Así que esperas el Buen Fin ansioso, entonces primero deberías leer esto

Nov 11, 2015

Amigo, te voy a contar como son las cosas para ponerte en contexto.

Las empresas son creadas para generar dinero. Si tú abres un negocio propio, lo haces pensando en el dinero. Sí, tal vez pienses que lo haces porque quieres trascender y sentirte feliz haciendo lo que te gusta, pero sabes que si no te genera billetes, lo dejarás de hacer, porque necesitas esos billetes para vivir ¿no?

Bueno, entonces las empresas grandes donde compras productos y servicios buscan ganar una utilidad cuando te ofrecen su producto por medio de un intercambio. Tú y yo sabemos que si actuáramos por medio de la razón, seríamos más inteligentes a la hora de hacer las compras, pero lo que las empresas quieren es que gastes y gastes más. Por más compulsivo seas a la hora de comprar, mejor cliente eres para determinada empresa.

Así que esperas el Buen Fin ansioso, deberías primero leer esto

Vamos entendiendo como va la cosa. Bueno, para explicarlo mejor, las empresas contratan gente especializada para hacer que pagues más y más por lo que sea: Mercadólogos, psicólogos y hasta antropólogos. Por ejemplo, las tiendas de supermercado están distribuidas de tal forma que aumente la posibilidad de que gastes el mayor dinero posible. Los productos básicos (carne, leche) están hasta al final para que recorras el mayor número de anaqueles y compres cualquier chuchería que te encuentres. Las revistas y los cigarros se colocan en la caja, porque mientras esperas a ser atendido puede que te llame la portada del TvNotas y compres la revista. Básicamente eres una ratón de laboratorio de Skinner al cual le dan incentivos para que compre.

Es más, ¿Te has preguntado por qué los cines casi siempre están en el último piso del centro comercial? Bueno, creo que con lo que te conté, ya lo puedes deducir.

Entonces entendemos que a cualquier persona o empresa con fines de lucro que quiere venderte algo no le interesa que seas un consumidor racional y realices compras inteligentes. Puede que a los seminaristas de finanzas personales les interese, pero al final del día también usan este tipo de artimañas para venderte sus cursos:

Asiste al seminario «Cómo ser un consumidor inteligente». Si compras tu boleto antes del 10 de Marzo, sólo te costará $999,90. Después de esa fecha, el costo será de $1099.90 ¡Aprovecha y aprende a usar tu dinero! ¡Hazlo por ti y tu familia, no les falles!

El Buen Fin lo ha promovido el Gobierno con el argumento de fortalecer el mercado interno incitando a la gente a comprar y así poner una mayor cantidad de dinero en circulación. En realidad es una estupidez.

Las empresas no te van a regalar nada, y si pareciera que lo hacen, es porque van a obtener algo a cambio que al final se traduzca en una mayor utilidad para ellos. Si las empresas bajan los precios de un producto, se debe a la competencia (buscan una ecuación donde les compren más que a los competidores bajando el precio sólo lo necesario), porque quieren deshacerse de inventario, o porque quieren crear lealtad (te venden un producto a un precio más bajo, esperando que consumas posteriormente en el mismo lugar).

Las empresas no van a bajar los precios nada más porque sí, no te van a regalar nada ¿O tú le regalarías algo algún desconocido sin ninguna razón?

Y como se promueve el Buen Fin como, valga la redundancia, un fin de semana de descuentos, entonces las empresas solamente te van a ofrecer descuentos si obtienen algo a cambio (deshacerse de inventario, generar lealtad, vender a un costo más bajo para ganar por volumen), o bien, van a hacer como que bajan los precios. Es decir, los días previos subirán el precio de algún determinado producto (de lo que naturalmente no te vas a dar cuenta) para luego «bajarlo» al precio normal.

Buen Fin, consumismo

Si bien te puedes encontrar algunos descuentos reales, los que valen la pena serán pocos. Si de verdad quieres aprovechar el Buen Fin, deberías haber planeado con días (o semanas) de antelación tus compras, comparando precios en varios establecimientos y analizando su comportamiento hasta llegados los días de las ofertas para dar con precios reales. Pero eso nadie lo hace.

Como la gente es irracional (y eso, los expertos que diseñan las estrategias de precios lo saben) entonces las tiendas hacen como que ponen todo en promoción. El consumidor promedio entra a las tiendas y ve cualquier cantidad de etiquetas ofreciendo descuentos. entonces asume que todo tiene descuento, y por lo tanto cree que sería estúpido desaprovechar el Buen Fin. Pero en realidad la mayoría de esos descuentos no son reales.

A todo esto hay que sumarle que nuestro mercado no es muy dinámico y está más monopolizado que el de Estados Unidos. Eso explica en parte que en el Black Friday sea más fácil encontrar descuentos que valgan la pena que en el Buen Fin.

Y las empresas saben que los consumidores pueden comprar cualquier chuchería que «tiene promoción» nada más porque tiene promoción.

Y los que dicen que aprovecharon los descuentos pueden llegar a endeudarse por pagar esas mensualidades «facilitas» que les ofrecieron, o pueden gastar todo su aguinaldo que su empleador le adelantó para llegar a navidad sin un clavo. ¡Pero tenía descuento!

Lo curioso es que cuando es «Buen Fin» no puedo salir a la calle porque el tráfico es insoportable, algunos incluso se muestran torpes al conducir por la ansiedad de llegar al establecimiento para encontrar promociones, que según ellos, nunca se repetirán.

Las empresas en realidad no tienen la culpa (aunque a veces algunas prácticas sí deberían ser sancionadas por las instituciones correspondientes), por naturaleza siempre buscarán ganar dinero. El problema es que los clientes no saben ser racionales al consumir, no piensan bien, no analizan. Porque el que piensa está en ventaja sobre el que no. Y en realidad no se trata de aprender bien las «artimañas» de las empresas, se trata de ser inteligentes al adquirir productos, se trata de comprar lo que se necesita y no por mero impulso.

Así que si estás preparando tu billetera para el Buen Fin, piénsalo dos veces. No vaya a ser que en una de esas…