Bajar de peso y hacer ejercicio

Oct 31, 2013

Yo casi siempre he sido gordito. En realidad muy pocas veces en mi vida he llegado a mi peso ideal (cosa que logré cuando era… niño). No sé si el metabolismo, mi condición fisiológica o incluso neurológica ha motivado a que casi siempre cargue con kilos de más. Pero por alguna razón los griegos han admirado aquellos cuerpos delgados y fuertes, así como también Hitler buscaba evitar la obesidad en la población alemana porque «quesque» iba en contra de la pureza aria.

Bajar de peso y hacer ejercicio

Ciertamente al gordito se le ve como «el simpático». Lo que sucede tiene que ver con la naturaleza evolutiva del hombre. Una persona delgada y parecida es más atractiva que una persona «gordita»,  también puede ser vista como un buen atleta, ágil, veloz. Entonces el gordito busca en la simpatía una forma de llamar la atención de las demás personas. Pero en realidad los gorditos suelen ser menos atractivos que las personas delgadas, es una desventaja, aunque de cierta forma, no es contundente. Algunas personas tienen razones para escoger a un gordito sobre un flaco como su pareja, pero eso no tiene que ver su condición física, sino que son otros rasgos los que hacen que ésta persona se decante por el gordito o la gordita.

Pero creo que esta cuestión va a un segundo plano, aunque no deja de importar. Lo primero tiene que ver con la salud. Aunque en realidad la segunda cuestión tiene que ver con la primera cuestión. Recordemos que el ser humano instintivamente busca reproducirse con parejas lo suficientemente sanas y fuertes como para dejar una descendencia, valga la redundancia, sana y fuerte. El sobrepeso no es algo que se pueda relacionar con lo sano, por el contrario. Pero regresando concretamente al tema de la salud. Sabemos los riesgos que implica tener sobre peso.

Hace un año, cuando llegué a tener el mayor sobrepeso de la historia de mi vida, el nutriólogo me dijo los riesgos a los que estaba expuesto. Diabetes, candidato a marcapasos, hernias, sí, a mis 31 años. Y hubo un momento en que sabía que me la tenía que rajar. Y es curioso que cuando tocas fondo, es el momento más adecuado para reaccionar y así lo hice. No tanto por el peso, sino por una situación difícil y un tanto depresiva que pasé, más porque no soy alguien al que le guste estar estancado en las depresiones y más bien busco algún recurso para salir de ahí, aunque en ese momento parezca que las cosas están mal y seguirán mal para siempre. Había que ver que podía hacer para sentirme bien conmigo mismo, en el trabajo y en lo profesional las cosas no iban mal, con mi familia tampoco. Entonces me acordé que me sentía pesado, y que lo estaría mas si no fuera porque tenía la costumbre de hacer «algo» de ejercicio para no sentirme sedentario.

Bajar de peso es algo difícil en sus inicios, pero es algo demasiado redituable, sobre todo si lo combinas con una cantidad considerable (sin exagerar) de ejercicio. Hice lo que nunca había hecho en toda mi vida, madrugar y salir a caminar – trotar – correr todas las mañanas. No importaba amanecer de malas, cansado, había que ir a hacer ejercicio sí o sí. Armé una playlist interesante en el iPod y se volvió costumbre desde hace más de un mes.

¿Resultado? Hasta ahora 10 kilos menos de sobrepeso, pantalones que quedan grandes. Pero esa combinación con el ejercicio ayudó a mejorar mi estado de ánimo y mi actitud. Incluso. Lo más notorio es el cambio de actitud de la gente hacia tí. Percibes que la gente te trata diferente, que es más abierta. Y pensando, si quería salir una depresión, lograr un círculo virtuoso como este de verdad es algo que ayuda bastante.

Yo no soy creyente de ninguna forma en ese tipo de dietas mágicas que te prometen bajar decenas de kilos en un mes. Todo en esta vida requiere esfuerzo y la naturaleza es sabia. Simplemente se trata de alimentarse balanceadamente y hacer mucho ejercicio. Punto.