Todos estamos manipulados

Dic 22, 2014

¿Has gritado alguna vez «vivos se los llevaron, vivos los queremos»? Te tengo una noticia: ¡Estás manipulado!. ¿Estás molesto porque como la economía va mal tu negocio tuvo que cerrar? ¿Te digo una cosa? Estás manipulado.

Todos estamos manipulados

O al menos es lo que sugieren algunos columnistas que «simpatizan» con el gobierno. Sugieren que la sociedad está deliberadamente manipulada para descarrilar el gran proyecto de nación de nuestro Presidente. ¿Y quienes son esas fuerzas oscuras que están detrás del brainwashing masivo que afecta tanto al chairo de la UNAM, como al Director General de una PyME, o al gerente general de una empresa transnacional?. ¡Sí, adivinaste! Andrés Manuel López Obrador, el anticapitalista, y el capitalista más rico del mundo Carlos Slim. Basta leer alguna columna de Pablo Hiriart, o de Ciro Gómez Leyva, para darnos cuenta de que la teoría de la conspiración va por ahí.

¿Qué existen intereses? Los existen, es política, se trata de poder, cuando un gobierno se debilita o toca intereses (para beneficiar a su cercanos) naturalmente habrán quienes traten de afectarlo. Sí, no se me haría raro que Carlos Slim o algún otro interesado esté «soltando» la información de las casas de Peña Nieto, sí, no es un secreto que López Obrador trata de llevar agua a su molino con la indignación estudiantil, o que su partido MORENA pueda tener algunos nexos con la CNTE. Pero sugerir que los manifestantes están manipulados (y tratar de ligar a los pacíficos que son mayoría con los vándalos de Chilpancingo), sugerir que la gente está engañada, que las consignas de #Yamecansé o vivos se los llevaron fueron creados en el cuarto de guerra de AMLO y Slim, es una completa aberración.

Tanto este tipo de columnistas como cercanos al Presidente han querido afirmar que las manifestaciones como las del Distrito Federal como las que ocurren a nivel global «han sido creadas» para derrocar al régimen haciendo creer a la gente que Peña Nieto mató a los estudiantes, por el simple hecho de que la gente grita «fuera Peña» y no «fuera Abarca» o «fuera Guerreros Unidos». Lo que no te dicen, es que estudios recientes (incluida esa casa encuestadora que le daba puntos de más al ahora Presidente hace dos años) demuestran que prácticamente todos los mexicanos asumen Abarca y el PRD fueron los culpables, y sólo el 4% cree que el Gobierno Federal los mató.  Tal vez pedir que se vaya Peña por lo de Ayotzinapa es una consigna mal encausada, pero pensar que todos lo gritan porque fueron deliberadamente manipulados para hacer que renuncie por ser el supuesto asesino, es, con todo respeto, un absurdo abismal.

Yo le recomendaría a estos columnistas, platicar con gente en la calle, platicar con gente que está creando sus empresas, con gente normal, y que hablen sobre lo que piensan de Peña Nieto y conversen sobre las razones por las que están molestos con el gobierno. Estos columnistas dicen que es una campaña de odio, Hiriart dice «ya párenle al odio» y habla de las «protestas violentas en el DF» cuando estas fueron mucho más pacíficas que las que ocurrieron en Estados Unidos por el caso Ferguson. Gómez Leyva muestra una conversación de Peña Nieto donde muestra como le ha afectado a él y a su familia las críticas.  El odio o el rechazo al gobierno no es producto de la manipulación, es producto de los resultados, de la corrupción, de la impunidad y de la ineficacia.

Algunas de las críticas hacia el Gobierno son muy ciertas, otras podrán se desatinadas, pero desde el gobierno deberían de tener la sensibilidad de entender las críticas, tanto justas como injustas, para hacer dentro de ellos una profunda autocrítica. Pero no lo quieren hacer y se quieren cerrar en la teoría de la conspiración.

No es demás curioso, que los dos supuestos fantasmas del gobierno actual, López Obrador y Carlos Slim, no se podrían entender sin el PRI, el partido que actualmente gobierna. López Obrador surgió del PRI (y hasta le creó su himno), y Carlos Slim hizo gran parte de su fortuna gracias a un régimen priísta (Carlos Salinas de Gortari). Los dos son producto de esas formas de gobernar, que siguen siendo una constante.