Espontáneos politólogos

Mar 21, 2013

Espontáneos politólogosCreo que los mexicanos tenemos una visión corta, parece que nos movemos por la coyuntura y no por el fondo. Reaccionamos «al momento», pero cuando pasa ese «momento» simplemente nos echamos a dormir.

Es cuestión de verlo en mi muro de Facebook (más en el personal que en el de mi Fan Page, pero esta última no se escapa). Si hace algunos meses publicaba un tema de política, eran varios los que discutían, alguno trataba de hacerse el gracioso colocando algún memé de Peña Nieto, alguno se enojaba por lo que decía, algún otro lo compartía. Todo era política, el ambiente era tan denso que la fijación de la gente en este tema que hasta parecía un poco exagerado. Todos «le sabían» al tema, traían frases históricas y hasta estadísticas: -¡A ver güey, acuérdate que Azcárraga dijo que era el soldado del PRI! ¿Qué no tienes memoria?-, -El amigo del sobrino del tío del abuelo del amigo de la clienta de mi mamá fue a Venezuela y dijo que se caía a pedazos. Por eso no votaremos por López Obrador, hasta les gusta el beisbol como a los venezolanos, está escrito-, -Aquí te muestro una gráfica a partir de una toma de muestra estratificada hecha por el MIT en conjunto con el departamento de criminología adjunta de Cambridge que demuestra el fracaso de la Guerra de Calderón-. Todo mundo buscaba, investigaba, me preguntaban que «qué onda» con x o y cosa. Que si sabía algo que dijeron que el #YoSoy132 era una conspiración comunista nazi judeomasónica planeada en el Club de Bilderberg.

¿Ahora que pasa? Pasamos de un extremo al otro, de un interés obsesivo con el tema, al casi desconocimiento. Si hablas de la Reforma de las Telecomunicaciones la «manita del like» de Facebook se llena de telarañas.  Si hablas del regreso del presidencialismo, muchos de los que estaban indignados y hasta decían que debía haber una revolución para deponer a Peña Nieto y sodomizarlo como a Gadaffi, parece que el tema ya no existe y la palabra «política» fue desterrada de su diccionario. Es más, ni siquiera pasa lo opuesto, gente que en las redes diga, que Peña está haciendo bien su trabajo, que se nota la «eficacia», que sí pueden hacer lo que el PAN nunca hizo. Si acaso se habló del tema de Elba Esther Gordillo y no hubo tanta halaraca tomando en cuenta que caía uno de los «venenos históricos» del país. De la Reforma a las Telecomunicaciones nada, y eso que los medios eran «tema bandera» hace meses, y eso que la gente se queja por la mensualidad del celular. -Ai haber [sic], esas cosas son tecnicismos, que el must carry, el must offer, yo no le entiendo a esas cosas, ¿Telecomu.. qué?-. Lo que sí sigue vivo es esa ya tradición de burlarse del ahora Presidente, pero más que nada ya parece un fenómeno tipo Ninel Conde. Que si se puso la banda presidencial al revés (que fue debido en realidad a una modificación de las leyes), que si encontraron una foto de joven de Peña Nieto con un sweater con un osito cariñosito». ¿Qué acaso no se están fijando en las políticas que implementan? ¡Caray!, y eso que todo se está moviendo mucho más rápido que de costumbre.

Me preocupa un poco, porque creo que como buenos ciudadanos deberíamos preocuparnos por lo que pasa en nuestro país, siempre. Entiendo que venimos de unas elecciones donde el tema de la política termina cansado. Pero el quehacer público nunca duerme. Sí, hay muchas cosas más que la política en la vida (el futbol es una, y es menos importante que la política) pero creo que debemos estar al tanto, analizar aunque sea de reojo que es lo que pasa con nuestro país. A nuestro país le faltan contrapesos, y uno de ellos deberían ser los ciudadanos atentos y vigilantes de las acciones de nuestros políticos.

Sí, de los temas actuales se hablan en los diarios, las plumas los analizan y los desmenuzan. Pero parece que a la gente de a pie parece ya no importarle tanto, aunque el tema tenga que ver con el que se obsesionaron hace algunos meses. La política no puede ser una moda ni un fenómeno coyuntural, porque esta hasta cierto grado determina nuestras vidas todos los años, los 365 días y las 24 horas. Así de simple.