Reflexión sobre El Cerebro Habla

Dic 30, 2011

Hoy como que no estoy de humor para hablar sobre temas políticos, me tiene un poco abrumado. Y no ando tan lucido para escribir a fondo sobre un tema, más cuando gasté toda la inspiración el día de hoy a escribir mi libro, aprovechando que en esta semana tengo el trabajo relativamente parado, dado que mis clientes se fueron de vacaciones y me dejaron con la «chamba congelada» cosa que volverá a la actividad la próxima semana. En realidad tengo mucho trabajo y estos últimos dos meses fueron pesados, porque aparte de tener varios proyectos a la vez, me molestaba en escribir en este blog, y además le seguía con mi libro. Mis horas paradas frente a la PC eran maratónicas y me olvidé de mi rutina de ejercicio.

Siempre he dicho que mi blog es un tanto curioso. He leído muchos «consejos» sobre como llevar un blog al éxito y la verdad es que ni caso les he hecho, porque eso implicaría limitar mi libertad de escribir. Tan solo he seguido algunos pocos consejos de posicionamiento y he hecho interacción con redes sociales; he usado la mercadotecnia a mi propia manera y no he buscado copiar otros modelos. He visto como muchos blogs incluyen carruseles de noticias y demás parafernalias para que se vean modernos. Yo he preferido seguir el modelo tradicional y me he enfocado en la usabilidad para el usuario final, que sea fácil de leer, de comentar, de compartir en redes sociales, de buscar artículos antiguos, etc. El diseño de mi blog es un tanto curioso, porque lo inicié a partir de una plantilla que me encontré hace más de 3 años, a lo largo de estos años he hecho diversas modificaciones a la imagen y a la programación que de la plantilla original no queda absolutamente nada. El diseño lo he manejado así como Facebook maneja el suyo, nunca ha cambiado por completo su diseño, más bien va metiendo cosillas aquí, cosillas allá, para irlo modernizando con el paso del tiempo. Algo parecido creo que yo he hecho.

Sobre los contenidos, siempre he utilizado la filosofía de publicar y dejar los contenidos en línea incluso si me arrepiento de haber publicado una cosa. Si cometo un error en un artículo no lo borro, sino que aclaro que he cometido un error dentro del mismo artículo. Nunca tomé clases de redacción ni ortografía, aunque tampoco es como que tenga un nivel para presumir. Algo que suelo hacer (y si no lo hago, es porque decido no hacerlo a propósito) es diseñar los artículos de acuerdo a un método que me enseñaron en Toastmasters (que son cursos de oratoria y no de redacción), es decir, el artículo debe tener una introducción, un desarrollo y un desenlace. Algo que nunca hago y que creo que a la larga me ha servido es no usar correctores ortográficos. Prefiero equivocarme y darme cuenta de los errores, en vez de que un programa me los corrija automáticaemente, creo que de esa forma he aprendido otrografía de una manera más eficiente.

Algo curioso, de lo que me acabo dar cuenta, es que una de cada diez personas entra a este blog por un dispositivo móvil. Había hecho la comparación hace poco menos de un año y casi nadie entraba por ese medio pero el número se disparó. Naturalmente me tuve que dar a la tarea de crear una plantilla especial para smartphones (Android, iPhone, Blackberry, iPad), de hecho la podrán ver si entran por medio de uno de estos dispositivos. Aunque me parece un poco tedioso tener que programar en la PC y estar viendo los cambios en mi iPhone, pero naturalmente uno se tiene que adaptar a las nuevas tendencias. Aunque a mi en realidad no me gusta mucho navegar en el iPhone, lo uso para lo elemental, llamadas, mensajes, Whatsapp, Google Maps para no perderme cuando manejo (aunque un GPS sería mucho más cómodo) y meter música; uso Facebook y Twitter de una manera reducida, porque se me hace mil veces más práctica la PC para esas cosas.

Los dejo, tengo mucho sueño.