Kalimba, entre la voz y el morbo.

Ene 18, 2011

Yo ví a Kalimba por primera vez en la novela Carrusel de las Américas, que a su vez era una secuela de Carrusel. El hacía el papel del negrito, que en el primer Carrusel se llamaba Cirilo (acá en esta secuela no recuerdo el nombre). Luego se integró a La Onda Vaselina, que sería después llamada OV7 por diferencias con su ex-productora Julissa propietaria del nombre. Después de OV7 Kalimba decide lanzarse como solista cantando temas pop y adoptando de manera notoria el look de Lenny Kravitz (era el negrito al que tenía de referencia).

Kalimba ha tenido un éxito mediano como solista, ha logrado vender una decente cantidad de discos, y también la ha hecho de DJ entre otras cosas. A Kalimba como a todos los mamíferos hombres se le para el pene y se excita al tener la posibilidad de tener un encuentro sexual con chicas. Por eso se explica que dada su fama, aproveche el que unas chicas se le acerquen para tener relaciones sexuales. Pero también se explica que en este mundo haya gente malintencionada que se cuelgue de la fama para obtener dinero o alguna otra cosa más denunciando a la persona con quien mantuvo relaciones sexuales con su consentimiento.

Los medios han hecho mucho ruido por la supuesta violación de Kalimba a unas menores de edad (porque el único error que cometió Kalimba fué ese, acostarse con mujeres que eran menores de edad). Pero se ve a todas luces que nunca hubo ninguna violación, al grado de que la abogada de una de las denunciantes renunciara por las contradicciones que hay en el caso. Aún así varios pseudoperiodistas como Rocío Sánchez Azuara pidieron que metieran a Kalimba a la carcel.

Por otro lado también sorprende Carlos Loret de Mola quien entrevista a la presunta víctima de espaldas, cuando ya todo mundo sabía quien era y ya había fotografías de la joven. Como si la mujer corriera algún peligro al ser vista por televisión. Es natural que Loret de Mola y la producción querían aumentar el morbo y el misterio (más rating para televisa) en torno a lo que sucedió en el caso Kalimba.

Lo que me da curiosidad en este caso es todo el morbo que se ha generado en torno a esta situación. Kalimba metió la pata y no se cuidó, siempre existirá un riesgo legal al meterse con niñas menores de edad, y más cuando resulta que salieron más cabroncitas de lo que parecían. Pero a fín de cuentas es asunto de él. A mí no me cae bien Kalimba, ni me gusta su música, ni me gusta su constante imitación a Lenny Kravitz pero for favor, ya dejenlo en paz. Hay cosas más importantes que estos chismes de lavadero.

Pobre Kalimba, ahora sí, está tocando fondo. Y más con la publicidad que se hacen los principales medios de comunicación con este suceso.