El principio del fin del chavismo

Mar 16, 2014

El Manual del Dictador, obra de Bruce Bueno y Alastair Smith, ilustra de una forma cruda y directa de lo que trata la política. El subtítulo que lo acompaña es muy sugerente: «Por qué la mala conducta es casi siempre buena política» y trata de explicar cómo es que los hombres de poder se pueden sostener en sus puestos, ya sean gobernantes en una autocracia, democracia, o CEO’s de una compañía.

El principio del fin del chavismo

Bueno y Smith hablan de la importancia de las coaliciones que rodean al hombre de poder y como es que este tiene que satisfacerlas, porque son las que le permiten seguir ahí, y también nos habla de como recursos como el petróleo tienden a corromper y destruir a los países, dado que los gobernantes para obtener riquezas generalmente dependen del trabajo de los gobernados, y con el petróleo el gobierno no necesita hacer producir a la población, ni ésta puede tener poder sobre los gobernantes.

Dicho esto, podemos darnos una idea de por qué el chavismo podría caer con Nicolás Maduro. Chávez con su carisma podía tener contentos a los que lo rodean. Maduro no tiene carisma, peor aún, parece no tener ya los recursos para sostener a la población. Recordemos que los venezolanos viven del petróleo, y los recursos no llegan por medio del trabajo de los venezolanos. Escasez de papel e insumos básicos han hecho salir a la gente a la calle. Ese hecho debilita sí o sí la fortaleza de Maduro al poder. Por ello recurre a su coalición, a los que alimenta para tener cerca, como es la milicia venezolana. Posiblemente sin ella, un golpe de estado ya se hubiera dado.

Según la obra de Bueno y Smith, los regímenes autocráticos tienden a tener en un principio una mayor posibilidad de ser derrocados, pero una vez establecidos, esta posibilidad termina siento bastante menor que el de los regímenes democráticos. Tal vez con Nicolás Maduro sea una excepción. Este fenómeno ocurre porque al establecerse un nuevo régimen dictatorial tienen que ver dónde está el dinero, de dónde vienen los recursos, tienen que formar sus coaliciones, purgar gente para después consolidarse.

Con Maduro eso no ocurre, porque al ser heredero del chavismo sabe de dónde vienen los recursos y las coaliciones están formadas (aunque sin el carisma de Chávez necesariamente habrá algunos cambios). Entonces esta crisis no puede adjudicarse a un inestable inicio, sino a un inestable fin de un proyecto que nunca funcionó, que sí, logró disminuir la desigualdad, pero a costa de la productividad y creando una mayor dependencia entre gobernantes y gobernados.

El chavismo parece no tener futuro porque el mismo sistema termina siendo inviable. Porque a 15 años de su inicio, más que un país próspero, se tiene un régimen diluido cuyo gobierno trata con muchos problemas de sostener. Se puede decir que Estados Unidos, la CIA y lo demás juegan un papel, puede no ser falso, sobre todo viéndolo desde una perspectiva geopolítica. Pero independientemente de ello, el régimen venezolano no logró dar prosperidad a sus habitantes ni a su economía, tan manipulada que constantemente tiene que luchar contra inflaciones de varios dígitos.

El régimen bolivariano podría caer, máxime cuando Maduro ve a Estados Unidos y el «régimen imperialista» como el único culpable y no está dispuesto a ver los errores que se han cometido en casa.