Guadalajara – La violencia recrudece ¿Qué hacer?.

Feb 12, 2011

Ayer, lamentablemente en mi ciudad, ocurrió un gravísimo atentado en el Butter Club. Un bar que se encuentra cerca de la Minerva. 6 personas murieron y 37 personas resultaron lesionadas debido a disparos y lanzamientos de granadas de fragmentación. Dicen los medios que este atentado se debió a un pleito entre particulares. Entre las víctimas dicen, había un venezolano, un colombiano, y algunos otros foraneos que estaban implicados en este asunto.

En la ocasión en que ocurrieron los narcobloqueos, escribí un artículo donde criticaba la forma en que el Gobierno Federal estaba efectuando la lucha contra el narcotráfico, y sigo con mi postura en pie. La guerra contra el narcotráfico, bien puede ser necesaria, pero está mal planteada desde raíz y estamos viendo las consecuencias de una guerra que lamentablemente se está perdiendo. Claro, sería fácil «hecharle toda la culpa a Felipe Calderón», también caeríamos en un error si creemos que toda la responsabilidad es de él. Estoy seguro de que sus intenciones son buenas (también hay algo de estrategia política y mediática en ellas, cabe decir), pero lo que se critica aquí es la metodología con la cual, la estrategia se lleva a cabo y creo que las cosas están saliendo mal.

El problema va más a fondo, y el problema compete no solo al Gobierno Federal, sino al estatal, al municipal, y no solo a ellos, sino a nosotros como sociedad. Hay que ser sinceros, y es que estamos sufriendo una degradación como sociedad. Yo lo he visto. Me ha tocado ir a antros que están ubicados en «zonas bien» y cada vez es más común ver a malandrines y «jóvenes narcos» agarrarse a golpes; la ola del narco está invadiendo nuestro modus vivendi de una forma exponencial. ¿Donde está el problema?. Es cierto, existe falta de oportunidades de empleo y una calidad de educación precaria que está causando que cada vez más jóvenes engrosen las filas del narco, pero también tiene que ver con cuestion de valores morales.

El mundo en el que estamos inmersos es un mundo materialista donde valga la redundancia, los valores materiales son más importantes que otro tipo de valores. Es un problema que viene desde las familias, donde no se logra inculcar una escala de valores sólida y firme a los hijos, porque dichas familias están fragmentadas. La sociedad mexicana es una sociedad aspiracional que siempre pretende aparentar tener más de lo que tiene, como si el dinero y las posesiones materiales fueran lo único importante en la vida. En el mundo del «narco», esa aspiración materialista se acentúa. Normalmente sin tener buen gusto para hacerlo, presumen su coche de lujo del año, joyas, armas de alto calibre, residencias, megapantallas de alta definición y otros artefactos. También como si de una empresa se tratara, escalar posiciones dentro de un cartel o una banda de delincuentes es un incentivo para los jóvenes que poco a poco se van convirtiendo en criminales.

También es cierto, los narcotraficantes no solo reclutan adeptos en los sectores más empobrecidos de la sociedad, también lo hacen en las clases medias. Los jóvenes ven oportunidades en el empleo formal por $6,000 o $7,000 pesos, mientras que los cárteles les ofrecen el doble, posibilidades de crecimiento, y lo que generalmente no pueden ofrecer las empresas, necesidad de pertenencia y sensación de poder. Los valores como el materialismo, el reconocimiento, el poder y la ambición sobresalen sobre los demás son indispensables en los candidatos a engrosar las filas del narco.

Si queremos solucionar el problema de la violencia y el narcotráfico, tenemos que replantearnos como sociedad. En nosotros está acabar con esos caldos de cultivo que está haciendo crecer el problema. Las autoridades temen que las redes de criminales penetren en el gobierno, pero ya lo han hecho con la sociedad. Y la guerra por medio de la violencia no solucionará nada si antes no se acaba con el problema de origen.