Vázquez Mota, el precio de la moda

Feb 7, 2012

Son las ideas, y no los genitales de las personas, las que hacen a una sociedad avanzar, evolucionar: Con la designación de Josefina Vázquez Mota como la candidata presidencial Acción Nacional confirmó lo que ya todos sabíamos; la ausencia de un verdadero prospecto presidencial: La continuidad de un sistema económico que ya había demostrado su ineficiencia desde el salinismo, darle todo a los empresarios bajo la creencia de que sólo ellos saben como usar correctamente el capital, orquestar una estrategia contra el narco que se basa en matar capos y no en atacar las redes financieras de los cárteles,  creer que el problema de la delincuencia no tiene nada que ver con la pobreza y el desempleo,  fortalecer un tratado de comercio que pone a combatir a corderos y leones y el promover a la iniciativa privada sin condiciones son medidas que, como cuchillas en la espalda, han sido devastadoras para el país y que se intensificaron en los últimos 12 años, las consecuencias son claras; empobrecimiento de el grueso de la población, abandono del campo, enriquecimiento de ciertos grupos de poder, aumento de desempleo, aumento de pobreza, aumento de delincuencia, descontento social, aumento de la  narcoviolencia, descuido en materia educativa y aumento de la corrupción… en pocas palabras,  la derecha mexicana ha acelerado el desplome de la nación, y, por ende, el hartazgo que hace 12 años le favoreció hoy por hoy es su verdugo: Se acabaron los argumentos, las escusas y las ideas, de esta manera Acción Nacional, en un último esfuerzo por retener la silla presidencial, le ha apostado al voto por el género.

Josefina Vázquez Mota puede describirse con una palabra; gris; con un discurso prácticamente memorizado que contiene propuestas vacías y contradictorias sólo su condición de mujer puede hacerla subir en las encuestas: La ahora candidata a la presidencia no representa otra cosa que la continuidad; en una entrevista al diario La Jornada declaró:

“La segunda propuesta es que si bien tenemos estabilidad económica y ésta ha sido producto de una gran responsabilidad monetaria y fiscal y de tener cuidado con los niveles de endeudamiento, ha llegado el momento de prender los motores del mercado interno, es decir, sin regresar a los esquemas proteccionistas y paternalistas, tomar medidas para incentivar la industrialización del país, el sector de los servicios y el campo. Se han tenido avances económicos, pero existe el gran reto de lograr la equidad, y para ello hay que volver a crecer.”

Es claro como la panista defiende los logros de su partido en la presidencia aludiendo a una supuesta responsabilidad fiscal; según expresa, en México hay estabilidad económica y dice que atenderá al campo sin volver al paternalismo… Vázquez Mota ignora la imprudencia con la que actuó el gobierno federal y la secretaría de haciendo durante la crisis del 2008 llegando al punto de insistir con la “modernización” de PEMEX  sabiendo que el petróleo es vital para la economía mexicana al representar la primera fuente de divisas con  ganancias de hasta 35 millones de dólares; igualmente delira cuando habla de estabilidad económica, pues para lograrla hay que mantener los niveles de desempleo al mínimo; el universo de personas que no logró trabajar siquiera una hora a la semana se disparó a 2 millones 564 mil 100 en junio de 2011… Para reactivar el campo habría que acabar con la competencia tan desigual que representa el TLC, claro que para la derecha los tratados comerciales son necesarios para el desarrollo de los países y, bajo las lógicas neoliberales que han regido a la clase conservadora, el hablar de autoconsumo ya es regresar a las prácticas paternalistas; según el accionar de los gobernantes durante los últimos años el negarse a que el rezagado campo mexicano se enfrente a la gran bestia que representa el agro estadounidense es negarse al futuro. No sé si Vázquez Mota en verdad crea que en los logros de su partido, pero es un hecho que planea continuar con el sendero marcado por sus antecesores, la pregunta en concreta; ¿vale la pena sacrificar al campo, a las pequeñas y medianas empresas, incrementar la inseguridad y la violencia, aumentar el desempleo y la pobreza y, en general, ahondar las heridas del México actual con tal de tener una presidenta?