Necesitamos personas que se estresen

Ago 16, 2015

Una vez platicaba con un psiquiatra muy reconocido de mi ciudad, él me comentaba que existen dos tipos de estrés: uno benéfico y otro perjudicial. La diferencia entre estos dos es la intensidad. Mientras que con el primero el individuo busca soluciones para solucionar las carencias que le generan estrés, con el segundo el individuo se paraliza por el agobio y termina en un estado de inacción. La ausencia total de estrés, más que ser un estado ideal, también es perjudicial. Lo ideal para el ser humano es tener dosis moderadas de estrés de tal forma que esto lo motive a satisfacer sus necesidades, en realidad el estrés benigno es el punto de equilibrio y no su total ausencia.

Necesitamos personas que se estresen

¿Qué voy a estudiar? ¿Qué tengo que hacer para solventar mis gastos y poder mantener a una familia? ¿Debería estudiar una maestría y especializarme? ¿Debería de buscar otro trabajo? Si quiero conquistar a alguna persona ¿Qué tengo que hacer? ¿Tengo que mejorar mi apariencia? ¿Debo tener un mejor concepto de mí mismo? ¿Y qué tengo que hacer para tenerlo? Mis ingresos no son suficientes ¿Será buena idea arriesgarme y poner un negocio?

Muchas de esas preguntas estresan al individuo, éste desearía que dichos cuestionamientos no existieran; pero en realidad tienen una función, y es que el ser humano por naturaleza necesita adaptarse a su entorno para satisfacer sus necesidades (las cuales crecen conforme se han satisfecho las originales) y eso conlleva un esfuerzo, el ser humano constantemente tiene carencias que necesita satisfacer y eso genera estrés. El estrés tiene la función de poner la mente del individuo en estado de alerta de forma que tome decisiones para poder satisfacer dichas necesidades.

Muchos de los negocios que los papás ricos les ponen a los juniors no funcionan porque éstos últimos al tener sus necesidades completamente  resueltas (gracias a papá) no tienen las carencias suficientes que se traduzcan en el ímpetu necesario para arrancar su negocio.

Cuando uno sube a cierto piso de algún edificio, al admirar el skyline de la ciudad puede admirar también, valga la redundancia, el resultado de procesos donde el estrés estuvo incluido. Mucho de lo que vemos (si no es que todo) enfrente de nuestras narices es una respuesta para solucionar una carencia. Un edificio posiblemente se construyó porque una empresa ya no tenía espacio para colocar a sus empleados, lo cual generaba estrés a los directivos. Las calles se construyeron en respuesta a la necesidad que tienen los individuos para transportarse, una tienda se abrió porque el padre de familia necesitaba generar ingresos para poder mandar a los hijos a la escuela. Todos ellos en algún momento se sintieron angustiados, algunos posiblemente no pudieron conciliar el sueño, y todo eso es la respuesta a ello.

Lo que acostumbramos a llamar éxito (en sus diversas acepciones) está compuesto por cimientos que representan el fracaso y la angustia. No es falso cuando dicen que para triunfar hay que fracasar varias veces. Para satisfacer necesidades, se deben experimentar diversas alternativas hasta dar con aquella que logre cumplir el cometido, las demás (que llamamos fracasos) no terminarán completamente desechadas, sino que le darán mayor sabiduría a la persona para que poco a poco aprenda a tomar decisiones más prudentes e inteligentes.

Quienes dan «todo» a sus hijos los inutilizan. Las élites, acostumbradas a despilfarrar dinero para que los hijos tengan una vida abundante, vuelven a sus hijos inútiles, o bien, se corrompen como una forma de poder mantener su posición social (algunos entran a la política para echarla a perder, porque no tienen noción alguna de las necesidades de la gente trabajadora). También los gobiernos que «mantienen» a la gente a través del asistencialismo hacen lo mismo, inutilizan a las personas porque ya no tienen la necesidad de progresar mientras voten por el partido al cual puedan estirarle la mano. Cirta parte de la pobreza y la desigualdad en México (cuyas causas tienen un carácter multidimensional) tiene que ver con ese fenómeno. Tenemos que dejar que la gente se estrese y que por sí misma satisfaga sus necesidades. Ese tipo de estrés es el que orilla a la gente a plantear soluciones y a innovar.