¿Viva México?

Sep 15, 2014

Pues me dicen que hoy es ese día donde vamos a dar el grito: ¡Viva México!


¿Viva México?

Me dicen también que hoy vamos a recordar a nuestros supuestos Héroes de la Independencia, Hidalgo, Morelos, o los Niños Héroes que siempre no existieron y que luego sí y que no. Pero cuidadito con mencionar y hablar bien aquellos que siempre deberán ser villanos de la patria (aunque no hayan sido tan malos), -Nada más no se te ocurra hablar de Iturbide, Lucas Alamán, Porfirio Díaz o Arjen Robben-, todos esos son enemigos de la Patria y deben arder en el infierno por la eternidad.

¿Viva México? ¿Para qué? -Cerebro, no seas aguafiestas, deberías sentirte orgulloso de tu país, envolverte en sus colores, amar a México, luchar por él. Yo le contesto: -A ver, señor X, ¿De verdad luchas por tu país los 365 días del año? ¿Qué has hecho por México? ¿Conoces bien su historia? ¿Has leído sobre tu país?, es más ¿Qué es lo último que has hecho por tu país?. -¡Claro que yo amo a mi país!, es más, lo último que hice fue, este, ejem… ¡Viva México!-.

Me pregunto si tenemos algo que festejar, me pregunto si hemos sido buenos ciudadanos, me pregunto si nos podemos sentir orgullosos de nuestras acciones, si nos podemos sentir orgullosos de nuestra hipermegarica historia comandada por súper héroes de la patria que por alguna extraña y circunstancia desconocida terminó en el país que tenemos y que tanto amamos / odiamos, ese México de hoy tal cual, al desnudo.

-¡Yo sí defendí a México Cerebro, yo defendí nuestro petróleo en Facebook dando like a todas las publicaciones que ponían, a los cartones y a los memes y es más, me encabroné porque el personaje que interpreta a Cantinflas en su nueva película ¡No es mexicano!.

Y los héroes de la Patria no lo fueron, pero las circunstancias los tienen ahí, la necesidad de tener una historia que contar los ha elevado al grado de semidioses. Para generar una identidad nacional se tienen que aderezar la historia y esto no es algo exclusivo de México. Umberto Eco afirmaba que las naciones necesitan tener enemigos para refrendar su identidad nacional y tal vez por eso nos enseñaron a odiar a los españoles o a los estadounidenses. Pero si todo esto es una mera ilusión ¿De qué forma podemos crear nuestra identidad por nuestra cuenta? ¿Cómo podemos aceptar que la historia de México no es algo que nos pueda orgullecer y al mismo tiempo sentirnos orgullosos de nuestro país. Porque siendo realista, con «nuestras tradiciones, nuestras playas y nuestras mujeres» no alcanza.

¿No sería mejor pensar en hacer de México un país ganador? ¿No sería mejor quitarnos nuestros estigmas y nuestras malas mañas? ¿No sería mejor llevar la titánica y semiutópica tarea de convertir a nuestro país en una potencia mundial para ahora sí sentirnos orgullosos de nosotros mismos?

Y el grito más bien se vuelve una tradición sosa, repetitiva, donde los líderes políticos de cada pueblo, municipio, estado o país (sin importar su honorabilidad) dan el grito para después tocar la campana en la plaza principal en frente de miles de personas que más que hacer reflexión sobre el país o su historia, lo ven como un festejo pasajero, como un, demos el grito, compremos una banderita y vayámonos a casa. ¿No sería bueno llevar a cabo jornadas de reflexión, debates o conversaciones de nuestra historia, aprovechar el momento para que los niños conozcan más sobre México y demás actividades que hagan que este grito algo que nos fortaleza de verdad como nación?

Y Lisa Simpson quiso evidenciar a Jeremías Springfield, el héroe histórico frente al público. Pero decidió no hacerlo, porque sabía que una dolorosa historia podría matar ese orgullo que mantiene a su ciudad unida.

Porque yo quiero a México.