Las mujeres como accesorio

Ene 20, 2013

-¡Ponte una falda larga! ¿Cómo puedes salir a la calle así? La gente te va a tratar como un objeto. -¡Una mujer no debe de hablar de política en la mesa, eso es tarea de hombres!. ¡El espacio de una mujer es la casa, una mujer puede cambiar al mundo desde su casa!, -¡Te vi, te vi, navegando en esa página de elcerebrohabla.com, eres una zorra, una puta, una cualquiera, degenerada, no tienes principios!.

Las mujeres como accesorio

Se me hace curioso que a una mujer le digan que no puede usar falda corta, que se tape los hombros, porque eso hará que los hombres la vean como un objeto. Caray, pero si históricamente han tratado a las mujeres como objeto, como accesorio de los hombres. Leyendo ese libro de El Espíritu de las Leyes del francesito Montesquieu ese, veo como en la mayoría de las culturas a la mujer le daban menor valor que a los hombres. La mujer ha sido sometida históricamente al hombre, posiblemente en algún momento de la historia funcionó. El hombre tenía que salir a cazar mientras la mujer se quedaba a cuidar a sus hijos. Físicamente el hombre era fuerte y la mujer más débil. El problema es que para sobrevivir en el mundo actual se necesita más cerebro que músculo, y las mujeres tienen cerebro, mucho, con la capacidad de sobresalir al igual que el hombre.

Un hombre fuerte físicamente en épocas antiguas era signo de admiración, de supremacía. Hoy esa «ventaja» te sirve para ser modelo de comida energética, güarura de alguien importante, o atleta, pero nada más. El cerebro es tan importante que en la actualidad una persona que padece esclerosis múltiple (Stephen Hawking) puede ser un líder intelectual a nivel mundial mientras en otra época hubiera sido matado por deforme.

Por eso no entiendo el machismo en estas épocas. Todavía en algunos sectores de la población se cree que la mujer se tiene que quedar a barrer y a trapear la casa mientras el esposo «se la raja en el trabajo». Menos entiendo como algunos países de medio oriente no han llegado siquiera al renacimiento, y siguen vistiendo a sus mujeres con un velo tan insultante que solo permite ver sus ojos, incluso países que han tratado de occidentalizar sus gustos como Irán.

Dicen que la mujer «no debe de enseñar» porque provocan la lujuria en el hombre. Pero históricamente, con o sin ropa, los hombres han tenido fantasías sexuales con las mujeres, o han querido abusar de ellas. Incluso algunos de quienes critican a las mujeres por esta situación, son los mismos que se atreven a culpar a las mujeres por ser violadas y no a los hombres que cometieron la violación. Una forma muy útil para evitar el abuso hacia las mujeres es invitarlas a que se respeten, se valoren, y para eso es necesario dejar la cultura del machismo. En general las mujeres en la actualidad usan «poca ropa» por comodidad más que para pervertir a los hombres. Naturalmente a varias de ellas les gusta tener una buena figura y resaltarla con la ropa, pero haciendo a un lado aquellas que se dedican a la prostitución, no creo que las mujeres se vistan de tal o cual forma para pervertir a los hombres.

Montesquieu hablaba de las religiones. Decía que la protestante se acomodaba más a la república (ahí el caso de los países europeos), la católica a la monarquía, y la mahometana a los déspotas. Se ven muchas similitudes con los estados actuales y podemos ver que el patrón del que habló hace 3 siglos sigue vigente. Pero lo que me importa aquí son los déspotas árabes, que a diferencia de los estados cristianos, no pasaron por la etapa de la  ilustración y quedaron estancados socialmente (y muchos de esos países también en el sentido económico). Los árabes pueden tener varias esposas, los hombres tienen más ventajas ante la ley, una mujer violada tiene muchos problemas para demandar al violador dado que las leyes favorecen al último. Mientras que en las entidades cristianas (protestantes y católicas) vemos un avance en materia de derechos civiles y donde la mujer tiene cada vez una participación más activa en la sociedad, en las musulmanas se les sigue tratando como objeto, como una de tantas opciones que tiene el déspota para hacerse placer en la noche.

Triste es que a las mujeres se les vea como accesorio. Tanto la pornografía como el velo, y el sometimiento, denigran a la mujer (paradójico que quienes más condenan la pornografía son también los que someten más a la mujer). Creo que debemos superar como sociedad tabúes y mitos falaces que atentan a la humanidad.