Piojo mata Osorio Chong, o como hacer que la sociedad olvide

Jul 27, 2015

Hay dos formas de evitar que la información importante no llegue a las personas, censurándola explícitamente, o bien, saturando al receptor de información de tal forma que se confunda y no sepa a que dar prioridad. Tal vez sea casualidad y no se trate del todo de una estrategia deliberada (aunque en algunos aspectos sí lo pueda parecer). Es curioso que un tema pueda adquirir relevancia en exceso para luego terminar desapercibido:

chapiojong

Hace dos semanas se hablaba insistentemente sobre la fuga del Chapo, en Twitter pedían fervientemente la renuncia de Osorio Chong (y algunos hasta del mandatario). En esa turbulencia ocurrieron cosas casi igual (o más) de importantes que la fuga del Chapo Guzmán, como la empresa del cuñado de Salinas adquiriendo zonas petroleras en la ronda cero (mientras que las empresas extranjeras desdeñaban al gobierno). Se habló mucho del Chapo Guzmán pero «eso mucho fue poco», la mayor parte de la conversación estaba compuesta por memes, chistes o bromas. – Se escapó el Chapo, qué ineptos los del gobierno, tal vez fueron ellos, hubo una conspiración de no sé que -Y ahí acababa el relato.

Y de pronto la conversación es la agresión de Miguel Herrera (un enfermo mental) a Christian Martinoli (un cronista simpaticón de medio pelo); todo lo demás se olvidó, pasó de moda, dejó de ser trendy para que en conjunto, discutamos (ya no, la semifinal arreglada, la cual inclusive parecería quedar en un segundo plano) la agresión del Piojo ¿Debe de irse? ¿Martinoli lo debería de demandar? Lo demás queda atrás, las noticias son fortuitas y tienen un breve impacto, que si el dólar, que si el gobierno hizo esto.

Luego no sólo es nuestra forma tan fácil de dejar unas cosas por otras, sino el criterio utilizado para seleccionar cuales son las noticias más importantes. Temas que deberían ser irrelevantes como el que a Peña se le caiga un pastel (por más que sea chusco y parezca auto-analogía sigue siendo irrelevante) o si Peña está teniendo problemas con su esposa (más digno de una revista de chismes), porque es divertido ver como al «enemigo público nº 1» lo ignoran y lo barren con la mirada ante los reyes españoles.

Es más, Peña Nieto podría exponer de más sus constantes pifias y errores para que la gente se quede concentrada en ellos y los replique en forma de memes mientras diseña políticas públicas populares e incluso adversas al interés de la nación. Mucha gente cree que está preocupada por el quehacer político del país nada más por compartir, retuitear o dar un simple «me gusta» a alguna caricaturización del Presidente. El individuo promedio se ríe, hace el ejercicio como terapia para sacar su indignación, mientras no pasa nada nunca y todo se convierte en un círculo vicioso.

Posiblemente no sería tan necesario llegar al extremo de censurar la información que se emite, a veces basta con confundir al receptor.