Felipe Calderón, a la Corte de La Haya por “crímenes de guerra y lesa humanidad”

Oct 11, 2011

Había soltado tremenda carcajada cuando Felipe Calderón se había autonombrado «humanista», porque a pesar de que se dice que el PAN es un partido humanista, el gobierno de Calderón no me lo ha parecido tanto, porque las políticas económicas neoliberales (como lo ha sido en la mayor parte de su gestión exceptuando algunos rubros como el Seguro Popular o el Programa Oportunidades) no son humanistas, obedecen a interes económicos. También su combate contra la delincuencia no es humanista, no porque no lo sea combatir a los criminales, sino porque se ha olvidado de reforzar las bases (educación, oportunidades de empleo, reconstrucción del tejido social) como una medida complementaria para atacar al narcotráfico.

Pero creo que existen personajes en México que se están llendo al otro extremo al demandar a Felipe Calderón por «crímenes de guerra y lesa humanidad». Entre esta gente se encuentra el periodista de la revista Proceso Julio Scherer, el productor Epigmenio Ibarra, y el sociólogo John M. Ackerman. ¿Por qué al otro extremo?, porque están culpando directamente al Presidente de la muerte de ahora más de 50,000 personas. Es cierto que ese es el resultado de su estrategia fallida contra el narco, pero tampoco he visto que Felipe Calderón haya mandado matar a esas personas lo cual marca una gran diferencia. Me pregunto, ¿Por qué nadie tuvo el atrevimiento de mandar a esta Corte a Díaz Ordaz por la masacre del 68 o a Salinas de Gortari quien mandó a matar no se cuantos perredistas?. Esos si eran casos para someterlos a juicio ante una autoridad internacional.

Hago una paradoja. Imagínense a un empleado de una importante firma. El tiene autonomía en su puesto de trabajo y el puede tomar ciertas decisiones sin autorización de su jefe. Tiene que diseñar un plan y lo hace mal, toma la decisión equivocada, la empresa empieza a perder dinero y el empleado necio creyendo que su decisión es la correcta no cambia de parecer. La empresa termina perdiendo muchos millones de dólares, por lo cual decide no solo despedir a su trabajador, sino que lo demanda penalmente y este termina en la cárcel. ¿Sería justo?. Claro que no.

Felipe Calderón nos debería responder muchas preguntas, sobre todo lo relacionado con los grupos paramilitares que comienzan a aparecer (como los Matazetas), los cuales supuestamente están financiados por empresarios, y algunos sugieren que incluso hay intervención gubernamental. El Gobierno Federal lo niega, pero está a la vista de todos. Y si bien algunos podrían pensar que esos paramilitares ayudarán a combatir al narcotráfico, lo deberían de pensar dos veces, porque algo así sucedió en Colombia y cuando estos vencieron, se quedaron con el negocio de la droga.

También que decir del caso de Rápido y Furioso donde se comprobó que autoridades norteamericanas abastecieron a cárteles de la droga con armas, y muchas otras cosas que oscurecen más el panorama ya de por sí negro en el asunto del narcotráfico. Pero no, no va por ahí, el que Felipe Calderón termine bajo las rejas no solucionará de ninguna manera el problema del narcotráfico. Me preguntaría si esto es una iniciativa ciudadana o más bien, tiene propósitos políticos. Y está bien que se le rinda cuentas al presidente, que se le exija o recrimine, pero creo que llegar a estos extremos nos habla de la intolerancia que todavía predomina en México, el buscar atacar a una figura pública en vez de buscar el bien común.

De seguro, no existirá sentencia alguna por la Corte de la Haya, más aún cuando Felipe Calderón forma parte de los «aliados» y todavía más aún cuando esta corte no logró poner a dictadores sanguinarios como Pinochet tras las rejas.

P.D. Sobre la pena de muerte

En Guatemala como tienen problemas de narcotráfico, el candidato derechista quiere implantar la pena de muerte. Se me hace una reverenda tontería, más cuando los narcos están sentenciados a la pena capital (y de una forma mucho más cruel que la que implementaría un estado) por parte de los cárteles rivales y aún así siguen haciendo de sus fechorías.