El Sueño del Celta – Mario Vargas Llosa

Abr 24, 2011

Calificación: 4 de 5. El peruano Mario Vargas Llosa, recien premiado Premio Nobel, es un escritor muy curioso, porque mientras casi todos los escritores de su época se manifestaron izquierdistas y progresistas, el se presentó como un escritor liberal de derecha (y si lo niega participó en una candidatura a la presidencia en el Perú en una coalición de centro-derecha). Es un buen escritor que se ha ganado a pulso el Premio Nobel pero también ha sido criticado por sus posiciones políticas neoliberales. En alguna ocasión, aplaudió la iniciativa del Tea Party en Estados Unidos y dijo que México con el PRI vivía la dictadura perfecta, por lo cual tuvo que salir del país.

En esta ocasión, estrenando el Premio Nobel, Mario Vargas Llosa nos trae el libro El Sueño del Celta, que trata de un irlandes llamado Roger Casement, el cual se encarga de denunciar las atrocidades ocurridas en colonias europeas como El Congo, y países sudamericanos como Perú donde empresas que prometían traer la civilización y el progreso a dichas entidades, lo único que hacían era esclavizar a los indígenas para extraer caucho, so pretexto de que los indígenas eran salvajes y algunos de ellos caníbales. En Europa todos negaban lo que estaba ocurriendo con las empresas de Leopoldo II y la empresa de Arana (Peruvian Rubber Company), pero gracias a las expediciones hechas por Casement que iba a corroborar lo que ya algunos habían denunciado, todo el mundo se dió cuenta de lo que en realidad estaba sucediendo allá.

Pero para Casement poner a las empresas Belgas y Británicas en predicación no era suficiente, el era un nacionalista irlandes radical que quería que EIRE dejara de depender de la corona británica, por lo cual quería aprovechar la coyuntura de la primera guerra mundial, y agarrarse de Alemania para debilitar a Inglaterra y que de esta forma, Irlanda obtuviera su independencia. A pesar de los reconocimientos ofrecidos por el Reino Unido por los descubrimientos atroces, el veía a Inglaterra como el enemigo que estaba haciendo lo mismo con Irlanda, que lo que hacían las empresas caucheras con los indígenas (analogía un poco estúpida y radical de Casement a mi parecer) y por lo tanto decidió conspirar contra Inglaterra, lo cual le costó la carcel y la pena mortal.

Casement también tenía ciertas inclinaciones homosexuales y generalmente tenía aventuras con nativos de las zonas a las que iba a visitar. No se que pensó Vargas Llosa al incluír esta curiosa faceta de Casement, si lo quería mostrar más como un ser humano que como un heroe, porque en sí la homosexualidad no es relevante en la historia, aunque dicha homosexualidad fué del dominio público, pero en realidad no fué factor para que le aplicaran la sentencia que tuvo que pagar por conspirar contra el Reino Unido. También Vargas Llosa nos muestra a un ser humano «más que un heroe» al dejarse llevar por sus pasiones y sus posturas radicales y no haber sabido calcular bien las consecuencias de sus actos. Tal vez cualquier otra persona se hubiera dejado vanagloriar por los reconocimientos ofrecidos por los ingleses.

El libro a mi parecer es un poco lento, sobre todo al principio. Tardé un poco en picarme con la lectura pero lo logré hacer a la mitad de este. El libro comienza en la carcel donde Casement es sentenciado y va regresando hacia el pasado. El libro se divide en 3 partes, en El Congo, La Amazonía e Irlanda. Se nota que Vargas Llosa hizo una investigación rigurosa sobre lo que sucedía en esa época, porque a veces parecía ser un relato histórico y no una novela. En este aspecto el libro es fructífero porque el lector aprende sobre los conflictos entre Irlanda e Inglaterra, y lo que sucedía en las colonias en esas épocas. También nos habla sobre aspectos religiosos (sobre todo en el catolicismo y anglicanismo) y espirituales en los que Casement trata de ahondar.

Lo que no me gustó (pero eso ya no es culpa de Vargas Llosa, sino es parte irremediable de la novela) es que Casement dejó la oportunidad de ser todo un heroe y se dejó llevar por sus caprichos. El sabía muy bien que iba a ser muy difícil lograr la independencia de Irlanda, y por necio terminó siendo sentenciado a la pena mortal. Lo que le podría achacar a Llosa es la lentitud con la que comienza el libro, y que tal vez habían partes que eran irrelevantes en la historia cuando todos pensamos que si lo era (por ej, la homosexualidad de Casement). Creo que eso es lo que separa a esta buena novela de ser una gran novela con la cual Vargas Llosa hubiera podido premiarse su propio Premio Nobel.