El final de Lagrimita

Mar 6, 2015

En política quienes salen perdiendo son los que no saben de política y quienes no tienen experiencia en ella. Los políticos conocen los juegos de poder, saben tejer relaciones, saben manejar intereses, porque es lo que siempre han hecho, y es lo que mejor saben hacer. Cuando una persona que no tiene relación con la política entra indirectamente a participar en ella, es quien tiene mayores posibilidades de perder. Y eso es lo que pasará con Lagrimita, cuya carrera, después de este penoso show, sufrirá un duro golpe.

El final de Lagrimita

Creo que ahora ya queda claro que la candidatura de Lagrimita es una estrategia del PRI para golpetear a su opositor Enrique Alfaro en Guadalajara. Todos incurren en esas prácticas, los priístas, el mismo Enrique Alfaro (sobre todo en redes sociales). Y si el PRI invitó a Lagrimita (quien es muy amigo de Eruviel Ávila) naturalmente preferirá que quien salga más afectado sea Lagrimita a que sean ellos mismos. Ellos tienen la experiencia, se saben las mañas, saben como jugar. Lagrimita no.

La estrategia del PRI no fue lo suficientemente buena al punto en que todavía no ha arrancado la campaña y Lagrimita ha quedado evidenciado. El payaso ha hecho lo posible por denostar a Enrique Alfaro, lo cual más que perjudicar a éste último, sólo ha evidenciado para quien trabaja. Los tricolores lamentará que esta estrategia no haya resultado como ellos querían, pero nada más. La gente los criticará (en especial aquellos que de todos modos no hubieran votado por el PRI) y éste asunto pasará como una anécdota. Porque hablamos de un partido político, y porque su imagen (y de alguna forma la de toda la partidocracia) está relacionada con términos como corrupción, simulación e intereses. La gente no se sorprende con esas prácticas, o a veces los políticos las saben camuflajear bien para que la gente no se de cuenta de ellas (como Movimiento Ciudadano quienes han sido más acertivos en el golpeteo).

En cambio Lagrimita es un payaso, quien se supone, lleva alegría a los niños. Como tal, se espera que ese payaso tenga cierto grado de honestidad y rectitud. ¿Qué pensará la gente de un payaso que se prestó a juegos políticos? ¿Qué pensarán de un payaso que le entró a los juegos sucios de la «gente grande»? ¿Qué pensarán de un payaso, que se postuló con la bandera hipócrita de la ciudadanía para servir a otros intereses?

Que un político sea corrupto es algo que no sorprende a nadie. Un político corrupto puede ser protegido por los suyos y no le pasará nada, por el contrario la balanza se inclinará a su favor. Lagrimita nos sorprendió a todos para mal. nadie puede proteger a Lagrimita porque su reputación está estrechamente relacionada con quienes le siguen. Y no sé si a un padre su familia le encante la idea de que su hijo admire a un payaso que le mintió a la gente con el fin de obtener algo a cambio.

¡Qué barato te vendiste Lagrimita! Tú serás el perdedor en estas elecciones.