Las Sweatshops, la esclavitud en el trabajo moderno.

Oct 9, 2011

Hace unos días murió Steve Jobs, en Internet se vivió una especie de idolatría desmedida hacia este personaje de Apple, que, es cierto, realizó muchas innovaciones, pero como suele suceder, en algunos casos la pasión se desbordó. Era cuestión de días para que también empezaran a salir sus detractores, como el polémico Richard Stallman, quien dijo que si bien no le deseaba la muerte a Steve Jobs, si se alegraba de que se hubiera ido. Stallman es un ferreo defensor del software libre (indirectamente gracias a él, se crearon proyectos como Wikipedia) y estaba en contra del software privativo de Apple. Pero las críticas más fuertes vinieron de la forma en que la compañía de Cupertino fabrica sus productos. Apple, como varias empresas, subcontratan maquiladoras chinas (una empresa llamada Foxconn) para conseguir mano de obra barata y reducir los precios.

Las condiciones en que trabajan los empleados chinos son deplorables, bajo escasez de ventilación, sueldos precarios, mucho stress, jornadas de largas horas de trabajo, duermen en condiciones de hacinamiento y un alto número de suicidios, por lo que esta empresa decidió tomar cartas en el asunto, se les pidió firmar un acuerdo donde ellos no se suicidarían (porque si lo hacen, según la legislación china la empresa debe pagar a sus familiares una proporción del salario por tiempo indefinido), a cambio de un cierto incremento en su salario.

Apple no es la primera empresa que subcontrata este tipo de servicios, empresas como Nike o Gap han sido denunciadas por estos actos. Adidas también llegó a incurrír en este tipo de maquiladoras, pero la FIFA (a quien patrocina) pidió a la empresa alemana que mejorara las condiciones de trabajo de sus empleados. Cuando se descubrió este tipo de maquiladoras, llamadas «sweatshops», se produjo una gran indignación en muchos sectores de la población occidental. No podían creer que en pleno siglo XXI siguiera habiendo condiciones de trabajo como esas.

Pero aún así, hay quienes defienden este tipo de trabajos. Ciertamente tendríamos que pensar dos veces al usar el término «esclavitud» dado que los trabajadores acceden voluntariamente a trabajar en dichas empresas, aunque las condiciones en las que lo hacen produjeron que muchos adoptaran ese término. El sueco neoliberal Johan Norberg argumenta que antes de que llegaran esas fábricas a China, los ahora empleados de las sweatshops no tenían posibilidad alguna de obtener los ingresos que tienen gracias a estas empresas. Es decir, a pesar de la precariedad de este tipo de trabajos, parece que representa de cierta forma una mejora de vida en las clases bajas de la población China.

De cierta forma, nosotros quienes vivimos en Occidente, nos beneficiamos del llamado «trabajo esclavo», al comprar un iPod,  una camisa Nike, una TV, o cualquier aparato que sea manufacturado en Asia. Debido a estas condiciones, los precios bajan, y no solo los empresarios se benefician, sino que están en capacidad de ofrecer precios más baratos que los que podrían ofrecer si a los chinos o vietnamitas se les pagara un sueldo parecido a lo que ganarían ya no en un país como Estados Unidos, sino como México.

El asunto de las sweatshops me genera posiciones encontradas, dado que el trato que se les dá a los empleados es infrahumano de acuerdo a nuestros paradigmas de como debe de ser un trabajo, pero también es cierto que ellos han estado acostumbrados a vivir así, es parte de su cultura. Si China logra mantener ese ritmo de crecimiento, seguramente en unas décadas, esta gente verá un aumento en sus salarios y también mejores condiciones de trabajo. Creo que el menos culpable es el gobierno de China, dado que por el tamaño de su población y el tamaño del PIB no puede ofrecer algo mejor a un gran sector de la población. Pero creo que si, empresas como Apple, Nike o Gap deberían tomar medidas para que el trabajo de sus empleados sea al menos más digno.