¿Por qué el PRI podría tener poder absoluto en 2015?

Feb 9, 2014

Ahora que parece haber un descontento generalizado (cuando no lo hubo) con Enrique Peña Nieto, lo cual es más notorio cuando no salimos de nuestra burbuja y usamos como parámetros los memés de nuestros amigos en el Facebook como instrumento que marca la tendencia definitiva, pareciera que el PRI lo tiene todo perdido en el 2015. Que muchos están molestos con la Reforma Energética -¡Privatizaron nuestro amor, nuestro tesoro Pemex, nooo! o con la Reforma Hacendaria. Pero no estás presteando atención. Al partido en el poder no le importa mucho que critiques la intelectualidad de Peña Nieto, porque en cierta forma no les importa tanto que votes por ellos.

¿Por qué el PRI podría tener poder absoluto en 2015?

Divide y vencerás.

Pero sí les importa como votes, aunque no les votes. La intención no es convencerte de que votes por ellos, sino que desde un punto de vista pragmático tu voto les convenga, aunque en tu mente afirmes ingenuamente que estás votando en contra de ellos.

Algo que tiene el PRI y que envidian los demás partidos, son las estructuras. El PRI es el partido más organizado, y que más entiende esa tradición paternalista y vertical que todavía permea en la sociedad mexicana. Los priístas, a excepción de inicios del siglo XXI donde las diferencias a partir de la derrota en el 2006 laceraron al partido, siempre han tenido la capacidad de alinearse, sin importar si alguno piensa diferente que el otro, o en el peor de los casos, preferirán perder ante un partidista que ante la oposición. Al final todos levantarán la mano en señal de aprobación hacia el nuevo Presidente o Gobernador.

Todas esas estructuras tienen tratos clientelares con un sector de la población que vive en sectores precarios. No sólo son los que venden su voto por una tarjeta, son aquellos que tienen una filiación profunda con el partido, aquella mujer de un barrio pobre que siempre vota por el PRI porque siempre recibe regalos en las elecciones y ayudas o favores, aquel afiliado a la CTM, aquel que recibe el saco de cemento o que cuyo trabajo depende de la permanencia en el partido, aquella que vota porque el PRI tiene los colores de la bandera nacional. Esas son las bases del partido tricolor, y son quienes votan por ellos.

A esto hay que sumarle a la gente que pertenece al partido, cuya mayoría de miembros son parte de una clase social relativamente acomodada. Los priistas tienden a ser más fieles a su partido que los panistas o perredistas. Si el barco se hunde, son pocos los que lo abandonarán. En cambio ante una crisis, los panistas o perredistas huirán de su partido. El nivel de satisfacción del PRI al ver a PAN y PRD divididos y lacerados es mucho más grande que el nivel de preocupación que producen los memés de Peña Nieto que subes a tu muro.

Panistas, perredistas y en cierto grado morenistas (que sufren de una tremenda desorganización), tienen menos estructuras. Entonces ellos dependen del voto útil, y por lo tanto tienen una suerte más volatil. Pueden romper record de votación o quedar devastados. La estrategia del PRI es simple, dividirlos. La estrategia es que tú como elector, te sientas decepcionado de los partidos para que o no votes por ninguno, o el voto de gente como tú, se divida entre los de oposición para que las bases, más una ínfima cantidad de voto útil, les de el triunfo.

Analiza la forma en que tratan la imagen de Peña Nieto en las redes. Lo primero que vendrá a tu mente es que pareciera que son torpes para convencerte a ti de que tu mala concepción sobre Peña es mala, o bien, parece que no es a ti a quien quieren convencer. No te equivocas, ellos buscan más bien mantener bien la imagen del Presidente ante sus bases, ante las clases populares cuya economía alcanza para poder navegar en las redes sociales.

Peña Nieto no se ha abierto a escuchar a los jóvenes, al tercer sector (la sociedad civil organizada), porque son electores que difícilmente votarán por ellos. Cuando el contexto cambia, las acciones cambian. El PRI desea mantener el municipio de Guadalajara. Pero los números les dicen que en este momento, el opositor Enrique Alfaro tiene más popularidad. Por esa razón, el Gobernador Aristóteles mantiene una postura más abierta e incluso permite que lo cuestionen en su informe. En dicha estrategia saben que no van a ganar mucho, pero les basta con ganar un poco para que sumado a los votantes de sus bases, y al tiempo que desgastan a la oposición, les alcance para ganar.

Caso hipotético: Velasco es amado por el 30% de los electores (la gran mayoría de las bases del PRI) y odiado por el 70%. Pero de ese 70%, el 20% no vota porque está enojado con todos los partidos. El 50% de los votantes se dividen entre Ebrard (PRD) y Cordero (PAN), recordando que el PRI hizo su tarea al generar esta división. Entonces queda Velasco 30%, Ebrard 25% Cordero 25% no votaron 20%.

Así que lo que ves en las redes sociales, todo ese encono, en realidad no es suficiente para suponer una debacle del PRI en el 2015. Tú no les preocupas mientras tu animadversión no termine representando una amenaza. Mientras no te vuelvas a organizar y generar la masa crítica que llegó a poner en predicamento su triunfo en el 2012, mientras tu animadversión no deslegitime al Gobierno en un punto en que eso sí represente una amenaza. Si criticas a Peña Nieto con tu familia y te ríes de la película que le hicieron en Facebook, ellos se dan por servidos.

Por eso, es que, a pesar de que parezca lo contrario, el PRI sí tiene posibilidades de quedarse con el carro completo en el 2015.