Las costumbres de navidad y año nuevo

Dic 13, 2010

Los adornos navideños en mi casa son muy curiosos (y supongo que así ha de ser en varios de los hogares mexicanos), porque se mezclan dos tradiciones navideñas totalmente diferentes: La versión inglesa-norteamericana (con el Santa Claus, el trineo y el árbol de navidad) y la versión Mexico-latinoamericana (El niño Dios, la virgencita, el nacimiento). De hecho cuando poníamos árbol de navidad (algo que por alguna extraña razón ya no hacemos) le poníamos la estrella de Belén arriba de este y también solíamos poner imágenes de la Virgen y el niño Dios, junto con imágenes de Santa Claus.

Pareciera algo de lo más común, pero a mí se me hace muy sui géneris. Porque en realidad son tradiciones muy diferentes. Allá en Estados Unidos es un rollo más mercadológico y aquí nuestros festejos más bien religiosos y culturales. ¿Que tiene que ver el Santa Claus con la Virgen, por ejemplo?.

Algo que desconocía hasta que me dijo una amiga, es que en varias regiones del país (sobre todo en el este de nuestro país) se celebra el año viejo, que es un monigote que representa el año que termina, como una peculiar forma de despedir el año que acaba de terminar. Pero no entiendo, si tuve un buen año ¿para qué lo quemo?. Aunque bueno, para nosotros los mexicanos todo es crisis, inseguridad y dramatismo, ¡hay que acabar con el año que acaba de terminar!. No por nada muchas veces esos monigotes son personas indeseables, ya sean de ficción, como Darth Vader o reales, como Carlos Salinas de Gortari.

Los festejos de navidad no son iguales a lo que era antes, no se si sea por mi edad pero se ha perdido algo del encanto. Yo recuerdo muy bien que cuando era niño todos mis tíos (y vaya que tenía familias grandes) me daban regalos. Además de los regalos de mis tíos, mis papás me atiborraban de más bajo el arbol de navidad. Eran días increíbles y mágicos. Pero todo empezó a cambiar después de la crisis del 94. Sucedió que ya casi nadie tenía dinero, y entonces se cambió la metodología. Ahora era un intercambio sorpresa donde un solo tío te iba a dar regalo (claro, más el padrino que siempre me dió de ley). Además los regalos bajo el árbol de navidad ya no eran tantos como antes. Y a pesar de la supuesta recuperación, todo terminó siendo igual. Pasaron los años, menos regalos, pérdida de la inocencia, y todo quedó en un mero festejo rutinario todos los 24 y 25 de Diciembre, donde si bien uno se la pasa bien porque un convivio familiar no deja de ser un convivio familiar, si ya no existe esa magia que existía antes.