Las Chivas y el nacionalismo

Mar 31, 2014

A pesar de nuestro nacionalismo barato, en nuestro país dicha manifestación no desemboca en violencia y radicalismos como sí sucede en otros países. Pero eso sí, tenemos un equipo alimentado por nuestro típico nacionalismo. Las Chivas Rayadas del Guadalajara. El equipo rojiblanco fue presentado ante la sociedad como el equipo del pueblo (a diferencia de su contraparte, el Atlas, que representaba a las élites tapatías), y el ingrediente que lo diferenció, fue el hecho de que en el equipo sólo pueden jugar mexicanos.

Pablo Mejía quedó muy bueno el efecto de la taza jajaj

No recuerdo algún otro equipo en las ligas más importantes del mundo, eregido como el más importante debido a esta característica nacionalista. Paradójico es, que los colores del uniforme de las Chivas deriven de la bandera de Francia.

El equipo es considerado como el más importante de México por su historia, aunque si juntamos las últimas 3 décadas, veremos que ya varios equipos superan a la escuadra rojiblanca. Y la intención con esta no es hablar de futbol, sino más bien, advertir un cierto paralelismo entre los efectos del nacionalismo futbolero al nacionalismo común y corriente (que en parte puede ser casual y en otra sí puede haber una correlación).

Términos como «orgullo mexicano», «pueblo», «tradición», los encontramos en las Chivas, pero también tienen un tufo revolucionario. Parecería que las Chivas fueran herederas de la Revolución Mexicana en versión balompié. Es curioso también que en la época de la sustitución de importaciones, donde el gobierno intervenía fuertemente en la economía, y protegía a lo mexicano de lo extranjero, las Chivas escribieron la mayor parte de su historia. De la misma forma, cuando México empezó a alejarse de los preceptos de la Revolución Mexicana y empezó a abrir su economía con Miguel de la Madrid. El América, plagado de extranjeros, tuvo su auge.

Ahora en un momento donde el nacionalismo mexicano entra en crisis, sobre todo por su incompatibilidad con el mundo actual, tenemos a unas Chivas que están más cerca de descender que de levantar otra copa.

Pero el nacionalismo en el equipo sólo, y ya sólo se limita al equipo. Lo extranjero termina invadiendo al equipo sólo hasta el límite que el mito lo impone. El equipo tapatío ha tenido técnicos extranjeros, es vestido por una marca extranjera (Adidas), y es patrocinada, en su mayor parte, por marcas extranjeras que visten a un equipo que juega en un nuevo estadio construido por extranjeros. De la misma forma, el nacionalismo en nuestro país empieza a arrinconarse. Lo extranjero lo invade todo, hasta el punto en que el mito se lo permite.

Y de pronto nos dimos cuenta que vivimos en una aldea global, donde quienes no están satisfechos con el nivel de la liga mexicana, pueden ver la Champions League. Donde los jugadores pueden saltar de una nación a otra y jugar en varios equipos. Donde ya no es rentable (ni para el Barcelona) no llevar patrocinador en el pecho.

Al final del día, las Chivas (el nacionalismo) fueron goleadas por el América (qué más que representar a la globalización, podrían ser más cercano a ese corporativismo privado cómplice del gobierno).