Día Internacional de la Mujer, nada que celebrar, mucho que reflexionar

Mar 8, 2013

Dicen que este día no hay que celebrarlo, hay que reflexionarlo. El día de la mujer (al igual del día del hombre, que sí existe) no es un aniversario de algún evento histórico, más bien debe de ser un día para ponernos a meditar, sobre el género representado por la mitad de la población (y un poquito más) el cual históricamente ha sido subestimado y relegado, pero que han hecho lo posible por ganarse un lugar en la sociedad, por llegar a puestos más altos y por demostrar que no tienen muchas de las limitaciones que se les han asignado.

Día Internacional de la Mujer, nada que celebrar, mucho que reflexionar

Estamos dentro de un país, México, todavía machista. Dónde para un sector de la población, golpear a una mujer no es tan malo, engañarla tampoco porque es muestra de la hombría del varón (mientras que si la mujer hace lo mismo, pierde todo su honor), donde más de 3 millones de mujeres en México piden permiso a su pareja para votar, e incluso varias leyes no son equitativas. En México, la mujer históricamente ha sido un objeto. Tradicionalmente los varones presumían ser personas de principios, firmes, pero dentro de su matrimonio, tenían su «nalguita», y si eso se sabía, no era motivo para cuestionar fehacientemente dichos principios que presumían; mientras que por lo mismo, una mujer era vista como una «puta». El hombre ha usado a la mujer incluso como objeto para presumir ante los demás, como si fuera un trofeo ante su virilidad. La mujer debía quedarse en casa, no debía hablar de política en la mesa, y tenía que acompañar al hombre a los eventos importantes.

La mujer es un ser que derrocha inteligencia, pero que ha sido limitada por el hombre. Los varones como género, hemos tenido problemas para «dejar soltar», para reconocer lo que las mujeres pueden aportar a la sociedad y por lo mismo varios, en pleno siglo XXI, tienen problemas para admitir que no se les puede confinar a unas cuatro paredes con escoba en mano. Pero las mujeres poco a poco se han hecho un espacio en la sociedad, poco a poco reclaman su lugar, reclaman el hecho de haber sido tratadas como objeto sexual, como trofeo, cuyo cuerpo ha sido utilizado meramente como estrategia para vender productos.

Sería equivocado decir que la mujer es igual al hombre. Ambos géneros tienen características diferentes. Pero eso no quiere decir de ninguna manera que un género tenga más valor que el otro y por lo tanto debemos sobreentender que ambos tienen el mismo derecho a ser libres y que ninguno se puede someter al otro. Posiblemente ese confinamiento histórico de la mujer al hogar tiene que ver con que el hombre tenía que proveer los recursos por medio de la fuerza, donde en la gran mayoría de los casos, tenía ventaja. Pero en la actualidad, son otras las cualidades las necesarias para poder sobrevivir, cualidades donde la mujer se puede desempeñar igual de bien que el hombre. Parte de la evolución humana implica el asimilar la equidad entre los dos géneros. Que no son iguales, pero que su diferencia no implica, como decía, el sometimiento.

Admiro a las mujeres, tengo muchas amigas mujeres, y es interesante como ambos géneros se pueden complementar. Se me hace admirable el como se han ido ganando un merecido terreno en la sociedad, han tenido que romper paradigmas, tabúes, resistencia del otro sexo. Sus aportaciones han sido benéficas. Y sí, como humanas que son, han cometido sus errores también, pero se les debe medir con la misma vara que se les mide a los hombres.

Estoy seguro que con el tiempo se lograrán consolidar y se creará una sociedad equitativa en la que ambos sexos tengan las mismas oportunidades. Entiendo en que habrá áreas donde los hombres tendrán preferencia por sus características, y otras donde las mujeres la tendrán. Pero espero que el sexo por sí mismo ya no sea criterio para discriminar a alguien. Creo que los humanos debemos ser racionales y dejar al lado los tabúes.

Sí, las mujeres no son tan buenas para manejar un automóvil, pero la verdad son mejores que nosotros los hombres para manejar los sentimientos. Tenemos diferencias, pero valemos lo mismo. Somos seres humanos pensantes.