Ladies and gentlemen

May 17, 2013

Tradicionalmente, la sociedad mexicana ha tendido a parecer más heredera de una monarquía que de un estado liberal (a pesar de que a través del tiempo, el liberalismo estuvo en boga dentro de los círculos intelectuales en México). Más que un estado demócrata, parece que podríamos hablar de una nobleza, dónde los políticos y gente de poder hacen como que están cerca de la gente pobre, pero en la práctica viven en la opulencia y con un fuerte sentimiento de superioridad ante las masas. Por esto se entiende la arrogancia de ciertas personas y personajes, quienes por su posición social y/o económica, creen estar por encima de la sociedad. Son las famosas ladies y los gentlemen.

Ladies and gentlemen

Afortunadamente la sociedad, con la ayuda de las tecnologías, ha mostrado un fuerte rechazo ante estos comportamientos altaneros (que para muchos en algún tiempo podrían estar hasta justificados). Lo que es símbolo de un desprecio ante uno de los tantos males que nos aqueja como sociedad: Los privilegios de clase, el influyentismo, el nepotismo, el clasismo. Fueron las ladies de Polanco, el gentleman de Las Lomas, la lady Profeco, la lady Roma, entre muchos otros. Para asignarles el mote, dependiendo de su sexo, se antepone el término en inglés de dama o caballero, al lugar dónde el individuo ha cometido este tipo de actos (y donde frecuenta o reside).

Esta reacción de la sociedad es una buena noticia, ante quienes buscan pasar por encima de ella. Esta a través de las redes sociales hace mediático el repudio que les generan estos insolentes actos, y lo va integrando al inconsciente colectivo. Donde se deja en claro que ese tipo de comportamientos no son bienvenidos en nuestra sociedad. Naturalmente dichos comportamientos se pueden ver en todo el globo terráqueo, pero en el caso de nuestro país es mucho más notorio que en muchos otros países desarrollados por nuestra herencia vertical y monárquica.

Peña Nieto tomó una decisión acertada al remover a Benitez Treviño por los actos de su hija (conocida como la Lady Profeco). Sería tema de otro texto hablar por qué el sí, y no Romero Deschamps o Rosario Robles, que si responde a un hecho mediático y no de justicia. Pero una de las instituciones más respetadas del país, no se podía dar el lujo de permitir prácticas influyentistas, donde la hija del titular de esta dependencia, usa a la procuraduría para «castigar» a una restaurant por el hecho de que no le dieron una mesa (que nunca reservó). La hija se llevó el escarmiento de su vida. Fue repudiada en las redes sociales, y de seguro no le fue bien en casa cuando a su padre lo despidieron de su cargo por este hecho.

La Lady Profeco, se dio cuenta del precio que tuvo que pagar por ponerse encima de la sociedad. En un acto donde ella tanteó que ganaría, que se saldría con la suya y castigaría al restaurant Maximo Bistro por no cumplir uno de sus caprichos. Ahora tendrá que soportar la culpa de ver a su padre sin trabajo por su comportamiento, y no solo eso, tendrá que lidiar con la pérdida (aunque sea temporal) de su honorabilidad.

Una sociedad que aspire a ser democrática, debe de tener la capacidad de vigilar el comportamiento, no solo de quienes los gobierna, sino de sus semejantes. Una sociedad democrática no puede tolerar y dejar pasar actos arbitrarios de impunidad, porque si lo hiciere, estaría legitimando las intenciones de algunas personas de pasar por encima de  ella. Y una de las excusas de las ladies y los gentlemen, es que creen que sus actos van a quedar totalmente impunes.