inteligentes, prefieren que todo siga igual.

Primero tenemos que decir tanto la gente de izquierda como de derecha tiene conceptos algo distintos de lo que la inteligencia es, y generalmente dicho concepto está sujeto a sus valores políticos: 

Dentro de la izquierda, que busca la igualdad y la equidad, se tiende a pensar que la inteligencia es muy maleable e incluso algunos de ellos suelen tener mucho recelo a la idea de que la inteligencia puede medirse a través del cociente intelectual. Les desagrada la idea de que la inteligencia esté determinada porque eso significaría que no se podría aspirar a crear una sociedad completamente igualitaria. 

En la derecha sucede lo contrario, se tiende a pensar que la inteligencia está más bien determinada por la naturaleza e incluso los más extremos suelen hacer uso de ella para promover el racismo o la discriminación hacia las mayorías. La inteligencia es el argumento para mantener el estado de las cosas. 

La ciencia parece mostrarnos un punto medio entre las dos aseveraciones. La inteligencia sí tiene que ver en parte con la genética pero también existe cierta maleabilidad. Hay quienes nacen más inteligentes que otros, pero los que son menos inteligentes pueden aspirar, al menos, a acortar distancias. 

Pero a pesar de que no conciban a la inteligencia de la misma forma, los dos bandos sí coinciden en su uso para descalificar al oponente. 

Uno de los argumentos es que la gente menos inteligente es más influenciable y por tanto susceptible de ser manipulada, lo cual de alguna forma es cierto. Pero también es cierto que la manipulación o el adoctrinamiento ideológico es algo que es muy patente en ambos espectros ideológicos y no sólo en uno.

Otro argumento es que la gente inteligente es más racional y por tanto es inmune al dogma. Se cree que la gente inteligente es completamente tolerante y abierta a todas las corrientes de pensamiento. Sin embargo esto no siempre sucede así. Como Jonathan Haidt afirma, una persona inteligente puede utilizar sus altas capacidades cognitivas para aferrarse más bien al dogma que defiende y construir argumentos elaborados para combatir a sus opositores. 

En realidad, las posturas políticas tienen poco que ver con la inteligencia y mucho que ver con otros rasgos: la genética predispone, de forma parcial,la orientación política del individuo; pero también influye mucho el contexto (el entorno en el que crece, las experiencias que viva a lo largo de su vida). Como dice el propio Jonathan Haidt, tiene que ver más con el hecho de que unos valoren más unos fundamentos morales que otros. 

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Los estudios que intentan probar alguna relación entre la inteligencia y las posturas políticas suelen contradecirse entre sí. Unos dicen que los liberales son más inteligentes que los conservadores, otros que los inteligentes suelen ubicarse al centro y los menos inteligentes a los extremos, en tanto otros piensan que es a la inversa. No parece existir algo determinante que diga que cierto espectro político sea «más inteligente que el otro». 

Y de hecho, si analizamos los rasgos que los individuos de izquierda o de derecha suelen tener, tienen que ver más bien poco con la inteligencia. Los progresistas suelen ser más creativos y abiertos al cambio en tanto que los conservadores suelen ser más metódicos y ordenados. Ambos perfiles son necesarios en el desarrollo de la especie humana y nada dice que alguno de éstos dos deba quedar rezagado producto de su «inteligencia menor». 

Tratar de argumentar las posturas políticas por medio de su supuesta correlación con el grado de inteligencia tan solo trivializa el debate haciéndolo propenso a incurrir en falacias ad hominem (decir que la opinión del oponente tiene validez porque se cree que la gente de su postura política tiene una inteligencia menor). 

Por lo tanto, apelar a la inteligencia en un debate político es algo absurdo.

Y poco inteligente.