La partidización del bienestar social

Jul 12, 2013

La idea (que pueda tal vez resultar para algunos hasta utópica, pero así está concebida) es que en una democracia, los partidos políticos discutan, debatan y negocien la mejor forma en que puedan beneficiar a la sociedad que gobiernan. No importa que las peleas sean fuertes, pero las diferencias, se dice, deben de ser ideológicas y no de intereses. Un partido de derecha tendría una agenda diferente y una escala de valores diferente, a de uno de izquierda, y las diferencias entre ellos serían esas. Pero en la práctica, y más evidente en países subdesarrollados como el nuestro, los partidos y los políticos, terminan defendiendo sus propios intereses, y buscan imponerse a los otros sin importar si en ese acto, perjudican a la sociedad.

La partidización del bienestar social

Un ejemplo claro de esto es Zapopan. El gobierno priísta de Robles Peiro, dentro de sus prioridades tiene el del rescate de espacios públicos, a través de Barrios Amables, una iniciativa creada por ciudadanos. A pesar de las infortunadas declaraciones del alcalde, quien afirmó que a los jóvenes los agarraban a macanazos, lo que ocasionó que algunos se quedaran con la idea de que los problemas los resuelve a golpes. La realidad es que uno de los puntos fuertes que se ven en su administración tiene que ver con la apuesta a la regeneración urbana y la reconstrucción del tejido social. Una iniciativa positiva, venga por donde venga, es loable, y que en parte es apoyada por organizaciones de la sociedad civil que en muchos otros casos, han sido críticos férreos del priísmo, tanto a nivel local como nacional.

Hasta aquí todo bien. Pero después llega el diputado panista Guillermo Martínez Mora, quien se opone a la mejora integral de la Avenida Santa Margarita, la cual incluye construcción de ciclovías y mejoramiento de banquetas. Por intereses políticos, busca frenar esta iniciativa desinformando a los vecinos. Se repartieron volantes donde afirman que la ciclovía es solo para el «beneficio de unos cuantos», proponen a su vez un paso a desnivel (en una ciudad donde han priorizado el automóvil en detrimento del peatón) y naturalmente hacen muchas referencias al PRI, para que te acuerdes, que es el PRI (sólo le faltó hablar de los halcones). Y claro, los treinta y dos millones de pesos van en letra grande y negritas para que creas que será un desfalco del gobierno. Además de que esto perjudicará a todos los vecinos y comerciantes.

Lo que no dice Guillermo Martínez Mora, es que es cada vez una tendencia más fuerte, la regeneración de espacios públicos y la apuesta por el peatón, lo cual no sólo genera una mejor convivencia a nivel calle, sino que crea todo lo contrario de lo que él dice, mejores condiciones para los vecinos y para los comerciantes. Eso queda demostrado en las ciudades donde se han implementado este tipo de mejoras. Por ejemplo, una publicación del Departamento de Tránsito de Nueva York, dice que la primera calle en la cual se creó un corredor multimodal, las tiendas aumentaron un 49% sus ventas y los accidentes disminuyeron un 50%.

En la suposición de que los partidos tendrían que ver por el bienestar social, el panista Guillermo Martínez Mora debería debatir sobre la forma en que sería mejor su implementación, o si bien, cree que este proyecto no es conveniente, traer argumentos sólidos, lo cual no tiene y ha estado lejos de mostrar. Como se dice coloquialmente, trata de llevar agua a su molino, como la gran mayoría de los políticos hace. Pero los ciudadanos no les hemos votado para que defiendan sus propios intereses, sino para que defiendan los nuestros.

Preocupante es que varios de los políticos (en este caso del PAN) que salieron del poder a principios de año, más que las propuestas y la crítica constructiva. Usan como estrategia atacar cualquier propuesta de sus rivales desde la perspectiva del interés y del poder, y no del beneficio de la ciudadanía. Incluso a veces parecen ser más incisivos en las buenas propuestas, que en el mal actuar de los gobiernos actuales en otros temas.

Por esta razón es que los partidos políticos son las instituciones más reprobadas por los mexicanos. Porque al usar a los ciudadanos como moneda de cambio en aras del poder, estos se sienten utilizados y engañados. Tal vez la única solución, y la que siempre promuevo, es el empoderamiento de la ciudadanía. Nos hemos dado cuenta que «pedir» no sirve, y sí insistir. Como es el caso de esta propuesta, que detrás de ella existen loables iniciativas ciudadanas y de gente que quiere un entorno mejor en el que vivir.

Los partidos políticos no recuperarán su credibilidad hasta que se empeñen sinceramente en tratar de representar de verdad a sus gobernados, como servidores públicos, como empleados a la orden de la ciudadanía. Y la vez los ciudadanos deberán ser más exigentes y a la vez más autónomos e independientes, de tal forma que los políticos se vean orillados a trabajar por el bienestar de la gente.

Imagen por Alfredito Romano.