Responsabilidades del ciudadano

Mar 5, 2013

Somos una sociedad, somos un sistema que funciona debido a la organización de quienes lo conforman. Han pasado miles de años para buscar la mejor manera en que este sistema pueda funcionar, y vemos que en realidad nos falta mucho por aprender.

Responsabilidades del ciudadano

Se nos ha enseñado, sobre todo en nuestro país, que quien debe de procurar una buena organización de este sistema es el gobierno. El papel del ciudadano históricamente en México ha sido algo no muy lejano a la de un súbdito. Donde este puede buscar la mejor manera de sobrevivir ante un sistema ya establecido, y en el cual, este no tiene mucha posibilidad de incidir. El ciudadano histórico puede procurar buscar un empleo o poner un negocio para ganarse la vida, ingresar a algún club, tener distintas aficiones, relacionarse con diversas personas. Pero todas estas actividades las podía hacer dentro de un marco ya diseñado, dentro de unas leyes diseñadas por una entidad superior y que no podían ser cuestionadas. Tenía un margen de libertad dentro del sistema, pero no podía cuestionarlo.

Une democracia real no funciona así. Se nos ha vendido una forma curiosa de la democracia, donde la diferencia con el estado anterior, es que uno cada seis años, irá a votar a quienes liderarán la procuración de dicho sistema, dentro de un pequeño catálogo de opciones, en cierta medida creado por dicho sistema. Por eso la estrecha relación que se hace en los medios entre la democracia y el voto, mostrándolo como la mejor oportunidad que tienen los ciudadanos en incidir. Y pareciera que la gente se la cree, que cuando un político comete un error (sea premeditado o no) un ciudadano le reclama a otro ciudadano: ¡Aaah, y tú que votaste por él!.

Ese es el ciudadano modelo que nos enseñaron. El ciudadano dócil que trabaja 8 horas diarias, paga sus impuestos y respeta las reglas.

En realidad para que un sistema funcione, el ciudadano debe de involucrarse de manera activa en el quehacer público. Cierto, se necesita un gobierno, cierto, se necesita un congreso. Se necesita un orden, quienes estén al frente, pero el ciudadano debe poder tener cierta incidencia en este. De lo contrario, la acumulación de poder procura una más rápida corrupción de este sistema.

La ciudadanía se puede organizar de diversas formas. Desde participar en juntas vecinales, formar asociaciones civiles que sirvan como contrapeso, o bien, pueda actuar donde el gobierno no sabe como, no puede o no quiere actuar. El ciudadano responsable debe incidir para que su entorno sea favorable para él, para los suyos y para la sociedad. Es irresponsable pensar que solamente el trabajar lo hace un ciudadano responsable, cuando esa actividad, si bien beneficia a otras personas directamente, tiene como fin, procurar su bienestar y satisfacer sus necesidades personales.

Las sociedades desarrolladas funcionan porque la sociedad incide en las políticas que se desarrollan. De esta forma el gobierno diseña políticas públicas que entienden mejor las necesidades del ciudadano, debido a que la sociedad se convierte en un agente de presión. Sin una ciudadanía activa y responsable, el gobierno puede crear las políticas que quiera, que más les convenga, y en muchos casos sin el grado de especialización que se requiere (debido a que el gobierno no puede estar en todo, y los ciudadanos por su contraparte, pueden especializarse en diversos temas).

Los gobiernos autoritarios y con una jerarquía vertical, funcionan más en sociedades cuya ciudadanía está subdesarrollada. El problema es que a veces se forma un círculo vicioso, debido a que dichos gobiernos procuran que el estado de las cosas siga así, porque el desarrollo de la ciudadanía les significa una pérdida de poder. Algunas naciones han formado un capital ciudadano considerable después de vivir una dictadura, pero no fue la dictadura la que fomentó este capital, por el contrario. Pero estas sociedades liberadas son las que terminan valorando más sus libertades, y por ende, la responsabilidad que han adquirido como ciudadanía libre.

La libertad implica una responsabilidad. El no entenderlo genera el riesgo inminente de una regresión, porque para que la libertad funcione, se necesitan ciudadanos responsables.