El aborto, ¿Cómo prevenirlo?.

Sep 30, 2011

abortoVimos que hace unos días en Baja California y en San Luis Potosí se criminalizó la práctica del aborto desde la concepción. Es decir desde la unión de de el espermatozoide con el óvulo. Yo estoy de acuerdo en que el abortar a una criatura es algo malo (a excepción de que la vida de la madre esté en peligro), no porque la Iglesia lo diga, sino porque se está privando a un ser vivo de poder tener vida. Alejándonos un poco de los argumentos de la Iglesia para poder adaptar mis argumentos a aquellos que no son religiosos, considero que la vida es algo que va más allá de procesos químicos y materiales de nuestro cuerpo, el hecho de tener conciencia nos dice que nuestra vida va más allá, aunque dependa de ellos para su buen funcionamiento. Se habla de que la mujer tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo, pero al tener una criatura ya estamos hablando de otro cuerpo el cual ya no es parte de ella, y funciona de manera independiente.

Pero también hay otra cosa que es cierta, es que a pesar de que esté prohibido, las mujeres de todos modos abortan en clínicas clandestinas o insalubres, poniendo en serio riesgo su vida, lo cual termina siendo peor, porque entonces estamos hablando de la posible pérdida de dos vidas, no de una. Es por eso que yo me la pensaría dos veces el penalizar el aborto si lo vemos desde un punto de vista pragmático. Lo importante aquí es reducir el número de abortos, el hecho de penalizarlo tal vez no lo haga con la eficiencia que se cree y tal vez sea contraproducente. Creo que las autoridades deberían buscar otras alternativas para reducir el número de abortos en su mínima expresión.

Uno de los medios más eficaces es el uso de los anticonceptivos. La Iglesia los prohibe, pero el tener sexo es una necesidad natural del ser humano. En otros tiempos, las familias tenían muchos hijos, por lo cual la gente tenía sexo frecuentemente y su necesidad estaba satisfecha, de hecho los condones no existían para ese entonces. Pero en estos tiempos la gente no se puede dar el lujo de tener varios hijos, y de hecho las parejas contraen matrimonio más tardíamente que antes porque ante la difícil situación económica (y la promoción constante de que las familias tengan menos hijos, dado que el tamaño de la población no puede seguir aumentando como lo hace por la escasez de recursos naturales) existe más miedo al compromiso. Eso explica en parte el aumento de las relaciones prematrimoniales o las uniones libres. No creo tanto que la sociedad se esté depravando (gente depravada y promiscua ha existido a lo largo de todos los siglos, basta con ver algunas biografías de personajes históricos), sino que las condiciones económicas y socioculturales hacen que la gente no se quiera comprometer y por lo tanto opta por tener relaciones prematrimoniales.

La Iglesia por más que promueve la abstinencia cómo único método de prevención, y condena las relaciones prematrimoniales o el uso del condón, se ha visto rebasada totalmente por la dinámica social. De hecho, a la gran mayoría de la población, incluída la que se considera católica, le tiene sin cuidado el llamado de atención de la jerarquía eclesiastica. Solo un pequeño sector conservador de la población sigue a rajatabla las normas de la Iglesia, y no todos logran cumplirla, por lo cual muchas veces a los conservadores se les tacha de «doble moral». Es cierto que mucha gente no se cuida a la hora de tener relaciones sexuales, y varias mujeres al embarazarse y tener la carga de mantener un bebé deciden abortar, lo cual no solo provoca la muerte del bebé, sino que dichas mujeres muchas veces terminan afectadas psicológicamente por su decisión.

Es por eso que yo apoyo la promoción de los anticonceptivos para evitar los embarazos no deseados, y consecuentemente que las mujeres se orillen a abortar. Pero no debe de ser la única medida para evitar los abortos (porque es cierto que su efectividad no es del 100%), además de crear una cultura de la prevención en la sociedad, se deberían implementar leyes para desincentivar la decisión del aborto entre las mujeres. Por ejemplo, se debería de crear un programa para que las mujeres puedan dar sus hijos en adopción, dado que hay muchas parejas que por problemas de fertilidad no pueden tener hijos (de esta forma se desincentivaría el aborto, sobre todo en casos por violación). Otro de los factores que orillan a las mujeres a abortar es que el hombre no quiere hacerse responsable del hijo procreado y le deja toda la carga a la mujer. En este caso el gobierno debería obligar al hombre a aportar una cantidad mensual para mantener al hijo que procreó, esto mediante una prueba ADN que confirme su paternidad. De esta forma la mujer no tendría tanta presión económica para mantener al hijo y reduciría el índice de abortos.

El aborto hay que evitarlo y reducirlo a su mínima expresión, pero su penalización no es garantía de ello. Hay que buscar medidas efectivas para desincentivar el acto. Yo entiendo que la Iglesia ha dejado muchas enseñanzas positivas a la sociedad, pero también es cierto que sus dogmas y la evasión al análisis de estos no logran evitar lo que prohiben. El mundo es caótico, es dinámico y es cambiante, y a veces una postura fija ante algún hecho que pudo haber sido eficiente en algún momento ya no lo es, y es el problema que yo veo en los jerarcas eclesiásticos. Aplaudo su intención de apoyar la vida y buscar salvaguardarla, pero no estoy de acuerdo con las formas. No siempre el dogmatismo, el castigo o la represión son las soluciones idoneas para solucionar un problema o promocionar un valor, más cuando esta postura de la Iglesia ha hecho que pierda credibilidad ante la sociedad. Millones de personas siguen siendo católicas y lo seguirán siendo, pero muchos de esos millones también discrepan con la posición de la Iglesia en algunos temas.

Yo creo que el aborto hay que erradicarlo, pero hay que buscar soluciones pragmáticas, adecuadas a las circunstancias socioculturales y económicas actuales.