No soy Panamericano

Jul 26, 2011

«No he escuchado a alguien que esté emocionado con los Juegos Panamericanos, a menos de que sea alguien del gobierno» me dijo hace poco una amiga. Y es que el evento que se llevará a cabo que se llevarán acabo del 14 de Octubre al 30 del mismo mes dan mucho de que hablar. Guadalajara había luchado por obtener la sede desde el siglo pasado, pero no tuvo éxito. Luego lo volvió a intentar, ninguna otra ciudad se apuntó y de esa forma, Guadalajara fué seleccionada como anfitriona de los Juegos Panamericanos.

Desde hace algunos años las autoridades comenzaron construyendo algunos inmuebles como el complejo de Gimnasia y el de Voleybol. Pero debido a intereses partidistas y a la mala improvisación algunos inmuebles están a media obra cuando faltan 3 meses para la inauguración, el gran ejemplo es el estadio de atletismo, que se supondría debería ser el estadio principal que en realidad no tendrá nada de espectacular. Unas obras si son de llamar la atención en cuanto su arquitectura y modernidad como el centro acuático (para lo cual tuvo que ser «mutilado» el parque metropolitano) que es de primer mundo y que también albergará el mundial de natación del 2017. Otras obras como el velódromo causaron mucha polémica porque la construcción no cumplía con los requerimientos del comité olímpico y tuvo que ser modificado de ultima hora (una estructura que sostenía el techo).

La obra más polémica sin duda fué la Villa Panamericana, que cambió de sede varias veces, que iba a ser realizada en el centro de la ciudad, pero que por intereses políticos, se llevó a cabo en «el bajío», una zona por cierto, donde hay mantos acuíferos, los cuales terminaron perjudicados. Pero eso no queda ahí. La obra resultó ser un rotundo negocio para el Gobierno del Estado encabezado por el PAN, porque después esas instalaciones pasarán a ser unos departamentos privados de lujo. De hecho su contraparte, el PRI encabezado por Hector Vielma llegó a exigir que se demolieran dichas instalaciones al terminar los juegos.

Lo que más me preocupa de todo es que parece que no se está aprovechando esta coyuntura para lanzar a Guadalajara a terrenos más grandes, como si lo hizo Río de Janeiro. La promoción realmente ha sido escasa (si así lo ha sido en Guadalajara, no me quiero imaginar como ha sido en otros lados de la República) y apenas a unos escasos meses las autoridades se «están poniendo las pilas» para promocionar estos juegos. Algunos edificios de la ciudad han sido «vestidos» con motivos de los Juegos Panamericanos, y han colocado algunos espectaculares donde el gobierno presume de la realización de los juegos.

Por eso no he visto que la ciudad se contagie con este evento de gran magnitud. Poca gente habla de los Juegos Panamericanos y los medios de comunicación no les ponen la importancia que el evento merece, a diferencia de las televisoras brasileñas que no se cansaron de promocionar sus juegos. También se ha politizado mucho, el Gobierno del Estado lo ve como sus juegos y así lo promociona, de hecho, son la punta de lanza para que el gobernador Emilio González Márquez se lance a la presidencia. En la mayoría de los spots que transmiten las televisoras respecto a los juegos aparece el gobernador o algún político del gobierno en turno.

Tampoco se nota mucha ambición por parte de las autoridades. Río de Janeiro utilizó los Juegos Panamericanos para lanzarse a la candidatura de los Juegos Olímpicos y ganarlos. Guadalajara, que es una de las ciudades de México y de América Latina que por sus características tendría la capacidad de realizar unas olimpiadas en el futuro, careció de visión, y solo apostó a los Juegos Panamericanos como un evento más, como para «medio darse a conocer» ante el mundo. Así lo vemos con las instalaciones que con sus excepciones no se comparan en nada con las de Río de Janeiro, así se ve en la falta de promoción, y sobre todo en las pugnas partidistas.

Espero que con todo esto al menos tengamos unos juegos dignos que podamos recordar. De seguro estos juegos dejarán algunas cosas buenas. Por el turismo que generan estos eventos se ha construído infraestructura hotelera en la ciudad (de hecho Guadalajara tiene el honor de tener el hotel más alto de Latinoamérica, el hotel Riu, una mole de más de 40 pisos y 200 metros de altura recién construído), pero también se han desaprovechado otras oportunidades de mejora donde los juegos podrían ser un pretexto. No se ha mejorado en nada el transporte público, lo cual si será un gran problema para los aficionados foraneos que se quieran trasladar a las sedes donde se llevará acabo este evento, porque es cierto que las sedes están muy dispersas entre sí.

En estos juegos hay mucha improvisación, esperemos que esa no sea la constante durante su transcurso, lamentablemente las autoridades y los organizadores no me han contagiado de emoción, y la verdad es que no me siento panamericano, no soy panamericano.