Historia del periodismo en México.

Jun 28, 2011

La era virreinal.

Si bien el primer periódico como tal aparece hasta el siglo XIX, en México antes de la conquista aunque no como un germen periodístico como tal, existieron los huehuetlatolli, que eran los discursos de los reyes indígenas ante su pueblo. No fue sino hasta la llegada de los españoles y la  conformación gradual de las ciudades novohispanas que comenzaría el desarrollo de la prensa en México.

La primera imprenta en América fue precisamente instalada en nuestro país, si bien ya se imprimían libros gracias al rápido desarrollo de la imprenta, el germen periodístico nació en México con pequeñas notas informativas que daban cuenta de hechos que acontecían no sólo en México, sino en los demás reinos españoles en América. Pero no fue sino hasta la aparición de las hojas volantes que se comenzaba a manifestar el quehacer periodístico en nuestro país. En estas hojas volantes se informaba más que nada los acontecimientos que se suscitaban en los diferentes reinos novohispanos, así como algunas notas de acontecimientos españoles y las buenas nuevas de los viajeros que llegaban a la nueva España. Pero distaba mucho de lo que sería el periodismo contemporáneo, ya que su uso era más bien utilizado para relatar historias exageradas y que muchas veces rayaban en lo grotesco y mágico,

Pronto las gazetas dejaron este tipo de estructura y entonces serian de vital importancia, para una nueva España que se había desarrollado y crecido sustancialmente, con nuevas clases y necesidades. Por lo cual, las gazetas serían una herramienta importante para informarse sobre lo acontecido en España y sus designios sobre sus reinos en el nuevo mundo, lo cual trastocaba la vida social, económica y política de la nueva España.

El periodismo durante la guerra de  independencia.

En esta época el periodismo fue un factor importante que ayudaría a los criollos en su lucha por la independencia de España. El Pensador Mexicano de José Joaquín Fernández de Lizardi fue uno de los periódicos más comprometidos dentro de este contexto.

Sin duda los criollos que intentaban sublevarse contra la corona española y buscar la ansiada independencia, tuvieron en los periódicos una herramienta para de alguna manera influir en la opinión de las elites que los leían, y de los que como Lizardi, tratan de hacer llegar a todos en la nueva España, no sólo a las elites. Fue tal la importancia de los periódicos como escenario de ideas y sueños libertarios que es Miguel Hidalgo uno de los que en este fervor independentista, de manera clandestina en Guadalajara funda El Despertador Americano, uno de muchos diarios que ayudarían a transmitir las ideas de un movimiento criollo que tomaba cada vez más importancia para toda la población mexicana. La prensa era perseguida por su carácter político y crítico hacia la figura de la corona española en México.

Atrás habían quedado aquellas hojas volantes y gacetas que se ocupaban más de alimentar el morbo novohispano, ahora aunque de manera gradual, el periódico era usado como un medio de poder y de oposición a los designios reales y sus vicios.

Con el triunfo de los independentistas, y ante el reconocido impacto de los diarios en la sociedad mexicana,  Agustín de Iturbide decide dar a conocer los pormenores y devenires de esta nueva etapa por medio de los diarios, sabiendo el alcance que esto traería al llevar la consumación de la independencia y sus por menores a todos.

Los primeros años del México independiente.

El periodo posterior a la independencia estuvo marcado por una gran disputa partidista por como llevar el rumbo del país y el consecuente desorden que esto desato a lo largo del país. La disputa entre liberales y conservadores fue una constante, así como las guerras que se suscitaron durante este periodo y que dejaron un país devastado y en bancarrota.

Los proyectos de nación eran dos, los liberales que apostaban a un modelo como el estadounidense que era claro ejemplo de progreso en aquellos años, y el conservador que veía más próspero seguir el modelo europeo que de alguna manera se reproducía en los años de la corona española, y así de manera gradual, pero segura, alcanzar el desarrollo deseado. Estas ideologías y sus luchas por el poder, hicieron que México tuviera en 30 años 30 presidentes, lo que sin  duda trajo una inestabilidad hasta la llegada de Juárez y la reforma, y posteriormente con la controversial llegada de Porfirio Díaz al poder.

Es en estos años y ante los acontecimientos que se suscitaban que el periodismo sufrió pues un auge meramente partidista. Existían periódicos conservadores y otros liberales, cada uno manejaba su visión y su línea, con la cual buscaban transmitir las ideas y os valores que les merecieran el apoyo de la mayoría de la población. No fue fácil pues esta transición, no olvidemos que incluso Iturbide antes su efímera estado en el poder, echo mano de los periódicos para mostrar su visión y tratar de seguir legitimando su mandato en el país en su diario La Gaceta Imperial del Gobierno de México, entre otros que simpatizaban a su causa.

Este clima hizo que la posición con respecto a la prensa fuera cambiante, mientras muchas veces fue perseguida, en otros gobiernos fue tolerada. Más sin embargo estas persecuciones, sobretodo en el mandato de Santa Ana, dieron vida a revistas literarias, en las cuales se pudieron canalizar otros contenidos, más sin embargo no dejaron de tener un tinte político y crítico. Destacaron tres personajes en el periodo de la Reforma y posteriormente, los tres liberales radicales que apoyaron la época de la Reforma y  que serían grandes colaboradores del periódico Siglo XIX: Francisco Zarco, Ignacio Ramírez “El Nigromante” y Guillermo Prieto. El periódico mantuvo un aspecto crítico a los diferentes gobiernos, lo que lo hizo sobresalir ante la sociedad y la opinión pública.

El siglo XIX.

Un diario que logro convertirse en un referente nacional, de gran alcance y con gran acogimiento social fue el Siglo XIX. Su postura que buscaba la unidad nacional, aunque no lo logro por completo, hizo eco después de la guerra contra Estados Unidos, la fragmentación nacional sería por un tiempo algo desconocido para los mexicanos.

Pero sin duda el gran logro, fue que la información de periódico lograba alfabetizar a mucha gente, ser punto de encuentro para debatir los acontecimientos nacionales, y un gran referente de la opinión pública y de los políticos respecto a esta. Ya que logro disminuir las barreras que existían entre los letrados y la sociedad general. Y además ser un contrapeso político.

Si bien la censura gubernamental y la calumnia por parte de otros diarios fue constante, la posición del diario fue siempre la de informar a como diera lugar, sin importar la cárcel etc. Fue así que salvo un decreto presidencial, ni siquiera el mismo Santa Anna logró acallar las plumas de este diario. Ya con Juárez y su lucha de tres años por la Reforma, se abría otro horizonte periodístico en México, y claro un acontecimiento muy importante, la guerra francesa.

La reforma.

En esta época continua la lucha entre liberales y conservadores por adoptar la mejor manera de gobernar al país. En los diarios hay una lucha de posiciones y de tratamiento a la información. Pero es también un  periodo en el cual el periodismo polémico que venía desarrollando la prensa se ve mermado, México un país devastado por las guerras necesitaba una unidad nacional, la cual paulatinamente fue buscada por los intelectuales, es así que ya no era primordial el debate si el progreso estaba al norte o al otro lado del atlántico. Sino que se buscaba darle prioridad a lo que acontecía en México y las expectativas por un mejor país.

Un hecho interesante fue la reelección de Benito Juárez, muchos diarios criticaban la decisión, mientras que el diario siglo XIX que era para ese entonces Juarista, defendía el hecho. Esto nos muestra el punto de lucha de los diarios, en el aspecto ideológico que estaba en sus adentros.

Con la muerte de Juárez y el arribo de Díaz al poder, la política en los individuos dio paso a una sociedad más pragmática. Aunado a esto, el periodismo de clase obrera surgía, y aunque la política siempre continúo en los contenidos de los diarios, la divulgación científica e histórica, así como el contenido literario comenzaban a mostrarse en las páginas de los periódicos.

Eso sí, ante la falta de un medio que legitimara a Díaz, nació El Imparcial, un diario oficialista que siempre defendió las acciones gubernamentales.

Fin del periodismo polémico.

Después de la muerte de Juárez, y el ascenso de Díaz al poder, la prensa tuvo un cambio encaminada a la unidad nacional. El progreso era visto pues como un denominador común para el país. Acabar con el sentimiento de lo extranjero como sinónimo de lo mejor y el menosprecio hacia lo propia fue una constante hasta lo que fue la segunda reelección de Díaz.

La revista literaria tomo fuerza, las novelas costumbristas, políticas e históricas, y la incursión de esta literatura en los diarios fue símbolo de nuevas necesidades y de una elite porfirista intelectual. Aun así, el alfabetismo era poco, y el analfabetismo mucho.

El positivismo que veía en el progreso la unidad nacional, y el camino hacia una realización nacional fue también una constante que se encaminaba a la industrialización que durante el periodo de Díaz el país vivió.

La rebelión de Tuxtepec.

La prensa tuxpeca que nacía con la declaración de guerra contra Juárez por parte del general Porfirio Díaz,  tuvieron choque con los diarios que apoyaban a Juárez, su muerte en 1872, dejo a la deriva esta prensa tuxtepeca. Pero el gobierno interino de Lerdo fue golpeado por la prensa de Díaz también.

Mientras la prensa oficial hablaba de la paz, la prensa opositora caricaturizaba a la nueva burguesía porfirista, pero estos tildaba de metafísicas sus críticas y de obstruccionistas. México que estaba en la bancarrota había abierto las puertas a las empresas extranjeras.

Nace entonces otra oposición, la clase obrera impulsa la prensa obrera. En esta se pone de manifiesto las carencias y abusos de las empresas extranjeras hacia los trabajadores. Los gremios formados por estos buscan socializar sus demandas y poner en relieve su problemática. Es interesante como Díaz ante los grupos que lograron unirse, los disocia comprando a muchos de ellos y encarcelando a los que se resistieron. Aun así, los gremios obreros continuaron organizándose y podemos ver en sus exigencias cuestiones interesantes: la no participación en las elecciones, la emancipación de la mujer, la creación de cooperativas y la difusión de las organizaciones ya existentes. Esto sin duda es muy interesante, ya que no era una línea marxista, sino un anarquismo de corte español la que guiaba a estos grupos.

El porfiriato.

Durante la época del porfirismo la censura fue una constante, si bien su era comenzó con un intento de conciliación con muchos diarios, su libertad se fue minando. Muchos de los periódicos fueron clausurados y muchos de sus editores fueron desterrados del país. Aunque siguieron publicando de manera clandestina y tratando de que las publicaciones llegaran al país.

Sin embargo, muchos periódicos extranjeros tuvieron un auge dadas las condiciones que Díaz ofreció, y los capitales que tenían invertidos en el país. Inclusive se les agradecía su injerencia.

Pero una nueva manera de represión hacia la prensa nación en esta época: la presión económica hasta su eliminación. Pero fue entonces que la prensa se comenzó a concebir como una empresa, ejemplo de ello fue El Imparcial, que con claro apoyo gubernamental salió a la venta por un centavo. Este periódico tenía su influencia en los diarios norteamericanos y fue producto de los primeros linotipos que llegaron al país.

Muchos de los diarios no lograron sobrevivir. A pesar de que algunos periódicos independientes continuaron publicando, en sus páginas hacían eco de la represión que vivían, los cateos e inclusive los asesinatos. Fue así que muchos se vieron forzados a escribir en el anonimato y en una baja de 300 periódicos (contabilizados en 1883) a 200 en el año de 1891.

Tras la segunda reelección de Díaz, la burguesía e intelectuales apoyaban su régimen, era tal el desdén con que se veía a la población que no formaba parte de su elite, que incluso Porfirio Díaz, declaro que sólo dejaría el poder cuando el pueblo mexicano estuviera educado para la democracia. Y es que la excusa intelectual es que los hechos tras la independencia (guerras, disputas) mostraban la inmadurez del pueblo mexicano para gobernarse a sí mismo.

A pesar de que le bienestar económico lograba llegar hasta las clases populares, la oposición a Días iba en aumento. Los estudiantes comenzaron a adherirse a los grupos opositores existentes. Pero no duraría mucho su apoyo, ya que muchos fueron encarcelados y multados, pero fueron perdonados muchos de ellos que se adhirieron al régimen, con lo cual se disipo su actuación en los diarios y el régimen pudo seguir manteniéndose sin mucho ruido.

El grupo de los científicos, un grupo afín al porfirismo formularia un proyecto de nación. Aunque tenían una posición “critica” hacia el régimen e inclusive aceptaban que se vivía bajo una dictadura, era este grupo era necesaria. Su visión para construir una nación, se basaba en el positivismo de moda, y bajo la máxima “no hay orden sin progreso, no hay progreso sin orden”, la cual reprodujeron en México con la ayuda de revistas propagandísticas. Pero a pesar de esto, la realidad nacional era otra y la represión un hecho cotidiano.

La oposición seguía satirizando al régimen y el diario El Hijo del Ahuizote daba clara muestra de ello. También muchos de los diarios de oposición terminaron a formar parte del aparato gubernamental. La represión volvió a obligar a la publicación de revistas donde la censura era casi nula. En estas revistas el arte y la cultura, así como los artículos científicos tuvieron un gran auge. Pero así como muchas duraron muy poco, algunas comenzaron a consolidarse.

Grupos liberales volvían a exigir la democracia y la prensa nacional volvió a despertar y a transformarse. Es así que el diario Regeneración de los Flores Magón y Armando Horcasitas ve la luz en 1900. Pero la represión se incrementó una vez más, tanto que las elecciones de aquel año pasaron totalmente inadvertidas.

Díaz sufrió una enfermedad, durante ese corto periodo las pugnas por el poder no tardaron en emerger, lo cual dio asueto a los liberales que volvían a buscar consolidar un grupo opositor. Mas sin embargo en 1902 al regreso de Porfirio Díaz, estos grupos fueron disueltos de nuevo, e inclusive clausurados sus diarios y muchos de ellos encarcelados y juzgados ahora por un juez militar (muchos de ellos ya habían sido liberados de las cárceles en donde purgaron sus condenas anteriores). Un delito de prensa fue turnado a la jurisprudencia militar, algo nunca visto.

La oposición sin embargo, se exilió, tuvo su centro de operaciones en Estados Unidos, y desde ahí se siguió publicando para el pueblo mexicano. Aunque de manera clandestina se publicaba, lograron establecer grupos de apoyo que congeniaban con sus ideas, lo cual fue una constante hasta la gran crisis de 1908. Díaz seguía condenando a muchos periodistas a bartolinas sin compasión, su posición para el exterminio total de la oposición y sus ideas contra era más que nunca una prioridad, la opinión pública sabía más de lo que él deseaba.

Después de una entrevista hecha en estados unidos donde Porfirio aseguraba que estaba dispuesto a dejar el poder, democráticamente, que el pueblo ya estaba listo, La oposición comienza a organizarse, y la prensa es otra vez una aliada más. Si bien Díaz termina por renunciar, los intentos que hubo por parte de Madero y Carranza, con la ayuda de sus respectivos diarios y el apoyo de un pueblo que exigía y demostraba su inconformidad con el gobierno porfirista, el germen revolucionarios esta por desarrollarse.

Por último habrá que resaltar como la caricatura mexicana fue un gran ingrediente dentro de esta época, y que en ella el reflejo de los acontecimientos nacionales fue satirizado de manera increíble. El hijo del Ahuizote como su principal exponente, y gente como Posada, como autores magistrales de una crítica punzante y artística, que conectaba con el pueblo y que sobrepaso la función ilustrativa como tal.

La revolución.

Durante esta época la prensa nacional gozo de una libertad que nunca se había visto. De la mano de Madero y su Plan de San Luis, esto se llevó a cabo al grado de que fue la misma prensa la que termino por desprestigiarlo. Madero al ascender al poder nunca imagino que la prensa se desbordaría en información que mucha de las veces carecía de fuentes y más bien eran dimes y diretes de barrio. La prensa se vio rebasada por esta libertad, a la par, las políticas que Madero adopto cuando veía fuera de control a la prensa fue reprimirla, como la anterior dictadura, aunque no fue tan mordaz, las tomas de imprenta e incendios volvieron.

Madero tuvo varios desaciertos muchos políticos y otros de mala estrategia, ya que inclusive el diario El Imparcial fue adquirido por el gobierno, pero la plantilla porfirista no fue removida. A la postre el asesinato de Madero fue el epitafio de su corta y empantanada etapa al frente del país.

Por otra parte los diarios revolucionarios divididos según la filiación que se tenía, Carrancista, villista, zapatista u oficialista (Huertistas a la muerte de Madero), todos enfrentaban las carestías de papel, tinta etc. Cabe mencionar que en esta etapa, con Carranza en el poder, los diarios independientes como tal no existían, todos estaban bajo la influencia de Carranza y su constitucionalismo. Es así como surge El Universal con Palavicini, ya con el uso de maquinaria estadounidense. El Nacional fue el único que podía decirse independiente, pero fue clausurado en 1917 y reapareció en 1921, ya como un órgano de difusión gubernamental para el PRN después PRI.

Si bien con Carranza la libertad de prensa también estuvo presente, un nuevo periodismo vería la luz a la caída de Carranza, la época posrevolucionaria había traído nuevos retos y nuevas consecuencias para el país, un nuevo diarismo surgiría entonces en el país como espejo de su sociedad, un periodismo monopolizado y capitalista.

La prensa posrevolucionaria y contemporánea.

La prensa pasaba pues a ser un producto comercial en la nueva sociedad mexicana. Su estilo estadounidense en cada uno de los periódicos estaba presente: propaganda. Además de que el modelo a seguir era el estadounidense, de las cuales inclusive gracias a las agencias que ya tenía estados unidos, nutrían los diarios nacionales. En México la prensa seguía siendo algo de elite, no todos tenían el acceso a sus páginas. Y muchos de los intelectuales de aquellas épocas utilizaban la prensa, según dice Monsiváis, como una universidad pública donde se esgrimían debates intelectuales, de los cuales la mayoría no entendió nunca el porqué, ni los contextos, fue excluido, es más nunca fue invitado a participar.

Nacían más periódicos cuyo objetivo era vender y mantener al público atento a la información, una información que no era precisamente informativa. Las noticias eran una carrera por el hecho más increíble o escandalosos, con desplegados que por su inmediatez no estaban diseñados para ahondar o seguir la noticia, lo efímero era lo vendible, y la propaganda más.

Hacer periodismo en esta era no era barato, es así que muchos diarios desaparecieron, sobre todo los de provincia, además excepto la ciudad de México, en provincia aun la represión periodística era fuerte, los cacicazgos se mantenían fuertes y no era tarea fácil. Además el gobierno crea una empresa reguladora de papel, con la encomienda de reducir los costos de prensa, mas sin embargo esto le daría el control de la venta y por tanto, una manera de presión hacia los diarios mismos. Además el gobierno tenía controlado y en su poder a distintos diarios a lo largo del país.

Pero vendría 1968, entonces el periodismo tendría otra catarsis. El Excélsior fue un ejemplo del periodismo que se venía dando y que en 1968 también se ve trastocado, no es ya un periodismo de ataque al contrario, sino un periodismo que si bien informa de manera más clara, y de alguna manera crítica, no deja de ser comercial, su posición demostró que la censura continuaba dándose en el país.

A la caída de los estudiantes, también cayó años después la de Julio Scherer al frente del Excélsior pero la oleada de diarios que comenzaron a surgir mostraba el fruto de lo sembrado por aquella coyuntura nacional. Surgieron muchos, unos al desaparecer otros, pero se ganaba un poco más de libertad, aunque condicionada. Pero producto de su comercialidad, el amarillismo y la nota roja, serian en muchos de los diarios el aumento de tiraje y ganancias.

Lo que no podemos dejar de lado, es que a final de cuentas son en todos los casos que revisamos en la era moderna, los dueños de los periódicos son prominentes empresarios, que veían en el auge del periodismo mundial, un negocio redondo, tal y como se vivía en estados unidos. La libertad estaba coartada para el periodista, el editorialista, etc. Los intereses y favores entre empresarios y políticos no era algo nuevo, y esto causaba muchas de las veces conflictos y ceses inmediatos, así como censuras editorialistas, como la que inclusive ejerció el Excélsior en aquel fatídico 1968.

Sin duda el trabajo y quehacer periodístico no es una práctica sencilla, conlleva una infinidad de relaciones y procesos que, en es en ese recorrido entre buscar la nota y la redacción, que mucha información no encuentra cabida, y es esa libertad condicionada la que impera.

Bibliografía.

Argudín, Yolanda (1987). Historia del periodismo en México. Desde el virreinato hasta nuestros días. Ed. Panorama. México.