El torito, la curva, la indignación, y los alcoholímetros

Nov 12, 2013

Si eres capitalino, conocerás muy bien lo que es el torito, y posiblemente alguna vez llegaste a él. Si eres tapatío, tal vez has escuchado sobre el torito, o incluso, puede que sea algo nuevo para ti. Y vaya que es nuevo, porque éste lugar, que en Guadalajara será llamado «La Curva», o el CAD,, un centro de detención donde se «encierra» por 12, 24 o hasta 36 horas, a quienes no pasaron la prueba del alcoholímetro, ha generado polémica entre muchos tapatíos que se han indignado por la mano dura de las autoridades ante los conductores en estado de ebriedad.

El torito, la curva, la indignación, y los alcoholímetros

Ante la aparición de este centro, quienes ya están acostumbrados a «la peda», tendrán que cambiar sus hábitos. No tendrán que  dejar de tomar, pero sí cambiará la forma en que se transportan al lugar donde dicha oda al alcohol se llevará a cabo. Muchos están alarmados, se ponen de acuerdo para «avisarse y alertarse» sobre el lugar donde se encuentran los retenes (que cambiarán de lugar, por cierto). Están molestos e incluso relacionan esta nueva forma de coerción con el desfalco fiscal que padeceremos los ciudadanos con la nueva Reforma Hacendaria: -Estoy enojado, o sea, el gobierno nos quita dinero de nuestros impuestos, y estoy seguro Juan, que esto del torito tapatío lo hicieron para robarnos más dinero a los ciudadanos honestos como nosotros, el cual se lo va a quedar el gobierno corrupto, tranza. ¿Sabes qué?, yo voy a esquivar los retenes, les voy a dar mordida a ver si así no me dejan de joder, no se vale, hay que decir no a la corrupción-.

La medida es polémica, pero es necesaria. De verdad que existe poca conciencia en este tema, y lo peor es que los conductores alcoholizados ni siquiera manejan con precaución conscientes de su condición. Creo que el sacrificio de irse a la fiesta en taxi en lugar de usar el auto, vale la pena cuando sabes que cientos de vidas se salvarán. Por ejemplo, en la Ciudad de México, se redujo a casi tres cuartas partes las muertes por accidentes relacionados con el alcohol.

 

La medida es dura, sí. El alcoholímetro es imposible de esquivar, ni el chicle, ni una comida con cebolla, frijoles y demás promotores del mal aliento impedirán que el alcoholímetro detecte cuanto alcohol tienes en la sangre. Esta medida aplica para quienes tengan mínimo 80 ml de alcohol en la sangre, que equivale a 5 cervezas aproximadamente. En este caso la detención es entre 12 y 24 horas. Pero si son más de 130 ml, la sanción será de 24 a 36 horas. Los detenidos tendrán que ver una película sobre las consecuencias de manejar en estado de ebriedad, y si es reincidente, perderá la licencia de conducir por dos años. Tal vez lo único que me parece exagerado es que cabe la posibilidad de que con poco más dos cervezas uno pueda estar sujeto a una multa de $9,000 (sin pisar la cárcel), en lo particular, dos cervezas es muy poco alcohol.

Es cierto que esta nueva reglamentación hará que los ciudadanos tengamos que tomar las precauciones y podrá ser incómodos para algunos. Pero es tan fácil como pagar un poco más trasladándose en taxi, de su hogar al lugar donde va a beber o de regreso. Y como sucede en el Distrito Federal, seguramente con el tiempo abundarán los servicios que le facilitan la vida a los «tomadores» para que puedan trasladarse sin poner en riesgo la vida de los demás.

¿Qué el gobierno va a recaudar todavía más impuestos? ¿No le quieres pagar al gobierno rata, tranza, corrupto, totalitario, dictatorial, estalinista-nazi? Tan fácil como no conducir en estado de ebriedad. Así no le das tus impuestos a ese gobierno que «tanto odias» y tu no pisas la cárcel.

No todas las medidas tienen que ser populares, pero esta medida es necesaria. Porque más vale la vida de la gente, entre las cuales está la tuya, que darse el lujo de irse a una «peda» en tu propio automóvil.