La generación de los Millennials. Ser Esteban Godínez antes que Steve Jobs

Jul 25, 2016

Todos sueñan con ser el nuevo Steve Jobs, pero no se han dado cuenta de que también se necesita mucho esfuerzo y sacrificio al que muy pocos están dispuestos.

Este texto podría desilusionar a algunas personas. Pensé alguna vez si era injusto que las tratara de bajar de su nube desde donde sueñan cuando yo mismo siempre he insistido en no repetir los patrones que todo el mundo repite y en tratar de ser algo diferente a lo común. Pero en realidad mi propósito no es matar los sueños de nadie, sino simplemente contarles con base en mi punto de vista y experiencia cómo son las cosas, o cómo me he dado cuenta que son en realidad, y que para perseguir esos sueños se necesita algo más que soñar.

La generación de los Millennials. Ser Esteban Godínez antes que Steve Jobs

makia.la

Vivimos en una era paradójica, al mismo tiempo que es homogeneizadora te invitan a «pensar fuera de la caja». ¡Sé diferente para que seas igual! La generación de los millennials somos el futuro, somos los que la vamos a romper, somos los que traemos ideas diferentes. Aunque bueno, eso siempre sucede, las nuevas generaciones siempre traen «ideas nuevas y diferentes», ocurrió con los Baby Boomers y con la Generación X. Es un proceso completamente normal cuando hablamos de las nuevas generaciones y así ha sido al menos desde los tiempos de la Ilustración.

Dentro de este contexto, sabemos los millennials son aquellos que dicen que van a salir, van a romper esquemas y van a inventar algo nuevo. Los millennials no son empleados, son emprendedores, traen otro chip. Mark Zuckerberg es un millennial que dejó la universidad para crear Facebook (ni Steve Jobs ni Bill Gates lo eran), hay jóvenes que se han hecho ricos con sus inventos, hay quienes han revolucionado el mundo. Entonces ¡yo soy millennial y lo puedo hacer! Muchos de ellos salen de la universidad con su idea rompedora, se imaginan volviéndose millonarios mientras trabajan desde su casa en pijama inventando ese nuevo invento que va a marcar un parteaguas en la industria.

Cierto, los millennials apuestan cada vez menos a ser «simples empleados», quieren mayor libertad, no quieren jerarquías sino estructuras horizontales. Tiene sentido, una organización burocrática weberiana con horarios estrictos ya no es muy funcional en la era de la información que requiere cada vez más del «músculo intelectual», que a la vez requiere mayor flexibilidad para poder desempeñarse de mejor forma. Las necesidades de la sociedad van por ese sentido, las clases medias realizan trabajos cada vez más especializados en vez de trabajos monótonos y repetitivos que están siendo reemplazando por robots o mecanismos más automatizados.

Otra cosa es pensar que ser millennial te hace ser algo especial. No, no lo eres, y si lo eres no es porque seas un millennial. Y no, tampoco vas a cambiar el mundo con tan solo soñar. Cuando se trata de hablar de aquellos que siguieron sus sueños, la mass media se enfoca más en su carácter irruptivo, en lo que los hizo diferentes a los demás, más que en todo el esfuerzo que debieron emplear y en aquello que los hace iguales a los demás. Hablan del esfuerzo sólo cuando está relacionado con su «irrupción» y no tanto de la disciplina o la rutina diaria de estos personajes que son modelos para muchos.

Por eso entiendo que te imagines cambiando el mundo en pijamas. Como si se tratara tan solo de «inventar algo nuevo» y pelearte con todos los que no creen en tu idea y no entienden que eres especial para ¡vualá!

Pero así no funciona el mundo.

El genio es 1% inspiración y 99% transpiración – Thomas Alva Edison

Primero hay que entender el contexto. Ni México ni todos los países latinoamericanos tienen un mercado dinámico como el estadounidense. Eso hace más difícil de inicio el surgimiento de «entrepreneurs genio». A pesar de algunos esfuerzos por crear una comunidad de innovadores de tecnología de punta (como sucede en Guadalajara), estamos todavía en pañales.

La realidad es que para crear un proyecto irruptivo, se necesitan adquirir muchas habilidades. Cuando sales de la universidad la realidad es que no sabes nada, lo que aprendiste allá dentro posiblemente sea valioso porque son las bases de tu profesión, pero al mismo tiempo es minúsculo en comparación con todo lo que vas a aprender en el mercado laboral. Entonces, si quieres romperla, primero tienes que aprender «cómo romperla».

Existirán algunos «genios» como Bill Gates que casi no trabajaron en algún otro lado antes de comenzar con su proyecto (otros como Steve Jobs sí lo hicieron). Pero vaya, el genio que se salió de la universidad para emprender su negocio es un caso demasiado excepcional. Es la excepción, no la regla. Por ejemplo, el guitarrista de Nirvana, Kurt Cobain, no era ni de lejos el mejor guitarrista de la historia y se convirtió en una leyenda. Muchísimas personas tocan mucho mejor que él en su recámara y no trascienden, menos lo van a hacer si no se preocupan mucho por su técnica como ocurrió con Kurt. Y la realidad es que si quieres tener una banda que trascienda, lo más probable es que te debas preocupar por refinar tu técnica en vez de esperar a tener demasiada suerte como Cobain.

Dentro de esa misma tesitura, entonces tienes que entender que vas a tener que aprender a trabajar. Si quieres crear un negocio o proyecto propio, necesitas adquirir habilidades que sólo vas a poder adquirir dentro de un trabajo.

The Huffington Post

The Huffington Post

Y cuando de esto se trata, muchos caen en el error de buscar un trabajo bien pagado en vez de uno donde puedan aprender. Muy posiblemente al salir de tu carrera sigas viviendo con tus padres y ellos sigan financiando varios de los recursos que necesitas: comida, ropa y tal vez hasta gasolina. Entonces ganar mucho no es prioritario, aprender a trabajar sí.

Porque la realidad es que necesitas adquirir disciplina de trabajo (lo cual una empresa te puede dar) porque ser autodisciplinado es todavía mucho más costoso, crear un horario o agenda sin que alguien te lo imponga, es sumamente difícil. Necesitarás aprender a lidiar con tu jefe y tus compañeros (lidiar con socios y colegas es todavía más difícil). Necesitarás además aprender sobre la industria donde «la quieres romper», trabajar en ese ramo naturalmente te dará mayor experiencia.

Ya cuando hayas adquirido las habilidades necesarias dentro de tu trabajo, puedes pensar en crear tu proyecto. Posiblemente dejes tu empleo o te decidas por alternar horas (lo cual suena más sensato a menos de que hayas ahorrado lo suficiente para emanciparte por completo del mundo godínez).

Ya estás fuera, ya tienes en tu mente tu proyecto innovador. ¿Ahora qué?

El inicio va a ser muy diferente al que pensabas. Porque no sólo se trata de soñar, sino de ejecutar ese sueño, que es lo que hace que muchos ilusos se rindan y regresen al mundo godínez.

Necesitarás conocer gente que haya recorrido de alguna forma el camino que tú quieres recorrer, necesitarás un mentor. Muchos de los «genios» que admiras tuvieron alguno.

Muy posiblemente no tendrás vida social. Vas a estar tan ocupado en tu proyecto, que eso de las fiestas, saliditas o ligues, va a ser algo muy esporádico. A veces ni siquiera tendrás tiempo de publicar en Facebook que estás en una relación con tu mano izquierda.

Vas a tener que trabajar duro, mucho más duro que en tu pasado empleo godínez. Vas a tener que aprender a relacionarte, necesitarás conocer a gente de tu ramo, hacer networking, establecer relaciones estratégicas. Vas a tener que topar con pared una y otra vez. La mayoría de las puertas que toques se te cerrarán y te las restregarán en tu cara. Muchos no creerán en tu proyecto (posiblemente ni tu familia), perderás algunos amigos, unos por falta de tiempo, otros por conflictos, algunos relacionados con tu proyecto. Habrán momentos de infinita frustración, sentirás que el mundo se te viene encima. Y sólo es el principio.

Ah, y tendrás que hacer mucha talacha, al menos hasta que tengas la experiencia y capacidad económica de delegar esas responsabilidades. Es decir, tu mayor tiempo no lo gastarás soñando, sino llevando a cabo tareas repetitivas. Pregúntaselo a Steve Jobs. Él, junto con Wozniak, hacían mucha talacha al armar las computadoras una y otra vez, empaquetarlas, llevarlas en automóvil, pegar etiquetas, abrir, cerrar. Te tendrás que levantar muy temprano y dormirte a deshoras para terminar de hacer estos trabajos.

Despertar, abrir, cerrar, llevar la contabilidad, levantar el auricular del teléfono, colgar, comer, pagar, comprar, cargar, levantar, escribir, dormir.
Despertar, abrir, cerrar, llevar la contabilidad, levantar el auricular del teléfono, colgar, comer, pagar, comprar, cargar, levantar, escribir, dormir.
Despertar, abrir, cerrar, llevar la contabilidad, levantar el auricular del teléfono, colgar, comer, pagar, comprar, cargar, levantar, escribir, dormir.

Y sólo soñar de forma muy esporádica…

Entonces te darás cuenta que ésto no se trataba de soñar tu proyecto en pijamas sentado frente a tu Mac mientras ves memes y videos de Youtube.

Se trataba de «pegarle duro», de esforzarte hasta el cansancio, al punto en que estarás a punto de abandonarlo y dejarlo todo una y otra vez.

Y aún así no será garantía alguna, aparte de esfuerzo y decisiones bien tomadas, necesitarás un poco de suerte. Porque como expuso Malcolm Gladwell en su libro Outliers, los triunfadores requirieron también algo de suerte, que ciertos eventos ocurrieran y que el entorno fuera favorable. Por ejemplo, en su libro menciona que no es casualidad que estos genios del oeste de Estados Unidos hayan nacido casi en el mismo año, por ejemplo, Bill Gates o Steve Jobs (ambos de 1955), para que después no surgiera alguno durante un periodo prolongado de tiempo hasta la nueva generación como la de Mark Zuckerberg, Google y Youtube.

No es que no haya surgido gente con el talento de Jobs en ese periodo prolongado de «ausencia de genios». Ello se debió al comportamiento de la industria de la computación. Jobs, Gates, Bezos y Zuckerberg nacieron en la fecha indicada para que su edad de mayor capacidad creativa, coincidiera con ciertos cambios en el ramo en que se desempeñaban.

Entonces te tendrás que quitar esa aura de que eres especial, y que como eres especial, entonces vas a triunfar. Olvídate de ser arrogante, de que puedes tratar mal a tus cercanos, a tus socios, o a tus nuevos empleados porque traes una idea bien chingona que muy posiblemente ni hayas estructurado bien.

The simpsons / FOX

No, no estoy sugiriendo que mates tus sueños. Te estoy contando cómo es todo esto en realidad.

De hecho, se entiende por completo que sueñes, porque necesitarás hacerlo y mucho para poder soportar psicológicamente todo el desgaste, toda la chinga, todas las críticas, todas las puertas restregadas en tu cara, todos los fines de semana sin salir, toda la talacha. Sólo soñando y teniendo tu meta muy clara podrás permitirte hacer todo eso.

Y aún haciendo todo esto, no tendrás nada seguro. No hay fórmulas mágicas, tú tendrás que encontrar la fórmula por ti mismo.

Así que quítate la pijama, métete a bañar y vístete decentemente porque vas a tener que trabajar todo el día.