México siempre … fiel

Mar 23, 2012

mexico siempre fielLas visitas de Juan Pablo II causaban mucho furor en los mexicanos, incluso personas que no eran religiosas, al menos no activamente, mostraban cierto entusiasmo, no solo por el hecho de que Juan Pablo II fuera el líder de la Iglesia Católica o considerado como  el «enlace» entre nosotros los humanos y Dios, sino porque desde su posición logró muchas cosas positivas en el mundo, ciertamente como todo «humano» tuvo sus errores, pero la influencia que ejercía en el mundo generalmente era para bien. A pesar de que le tocaron momentos difíciles para la Iglesia, gracias a él, la imagen de esta institución no se deterioró aun más. A Juan Pablo II muchos lo recuerdan como un mensajero de la paz, a un líder que dejaba constantemente su silla en El Vaticano para viajar por todo el mundo e incluso para restablecer relaciones diplomáticas con otras religiones.

Benedicto XVI en cambio, es visto como un Papa conservador; no se pueden negar sus amplios estudios y conocimientos teológicos, pero no tiene el carisma de Juan Pablo II. Si bien los asuntos de la pederastía comenzaron en épocas de su antecesor, la crisis que generó en la Iglesia Católica le explotó en las manos a Benedicto XVI. Claramente también problema que los críticos (algunos con cierto interés) han magnificado tratando de hacer creer que la pederastía es un problema generalizado, y no que si bien si es un problema que la Iglesia Católica tiene que atender y poner mano firme, se trata de una minoría. Pero también es cierto que el papel de la Iglesia en estos temas ha dejado mucho que desear, lo que ha minado su credibilidad. Un claro ejemplo es la negativa a hablar con los afectados por el difunto líder de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.

No se niega que en el sector conservador de la población, existe entusiasmo por la visita, y seguramente en León veremos calles llenas esperando ver a Benedicto XVI, pero también es cierto que muchos de los que no estarán en la calle, ven a Benedicto XVI como una persona non grata, por diferencias ideológicas, o bien por los casos de pederastía a los que la Iglesia ha desatendido. Muchos mexicanos no ven con buenos ojos la visita del Papa por el gasto que hará el gobierno para recibirlo, o bien porque en las primeras filas en la misa que ofrecerá en el Parque Bicentenario, estarán los «empresaurios» como Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Salinas Pliego, e incluso políticos como Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, y si, Andrés Manuel López Obrador (quien fue invitado a la zona VIP también), aunque eso podría justificarse un poco pensando que aparte de venir como representante de la Iglesia Católica, es una visita de estado.

La Iglesia Católica tiene los ojos puestos en el México siempre fiel, esto porque saben que están perdiendo feligreses, los cuales o bien terminan por dejar la religión y refugiarse en el agnosticismo o ateísmo, o por otro lado, terminan migrando a otras religiones. México es uno de los países con más fieles (todavía) en el mundo, y la intención clara de la Iglesia es fortalecer esa fe, por eso se entiende el interés que tienen en el artículo 24 de la constitución; aunque aseguran que por el teje y maneje político no podrán reformarle muchas cosas (al menos no al grado de que se permita la religión en las escuelas públicas).

Si, Juan Pablo II era el mensajero de la paz, Benedicto XVI es el emperador Palpatine; no solo por su increíble parecido facial con el personaje oscuro de Star Wars, sino por lo que para muchos representa él y la Iglesia Católica. Y creo que inmiscuírse en la vida política y social de México es a mi juicio contraproducente, porque por más de 150 años de estado laico (de la Guerra de Reforma a la actualidad), donde a veces es difusa la línea entre «libertad religiosa» y «censura a las religiones», México ha sido siempre uno de los países más católicos del mundo. La solución no está en el artículo 24, no está afuera, está dentro de la propia Iglesia Católica, y si quieren recuperar terreno, deberán tener un sentido autocrítico y buscar recuperar credibilidad, porque para muchos, a veces la Iglesia más que parecer la legítima representación de Dios en la tierra, pareciera ser un poder de facto. La gente tiene acceso cada vez a más información (que como la digieren es otra cosa), y la Iglesia deberá entender esta nueva dinámica, si no lo hace terminarán perdiendo, porque sus opositores ya la han entendido, y vaya que la han entendido bien.

A mi, lo que haga la Iglesia o deje de hacer me tiene sin cuidado. No me molesta en absoluto que la gente sea religiosa, que apoye a Benedicto XVI y que tome los valores de la Iglesia como valores propios. Para mi es solo una institución más, y como institución, si están teniendo problemas reflejados en su area de influencia (toda la comunidad católica mundial) es que deben de comenzar por hacer el aseo en casa, antes que presionar a la sociedad a ser «más fiel», de lo contrario habrá un tiempo que México ya no será siempre fiel.