Yo creo que el elector estadounidense es un caso patológico para ser analizado en un centro psiquiátrico. para haber castigado así al presidente 44 es que no recuerdan nada del 43.
Esta frase con la que he iniciado este post, la publicó un contacto en Facebook y me hizo pensar, -¿que es lo que quieren entonces los estadounidenses?. George W. Bush había terminado su gestión con un 30% de popularidad y Obama, creo que sin merecerlo, tampoco va muy bien, tiene aproximadamente el 44% de la aprobación del pueblo estadounidense. Los índices económicos en Estados Unidos a menos de dos años de la crisis no son de los mejores, tienen un paro del 10% (uno de cada diez estadounidenses no tiene trabajo) y también parece que ha sido eficaz, según comenta Antonio Caño de El País, las fuertes sumas de dinero que ha invertido Karl Rove, uno de los asesores más poderosos de George W. Bush.
Visto desde fuera de los Estados Unidos, pareciera que Obama está haciendo un buen trabajo, (yo creo que sí lo está haciendo), con la reforma sanitaria que tanto se necesitaba en un país donde decenas de millones no tienen ninguna protección de gastos médicos, con la retirada parcial de las tropas de Iraq. Pero parece ser que para los norteamericanos la cosa no es así, ellos quieren palpar mejorías inmediatas en su economía, quieren que haya más empleo, y por razones posiblemente ajenas a él (más bien acreditadas al gobierno anterior) no lo hay. Como dice el mismo Antonio Caño, Obama es un gran gestor, pero un mal político, porque si bien ha logrado reformas y cambios que se van a palpar en el largo plazo, no ha logrado satisfacer las necesidades primarias de los ciudadanos, por eso es razonable pensar que si es bien visto fuera de los Estados Unidos, ha sido criticado fuertemente dentro este país.
Obama dijo para el New York Times: «Probablemente hay un orgullo perverso en mi Administración -y yo asumo la responsabilidad por ello- de que íbamos a hacer lo que había que hacer aunque fuese impopular a corto plazo«.
El Tea Party también parece estar siendo una razón con cierto peso por la que Barack Obama está perdiendo popularidad, y por la cual el partido demócrata perdió la cámara de representantes (y salvó de perder la del senado). De hecho varios miembros del Tea Party ganaron gobernaturas y escaños en el congreso. Y es que para ellos se ha convertido en deporte olímpico criticar a Washington por todos los males que está sufriendo el pueblo estadounidense, y lo malo es que se lo están creyendo. No se si tenga razón Vargas Llosa al opinar lo siguiente sobre el Tea Party: «Algo que, más allá de la caricatura que se quiera hacer de ellos, sintoniza muy bien con la esencia del norteamericano»
No eximo a Barack Obama de todas las problemáticas que sufren actualmente los estadounidenses, tal vez pudo haber hecho «algo más» en otros rubros. Pero pareciera ser que una buena porción de los estadounidenses no tienen memoria y no recuerdan al nefasto presidente que antecedió al actual, y el cual fué el responsable en gran parte del sufrimiento del pueblo norteamericano. No puedo dejar de mencionar mi inclinación socialdemócrata y ser afín a las políticas y a la forma de pensar de Barack Obama, y tal vez eso sesgue un poco lo que esté opinando, pero a mi juicio el hasta ahora ha hecho una buena presidencia, ha tenido los pantalones que otros políticos a los que le gustan prometer (¿Quien no recuerda a Vicente Fox?) les faltaron. De lo que ya no estoy tan seguro es si el intelectualismo de Barack Obama es compatible con el norteamericano promedio. Tal vez ellos prefieren más «Liberty» y «Free Market» y menos «State intervention» y «Taxes».
Otra cosa Loable para Barack Obama a mi parecer es que ha aceptado la responsabilidad de la derrota. Pudo haber culpado a su antecesor y no lo hizo. ¿Cuando veremos a los políticos mexicanos hacer eso?.