La esencia de las fiestas, de la reflexión a la peda

Dic 27, 2012

Caray que todas las fiestas religiosas se están secularizando. Me comentaban que debido a esto la navidad se empezaba a celebrar en países como China, algo más consumerista que religioso. Arguyen que solo de esta forma la «navidad» puede globalizarse más, pues al ser una fiesta cada vez más secular, entonces sociedades con otras religiones o bien ateas, las podrán aceptar con menos recitencia. Pero no se relativizan solamente los orígenes de la navidad, también la de las posadas o inclusive los de las fiestas patrias.

La esencia de las fiestas, de la reflexión a la peda

Llegamos un punto donde festejar en alguna fecha, más que conmemorar una tradición o un hecho histórico, sirve para desprendernos un poco de la rutina diaria. Si la «peda» es el 15 de septiembre, entonces estamos conmemorando el aniversario de la independencia, si esta es en las primeras semanas de diciembre, a esa peda le llamamos posada, si es el 24 o 25 le llamamos navidad. Todo depende de cuando esa peda o fiesta o reunión se lleve a cabo. Pero dentro de estas, ¿sabemos que se está festejando? ¿conocemos la esencia de las fiestas que por su simbolismo, son meritorias para tomarlas como día de asueto?

En la noche buena pasada por ejemplo (hablo de mi familia) no hubo prácticamente ningún elemento que nos recordara la esencia de la navidad, y sí el consumerismo que implica esta. Cuando era niño, los papás nos ponían a leer trocitos de papel alusivos al nacimiento del «niño Dios». Ahora no existe nada de eso en realidad. La navidad es simplemente un pretexto para que la familia extensa se pueda reunir y en mi caso, pueda recordar su pasado. Pareciera que estamos festejando a la familia en sí, pero no veo ni arbolitos, ni niños dioses. Pero sí veo muchos iPhones, niños con regalos, adornos navideños que se entremezclan entre su versión tradicional (reyes magos, Virgen María) y su versión marketera (Santa Claus).

El grito de independencia es otro caso. Siempre he sido un crítico por el hecho de que la gran mayoría de los mexicanos, no sabe bien a bien que se festeja. En sus cabezas solo les quedan reminiscencias históricas recibidas de los libros de texto gratuito en la primaria. Es algo así como festejar el «triunfo de la selección mexicana de futbol» pero sin futbol. Nos pintamos la cara de verde, blanco y rojo, ponemos una banderita en el auto y ¿Quién rayos es Josefa Ortíz de Dominguez? me suena, me suena. ¿No salía con Ninel Conde en la novela de las 5? ¿Quién es Hidalgo, Morelos, Guerrero? ¡Aaah ya sé! Así se llaman unas calles del centro de la ciudad, y quién sabe por qué, pero cuando voy a otras ciudades de México también se llaman así. Si digo, muchas veces no tenemos memoria histórica en base a los hechos que nos tocó vivir (un pelón por ahí), menos entenderemos lo que sucedió hace ya poco más de 200 años. El bicentenario tan jodido que celebramos y que tan solo nos dejó una suavicrema con tecnología más obsoleta que un Atari, es una muestra de ello.

Gritémonos, abrazos, besos, gritos, puños erguidos. Todo en torno a un tarro de cerveza o una botella de tequila. Bar X, 3 botellas de tequila, 16 de Septiembre = Grito de Independencia. Bar X, 3 botellas de tequila, 18 de Diciembre = Posada, Bar X, 3 botellas de tequila, 31 de Diciembre = fin de año, ¿Qué, ya se acaba el año, que no era bisiesto? En un futuro no muy lejano: Bar X, 3 botellas de tequila = boda (seguramente te acordarás más de la peda que con quien te casaste, ponte buzo). Bar X, 3 botellas de tequila = velorio ¿Y el muerto, que no se han dado cuenta que alguien murió hoy y ustedes de parranda?

Todo sea por las fiestas. Espero que cuando este sitio cumpla 5 años no se me vayan a ir de juerga sin acordarse que este sitio cumple, 5 años.