El amor es duro, duro, duro

Jul 19, 2012

El amor es duro, duro, duroLa gente cree que el amor es el mayor éxtasis a donde puede llegar al ser humano, pero a veces olvida que al final del amor, hay amargura y dolor (ya los niveles de amargura dependen de cada uno y de la situación), por ejemplo, un hombre antes de casarse dice, pues yo tuve tres novias. Dicho hombre se enamoró de esas tres mujeres, las besó, las soñó, se acostó con ellas (lo más probable), pero después de eso (a menos de que sea un patán), sufrió y terminó la relación. Posiblemente a este hombre se le rompió el corazón tres veces (hablamos de un hombre que tuvo pocas novias), estuvo en la cima y luego en la sima. Y es que eso es normal porque es parte de los ciclos del ser humano donde debe de aprender tanto a amar como a sufrir.

Suena cruel pero así es, el ser humano por instinto natural busca a la pareja con la cual pueda dejar una mejor herencia, dentro de cada decisión hay impulsos inconscientes (y vaya que los hay) que nos dice a que mujer buscar. A pesar de que hay una tendencia general a buscar cierto tipo de mujer, por más guapa sea mayor posibilidades (cara, pompas, cadera, busto, pierna) y también lo es si la mujer es inteligente. Pero a partir de ahí la búsqueda es subjetivo, lo que me gusta a mí, no necesariamente le va a gustar al otro, y por ende, todo ser humano, a menos que sea un fracasado total, tiene la capacidad de buscar una pareja, por más defectos que este tenga. Cuando andamos con personas, no solo practicamos, sino que inconscientemente estamos evaluando si aquella persona es la indicada para unirse y procrear (incluso en las parejas que deciden no tener hijos este mismo impulso también condiciona la búsqueda de ellas). Si a esto le sumamos una idealización que nos hacemos de la otra persona, entonces se entiende el dolor que se produce en la ruptura.

A veces cuando la pareja te bota, es porque no cumpliste los requisitos suficientes para ser aquel o aquella persona indicada. Y no es malo, porque así como uno no es opción para una persona, si lo es para otra. Claro está, una persona perdedora con baja autoestima tendrá dificultades de cumplir dichos requisitos con cualquier persona, a menos que encuentre a alguien con la misma problemática. Claro, una persona físicamente atractiva estará en ventaja, mientras que los que no lo son, deberán buscarse ventajas y desarrollarlas en otros ámbitos (ahí dicen que verbo mata carita).

Lo malo en esto del amor es que dentro de esta búsqueda, muchas personas terminan lastimadas. Hay hombres que por ejemplo, les dicen a sus parejas que les van a bajar la luna y las estrellas, ese es mi compromiso amor, y tu sabes que lo voy a cumplir, y muchos piropos demagogos más (una mezcla de cupido, Corín Tellado, Peña Nieto y AMLO). Al final se terminan rajando y dicen ¡no puedo, tengo problemas, tengo hijos que mantener!, y es que muchas personas no están dispuestas a pagar el precio del compromiso y terminan huyendo. Claro, que cuando decían amar a «la víctima» pero no era la indicada, entonces menos problemas tendrán en botarla, con todos los remordimientos éticos y morales que esto implique.

Dentro de la búsqueda del amor hay dolor, y es que para que exista dicho amor, necesariamente debe existir el sentimiento opuesto, no hay alegría sin tristeza, no hay placer sin existir dolor. Para que todo este proceso termine en algo positivo, dependerá de la inteligencia del ser humano para llegar a la persona indicada y poder abordarla. Una persona con una poca inteligencia emocional posiblemente se quede a medio camino y todo ese recorrido «amoroso» termine siendo una tortura.

En el amor, la suerte es secundaria. La suerte podrá hacer que te topes con la persona indicada, pero no que sepas abordarla que la sepas conquistar. El amor puede (y debe) ser puro y sincero, pero para llegar a él, el humano debe saber adaptarse a su entorno, si no, que luego no vengan a este blog a reclamarme que «por qué yo que soy tan buena persona y nada más nadie me hace caso».