Es curioso, aquí en México la gente ve las manifestaciones ciudadanas como algo de «tercer mundo» aún cuando estas son pacíficas. Si se cierra una calle por media hora, la gente se siente agraviada, se pregunta como eso puede pasar aquí en nuestro país en «vías de desarrollo», y le grita a los manifestantes -mejor pónganse a trabajar-, aunque la gran mayoría de estas manifestaciones se hacen en tiempos no laborables (entre semana por la noche o en domingo). Algunos aprovechan eso para decir que debido a las marchas, se ahuyentan las inversiones (sí, como no); pero por ejemplo estas mismas personas no te dicen que en España es demasiado común ver marchas, en Inglaterra que decir, e incluso ahora en Estados Unidos. Por el contrario, muchas de las manifestaciones se llevan a cabo en países lo suficientemente desarrollados como para que su sociedad tenga conciencia política y ciudadana.
Por eso les traigo un caso de éxito que rompe paradigmas, que ha sido minimizado porque demuestra que puede haber éxito utilizando la fórmula contraria a la que las autoridades y grupos de interés generalmente aplican para tratar de «resolver las crisis económicas y sociales». Este es el caso de la Revolución Islandesa:
Todo comienza con el infame promotor neoliberal Milton Friedman. Islandia siempre fue uno de los mejores países para vivir (a pesar de que hace mucho frío por allá), en un país cuya capital Reikiavik tiene no más de 200,000 habitantes, tienen servicios de primer mundo, el economista llegó con su propuesta de privatizar todo, de desregular todo, de promover las «reformas estructurales que Islandia necesita». Friedman logró su cometido, se privatizó todo, se desreguló todo, se entregaron los bancos a la especulación financiera. Gracias a esta desregulación, los islandeses tuvieron crédito para todo, con los bancos sosteniéndose con créditos artificiales (lo que desató la crisis mundial), había crédito para autos, casas, viajes, producción, consumo. El país creció, pero dicho crecimiento fue artificial y no correspondía a un aumento de la productividad; nada más se vino la crisis mundial, los ingleses nacionalizaron sus bancos y a Islandia se le cerró el grifo de la llave, ya imaginarán lo que pasó: Islandia se endeudó, se generó una burbuja inmobiliaria y esta explotó.
Los bancos colapsaron, varias de las viviendas fueron embargadas. Los banqueros hundieron al país y exigían que papá gobierno los rescataran. Esta crisis era la jamás vista no solo en Islandia, sino en cualquier país del mundo. La economía se deterioró, y las manifestaciones comenzaron. Hördur Torfason inició una protesta individual en el 2008 donde tomó un micrófono y una guitarra, poco a poco la gente se fue sumando, y las protestas empezaron a ser cada vez más grandes. Los banqueros pugnaban por el rescate del estado como en Grecia, España y Estados Unidos, como sucede con la política neoliberal, se privatizan las ganancias pero las pérdidas se iban a socializar, y dividiendo el dinero entre todos los habitantes, les iba a tocar a cada uno algo así como 60,000 euros, que equivaldría a un millón de pesos por persona.
Ante todo esto, las manifestaciones se arreciaron, por primera vez, Islandia tuvo que utilizar la fuerza para contener la manifestación (al ser un país chico, desarrollado y tranquilo nunca se habían visto en la «necesidad»). Los islandeses se opusieron tajantemente a la socialización de las deudas, ellos no querían un Fobaproa, querían que se hiciera justicia. Y los islandeses se atrevieron a decir que no. Buscaron que se realizaran elecciones anticipadas y que renunciara el Primer Ministro de derechas, y lo lograron. Entra la Primera Ministra de Alianza Socialdemócrata (de izquierda) Jóhanna Sigurðardóttir y decidió buscar la creación de una nueva constitución con la participación de los ciudadanos. También se sometió el asunto de la deuda a referendum y más del 93% de los ciudadanos dijo NO, solo el 2% aceptó que se rescataran a los bancos. A estos bancos se les dejó quebrar y se encarcelaron a varios de los banqueros que especularon con el dinero del pueblo, los que siguen libres, siguen siendo buscados por la Interpol.
Ahora Islandia se ha recuperado exitosamente de una crisis más severa que por ejemplo, la que sufre España. En el 2012 Islandia triplicará su crecimiento y es un país tranquilo y próspero, el secreto, el que no quieren que sepas, es que decidieron no rescatar a los bancos. Por esta razón este hecho es minimizado, porque generalmente se venden los rescates bancarios como una medida necesaria para que las economías no colapsen, pero en Islandia pasó lo contrario. ¿Qué sería de Islandia si la gente «mejor se hubiera puesto a trabajar»?, ahora los islandeses estarían pagando el 5% de sus ingresos a este rescate por un periodo de 15 años.
Pero bueno, aquí en México manifestarse es de ninis, gúevones, bananeros, pejezombies, resentidos sociales. Al igual que en Islandia, tendremos que decirles «NO».