El 14 de febrero, el amor y una daga en el pecho

Feb 11, 2015

A todos los enamorados, los desenamorados, los apáticos y los caídos en la friendzone:

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No, nada divide más a la sociedad que el 14 de febrero. No hay fecha más polarizante. Nos dividimos en tres entes completamente diferentes y opuestos: A los que les llegó el amor, los que ven esa fecha como un episodio de amargura y un tercer ente minoritario que consiste en personas a las que realmente no les importa, o están pensando en como hacer negocio con la fecha. Un día creado por las corporaciones se convierte en una prueba donde el individuo se da cuenta si sus genes le alcanzan como para ser atractivo con el sexo opuesto.

Todavía es invierno, aunque el 14 de febrero con tanta florecita y tantos detalles coloridos se antoja como un capricho de la primavera. La expectación aumenta, los memes alusivos comienzan a salir días o semanas antes. La gente empieza a recordar su situación actual, en especial los que no se sienten satisfechos. Algunos recordarán ese beso húmedo del año pasado con quien consideraban el amor de su vida; ahora está besándose con otra persona. -Maldito, me dejó por un imbécil-. Hay varios escenarios. Tal vez sí, no te valoró y se fue con un imbécil, tal vez en realidad ese imbécil es mejor que tú. Tal vez quien era una o un imbécil es esa persona a quien considerabas el amor de tu vida y todavía no te has dado cuenta que en realidad eres libre, ¿O tal vez el imbécil fuiste tú? El ex será el culpable de tu desgracia y del profundo malestar de tu corazón: -¡Vivo se lo llevaron, vivo lo quiero maldito gañán!

El tráfico en las redes sociales aumenta. Los «enamorados» posiblemente indaguen en la cuenta de Facebook de su amor para saber que le van a regalar, analizarán la sección de «me gusta» como si fueran antropólogos o sociólogos egresados de una prestigiada universidad de Londres. Los otros, los que se sienten frustrados, se pondrán en un mood stalker para ver que está haciendo su ex. ¡Por favor, absténganse de stalkear el 14 de febrero! No les va a gustar lo que van a ver. -¡No mames, la mano allá atrás! ¡A mí nunca me dejó!. Por favor, no entren ese día a Facebook, vean una película, lean un libro (ninguna novela romántica ni bodrios como 50 Sombras de Grey, ¡por favor!).

El 14 de febrero es el día del amor… y la amistad. Pongo los puntos suspensivos porque parece que las corporaciones también querían exprimir el dinero de los forever alone y decidieron que también se celebrara la amistad. ¡Pero casi nadie celebra la amistad! La gente sólo piensa en amor. Algunos ven la oportunidad de manifestarle el amor a su pareja, otros ingratos no desean que llegue ese día porque querían ver la tercera repetición del Super Bowl y ahora tendrán que salir a cenar con su pareja. Ese amor que tantos desean, al cual le han dedicado un sin fin de canciones, de pinturas, de poemas.

La industria económica se activa, el ritmo del mercado interno hace armonía con el del corazón. Florerías, tiendas, pastelerías, negocios y cafés hipsters, moteles, tarjetas virtuales, publicidad de Facebook, venta de armas, sogas, veneno para ratas; suscripciones de Netflix para pensar que al menos faltan 15 días para que empiece House of Cards. Diversos sectores de la industria hacen promociones, suben el precio de sus productos para luego bajarlos al mismo precio y decir que están en descuento.

Es el 14 de febrero y todos toman conciencia de su situación amorosa. Tal vez entre tus propósitos de año nuevo se encontraba buscar una pareja. Mes y medio tal vez es muy poco tiempo para pensar que has fracasado en tu intento. Tal vez tu corazón no está siendo compartido con nadie y así te sientes bien, tu dinero rinde más, el tiempo es tuyo, no tienes que quedar bien con nadie.

Tal vez, por el contrario, en el caso de los hombres, te sientes tan frustrado que has considerado contratar a un pick up artist para que te convierta en el rey del ligue y así, te puedas follar a todas las mujeres que quieras como el nuevo «yo patán» que eres puedas encontrar al amor de tu vida. Te van a decir que lo más importante es que seas tu mismo, pero al mismo tiempo te dirán como vestirte, te recomendarán un look de acuerdo a los cánones de la moda, te dirán como caminar, como hablar, te harán actuar como un pendejo hasta que ese ridículo termine siendo parte de tu esencia y te conviertas en todo un gañán que cautivará a toda mujer ingenua con un cociente intelectual por debajo de la media.

O puedes no estar sólo y torturarte ese mismo día. Tal vez tu novia te va a llevar con sus adorables papás quienes te van a cuestionar: -A ver muchacho, ojalá le esté yendo bien en el trabajo, porque en esta familia queremos que nuestra hija conserve su posición social y económica que tanto esfuerzo nos tocó darle, quítese esos aretes, lave ese bodrio de playera, deje de ser un vagales y deje de criticar a nuestro Presidente y que tanto le gusta a mi esposa. O tal vez es la novia quien te hará todos esos cuestionamientos, juzgará tu vida, tu forma de ser, tus gustos, te pedirá que quemes tus libros de Murakami y leas toda la obra de Kiyosaki para que te hagas un hombre de bien. Te pedirá que tires tus discos de Pearl Jam, que tanto, dice, les gusta a los porros desempleados rojillos subversivos sin futuro ni expectativa alguna. Te cambiará el look (lo que te costará mucho dinero), te observará fijamente para ver si no observas a otras mujeres -¡Ya te vi maldito, le estás viendo la chichi! Posiblemente juzgue a tus amigos e incluso a tus papás. ¡Y tú querías encerrarte en tu casa y que nadie te molestara!

Y para terminar, habrá alguno que otro, que después de un arranque de coraje producto de un intensivo estalkeo a su ex en redes sociales al ver fotos comprometedoras con un hombre exitoso y musculoso, agarre la soga y el veneno para ratas, no sin antes publicar en Facebook (sin ningún like a cambio) que… se metió una rata a su casa, la envenenó, y usó la soga para sacarla porque le daba cus cus tocarla. Pobre rata, sufrió, la arrastró, la pisoteó, y todavía tuvo el descaro de tomarle una foto, subirla a Instagram y ponerle el filtro «Lo-Fi» para que las tripas resaltaran con el contraste, y para no sentir tanto rendimiento y convertirse en un luchador social, le puso el texto «¡miren, así deberían de acabar nuestros políticos!». Y luego se pregunta por qué está solo.