Higa sido como Higa sido

Dic 12, 2014

Estoy molesto, estoy enojado, estoy encabronado, estoy emputado. -¡Cerebro, mejor ponte a trabajar, el cambio está en uno mismo! -¡Cerebro, la corrupción es normal en México, ellos lo van a seguir haciendo, mejor cambia tú! -¡Cerebro, si han robado, pero todos lo hacen, pero también han hecho muchas cosas buenas como las Reformas, enfócate en las cosas buenas y no te quejes!

Higa sido como Higa sido

¿Qué hemos hecho para llegar hasta esto? Qué un Secretario de Hacienda no declare su casota es algo, irrisorio. El cinismo crece y crece, la indignación consecuencia de éste también, y es que uno no se puede no indignar, y habrá que darnos cuenta que este régimen está gastado, pero también una forma de ser como sociedad. El individuo deberá recordar esto antes de dar mordida al agente de tránsito, y como es que estos actos de corrupción que toleramos nos llevan a todo este cinismo. Como el pensamiento que a veces prevalece de -Si roba, pero también hace mucho, o roba pero poquito, es parte de todo eso que nos tiene atorados. Ojalá toda esta indignación nos logre crear una cultura de cero tolerancia a la corrupción.

La indignación es creciente, el gobierno le apuesta al olvido pero ocurre lo contrario. Desde finales de septiembre hay una razón más para estar enojados con el gobierno, que si Ayotzinapa, que la Casa Blanca, que la respuesta de Enrique y Angélica a las críticas, que si Videgaray. Los mexicanos estamos cansados de tanta putrefacción, de ver a nuestros gobernantes como delincuentes que saquean el país en vez de representantes que trabajan. La gente se siente desamparada, y la que no lo está y que simpatiza con el gobierno, tiene nula capacidad de crítica y ve complots por todas partes.

Pero así sabíamos que eran cuando llegaron en el 2012 y por eso muchos de nosotros no los queríamos ver ni en pintura, era totalmente natural que personajes tan corruptos llegaran a poner al país en la situación tan delicada que ahora está. Al final los antecedentes si pesaron, incluso la ignorancia que se le achacó al Presidente pesó y queda patente cuando no tiene la posibilidad de hacer las cosas diferentes y sigue ensimismado en su guión.

Desde hace muchísimo tiempo, la sociedad no pedía con tanto júbilo la renuncia de un Presidente. Hasta Carlos Loret de Mola es capaz de preguntarle a González Iñárritu si está a favor de que renuncie Peña Nieto y es que la pregunta ya no sólo no es prohibitiva, sino que también es obvia. Incluso Televisa, la casa que promocionó a Peña Nieto en Los Pinos, pareciera tomar cierta distancia porque la mala fama le puede pegar en su volumen de ventas. La mayoría de los columnistas, a esos que querían comprar, se les han volteado, y ya tan sólo los más paleros (Gómez Leyva, Pablo Hiriart y algunos otros) lo defienden. Queda patente la pésima presidencia de Peña. Queda patente que con Peña Nieto está sucediendo todo lo que decían, iba a suceder con López Obrador y hasta peor.

El problema es que no es todo, el problema es que parte de su mal gobierno todavía no tarda en hacer efecto, falta la parte más dolorosa, la económica, donde la caída de los precios del petróleo (factor exógeno) y el endeudamiento público (ese sí factor endógeno) nos puede meter en un problema muy fuerte y puede afectar a los bolsillos de los mexicanos.

Algunos sugieren que Peña no renuncie y se disculpe, o recomponga el barco. Sería lo ideal, pero Peña no tiene la capacidad de hacerlo y ya lo mostró. Como afirmó el mismo cineasta González Iñárritu, la mera salida de Peña Nieto no solucionaría las cosas, se necesitaría ver que acciones se van a tomar después. La tarea difícil viene en la construcción de un sistema, de unas instituciones que ahora están totalmente corrompidas. Los mexicanos tenemos una tarea titánica, pero debemos lograr hacer el cambio, si no, como afirmó Jorge Ramos, si dejamos que esto siga igual, vamos a quedar frustrados de por vida.