Los camioneros de Guadalajara

Ago 16, 2012

Imagina que el poder ejecutivo decide robar dinero de tus impuestos, quieren construir un club campestre para cada ex Presidente de la República, el cual cada uno contará con diez canchas de tenis, dos albercas, cuatro Porsches, y un aeropuerto propio. El chiste costará mil millones de pesos. Pero el Congreso no ve con buenos ojos la decisión del ejecutivo, y dice, para quedar bien con ambas partes, entonces se invertirá 500 millones de pesos. El club entonces solo contará con 5 canchas, una alberca (olímpica eso sí) y dos Porsches. ¿Sería justo para la población de todos modos?. Bueno, eso pasó en mi ciudad.

Los camioneros de Guadalajara

Si bien, el aumento innecesario de tarifas, es un asunto que ocurrió en mi ciudad, creo que vale la pena tocarlo porque es algo que ocurre en muchos lados de la República Mexicana, y vale la pena tocarlo porque la corrupción y el cinismo no es algo que solo atañe a los partidos políticos (falsa esa premisa maniquea de políticos malos, diabólicos; y ciudadanos, y empresarios angelitos), sino que se extiende a estas empresas a las que les otorgan la concesión de los autobuses. Aquí en Guadalajara a este conjunto de empresas que manejan el transporte público se les conoce como «Pulpo Camionero», y por lo que veo es un término usado en varias ciudades de la República, no solo en Guadalajara.

Quien ha usado el transporte público en Guadalajara, sabrá que el servicio es deficiente. Los autobuses no se detienen en las paradas asignadas, manejan a la velocidad que les conviene (demasiado lento o demasiado rápido), la educación de los choferes, es, pésima; su imagen es aún peor. A veces el mobiliario de las unidades está deteriorado, y que decir de los espacios asignados para discapacitados o mujeres embarazadas, los cuales pues muchas veces no son respetados y los que manejan los camiones no hacen absolutamente nada. Muchas veces manejan conduciendo su celular. Aceleran cuando los usuarios no se han terminado de subir o bajar. Se paran en una tiendita o puesto de tacos hasta cinco minutos para tener su almuerzo en el camión, y algunas veces hasta se lo comen mientras van manejando. Algunos de estos choferes están afiliados a los sindicatos usados históricamente por el PRI para ejercer control sobre los trabajadores, como el CROC. Algunas otras empresas camioneras han estado cercanas al PAN, incluso el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña (otrora Secretario de Gobierno de Felipe Calderón) fue director de Sistecozome, un organismo que se encarga de dirigir parte del transporte público en Guadalajara.

Con todo esto, los dueños de las empresas camioneras y los conductores tienen la desfachatez de pedir un aumento de dos pesos (de seis a ocho pesos) en el pasaje. Siempre hablan del aumento de precio, pero de hace más de diez años a ahora, el precio del transporte público ha subido por encima de la inflación, y el servicio nada más no mejora.  Los camioneros ejercen presión llamando a un paro donde terminan perjudicando a los usuarios, como ocurrió el lunes. Así también cabildean para obtener sus caprichos. Lograron que el transporte aumentara aunque sea un peso, y todavía tienen el cinismo de decir que como no aumentó dos pesos, entonces el dinero no les alcanza y el servicio va a empeorar. Quieren aumentar sus ganancias, pero no quieren ofrecer un mejor servicio para obtenerlas.

El gobierno cedió, la mayoría de los priístas aceptaron el aumento, entre ellos los alcaldes de Guadalajara y Zapopan. Tal vez no muchos panistas firmaron, pero los que firmaron eran los que menos debían firmar y nos dice la postura condescendiente de los blanquiazules ante esta situación. Naturalmente todos los camioneros firmaron, e incluso un miembro del SNTE firmó. La sociedad no se ha quedado callada, y la organización civil Ciudad Para Todos creó una campaña llamada #calificomichato, con el cual buscan generar conciencia para exigir un mejor transporte público. Esta OSC pegará calcomanías con algunos de los puntos de exigencia en paradas seleccionadas.

Es una vergüenza que pase esto. No entiendo por qué el gobierno no les quita la concesión a estas mafias camioneras, en lugar de ceder a sus chantajes. De esta forma se está postergando la mejora del transporte público en nuestro país.