Ya no eres religioso. ¿Y ahora qué?

Mar 25, 2016

Hoy acompañé a mis padres a hacer el Viacrucis al templo de Santa Rita. Hace bastantes meses que no me paraba en uno porque, aunque fui educado con los preceptos de la Iglesia Católica, no soy muy religioso, ni lo he sido desde ese momento en la adolescencia que mis padres me dejaron de obligar a ir a Misa.

Ya no eres religioso. ¿Y ahora qué?

Y como son muy escasas las veces que voy al templo a acompañar a mi familia (Semana Santa, Navidad, y creo que ya), posiblemente me sea más fácil ver los contrastes y los cambios demográficos. Uno me llamó mucho la atención fue la ausencia casi total de personas jóvenes (18 a 35 años) en esa festividad, apenas algunos que acompañaban a sus padres (como yo lo hacía); pero no pude ver, por ejemplo, una sola pareja de novios que fuera por propia cuenta a esa festividad. No es que eso me parezca bueno o malo, simplemente es una muestra del proceso de secularización que se vive en la sociedad. Posiblemente, cuando esta generación de jóvenes envejezca y tenga entre 50 y 70 años de edad, veremos templos vacíos como ocurre en Europa.

Es cierto, en Navidad hay más jóvenes (aunque nunca son mayoría), porque generalmente la gente va a Misa en familia. Los padres van con los hijos, va la novia del hijo, o de la hija, y muchas veces van antes o después de haberse juntado con la familia (ya sea nuclear o extensa). De la misma forma que los jóvenes están cada vez más ausentes, cada vez menos gente ayuna en Viernes Santo, o se abstiene de comer carne. Estas prácticas que antes eran regla y norma en la sociedad mexicana, parecen tomar tintes más bien folclóricos.

Aunque todavía sea una considerable mayoría, lo cierto es que cada vez la vida de menos personas gira ante la existencia de un Dios y la esperanza de llegar al cielo. Por tanto, su conjunto de normas, valores y principios está menos apegado a la religión. Que no me parece que sea necesariamente bueno o malo, no creo que la gente tenga que ser religiosa para llevar una vida recta y plena, ni tampoco que la «liberación de las garras de la religión» se traduzca en algo necesariamente en algo bueno para el individuo.

 

Pero la pregunta queda en el aire. Si la gente está dejando de ser religiosa, ¿lo deja de ser a cambio de qué?

La religión de alguna forma es buena para la psique. Quienes son religiosos, no sólo lo son porque crean en algo o alguien, sino que son parte de una comunidad y comparten una forma de pensar con sus semejantes. Aparte, la religión sirve como contención emocional ante los momentos difíciles de la vida. Por un decir, pensar que un Dios nos ayudará en el momento de la enfermedad, que la Virgen intercederá por nosotros cuando estamos desesperados por buscar trabajo.

No practicar la religión no es algo fácil. Mucha gente, al abandonar la fe que profesaba (o que le inculcaron), cree haberse liberado de las garras del «dogma religioso» y que puede hacer lo que quiera. – Ya nadie me puede decir que debo de ser casto hasta el matrimonio, entonces voy a tener sexo con cuanta persona se me pare enfrente, y voy a cometer todos los pecados capitales una y otra vez; al cabo nadie me puede decir que son malos. 

Porque básicamente dejar la religión, es como dejar un empleo para trabajar por propia cuenta. Ya no tienes horarios fijos ni normas que cumplir, pero entonces, tienes que aprender a ser muy auto-disciplinado y «auto-imponerte» tus propias normas, lo cual puede ser más difícil, y si no lo haces, puedes terminar en la perdición.

moral

Pienso entonces, que si la gente deja de ser religiosa, y lo hace porque no concuerda con dogmas absolutistas, o bien, piensa que mucho de lo que ahí es falso, entonces debería de buscar un orden de valores y principios con los cuales pueda tener un modo de vida digno y armónico. Posiblemente el otrora religioso se deshaga de algunas normas morales, pero conserve otras que considere necesarias, porque ha percatado que son útiles.

Así, podemos llegar a la conclusión, de que crearse un orden de valores no es una tarea sencilla. No se trata de adoptarlos a conveniencia (relativismo moral), por el contrario, se necesita mucha sabiduría y criterio para poder determinar bien cuales son y en que consisten. La religión funciona, en parte, porque dentro de ella el individuo no tiene la necesidad de hacer ese difícil ejercicio, sino que se tiene que limitar a obedecer las normas propias de la religión que profesa.

Pero muchos de los «no católicos», o católicos (o quienes como yo, creemos en la existencia de un Dios, más no en la religión institucional como tal) que han decidido profesar la religión bajo «su propia onda», no hacen dicho ejercicio y creen que todo debe de estar permitido, que cualquier «auto-restricción» es una forma de coartar la libertad. También consideran «represivo» el educar a los niños y disciplinarlos. Creyeron que al darse cuenta que a los niños no había que pegarles, había que irse al otro extremo. Había que dejar de ser padres, para ser «amigos de los niños», infantes que crecieron sin referencia paterna o materna alguna, para que de esta forma terminen siendo más manipulables y maleables (desde los medios de comunicación, hasta el narcotráfico).

El ser humano necesita armonía y equilibrio para vivir una vida plena. El exceso de lujuria, de ocio, la falta de disciplina y respeto a los semejantes, rompen con dicho equilibrio. Pongo un ejemplo. Llegas a la conclusión de que las relaciones sexuales extra-maritales no deben de ser prohibidas por x o y razón. Entonces, o decides tener relaciones sexuales con tu novia, asumiendo que en el acto tienes una responsabilidad (tienes que protegerte, y en caso de que la llegaras a embarazar, tienes que responder), o bien, el sexo se vuelve para ti un problema, buscas constantemente mujeres con las cuales acostarte (exponiéndote a enfermedades de transmisión venérea).

Otro ejemplo. imagina que estás a favor de la adopción por parejas gays, o clamas que todos puedan adoptar sin importar el contexto porque es un derecho, o bien, crees que deben ser psicológicamente aptos para poder educar a un niño (cosa que de igual forma debería aplicar con heterosexuales que quieran adoptar) Son dos formas muy diferentes de abordar una situación que ya no está supeditada a un orden moral religioso, pero en cambio necesitarás mucha disciplina y sabiduría. Distintas personas pueden llegar a diversas conclusiones (alguno dirá que cree que los gays no pueden adoptar, otros que sí) y esos debates deberían ayudarte mucho para que logres ser crítico y pongas a juicio tus propios principios. ¿O acaso no estábamos hablando de dejar de seguir dogmas?

Es decir, cada «libertad ganada» conlleva una responsabilidad. Ponte a pensar, si esas normas morales rígidas han existido por mucho tiempo (aunque ahora puedan ser arcaicas y obsoletas, o con el tiempo se comprobó que eran erróneas), estuvieron ahí por alguna razón.

Por otro lado, no ser religioso implica que ese mismo criterio con el que has criticado los dogmas religiosos, debería ser usado también con cualquier corriente de pensamiento. Hay quienes critican el «dogma religioso» por ser dogma, pero a la vez aceptan sin chistar, por un ejemplo, la opinión de «los expertos de la ONU». Si los especialistas en la teoría de género dicen que hay que escribir «txdxs» en vez de «todos» para no ser misógino, entonces debo de hacerlo «porque es lo que se usa», sin siquiera molestarme en buscar cómo es que llegaron a esa conclusión. O por ejemplo, estar a favor del aborto (algo a lo que en lo personal, me opongo, mientras no se criminalice a la mujer) porque es la onda, y porque algún «experto» consideró que el bebé es parte del cuerpo de la mujer y es «un derecho» sin antes cuestionar por qué.

Es decir, el no religioso debe de aprender a colocar todas «esas nuevas ondas» bajo el mismo escrutinio, para posteriormente aceptarlas o rechazarlas después de haberlas razonado. El no religioso tiene que ser crítico consigo mismo, y analizar si su escala de valores realmente funciona. Como el no religioso no tiene ni una tabla con los diez mandamientos ni una lista de pecados capitales, entonces debe de cultivarse, y ser muy crítico. No serlo es más bien muy complicado, necesitas tener más entereza mental porque eres más proclive a caer en crisis existenciales (sobre todo al principio), como ya dije, necesitas buscar toda esa sabiduría que no te está dada, y necesitas sobre todo, auto-disciplina, aprender moderar tus impulsos y a postergar los deseos instintivos.