¿Fascismo en los Estados Unidos?, ¡Aguas con el Tea Party!.

Oct 31, 2010

¿Es el fascismo posible en los E.E.U.U.?. Al parecer George W. Bush nos había dicho que sí. Seamos sinceros, su gobierno oscilaba entre la democracia y el fascismo. El gobierno de George W. Bush no dejaba de ser demócrata (había elecciones libres y su mandato terminaba a los 4 años de gestión) pero a la vez tenía rasgos fascistoides, como el Patriot Act que fué aprobada por el congreso estadounidense después de los atentados terroristas del 11 de Septiembre, entre muchos otros hechos que limitaron los derechos individuales de los estadounidenses.

Pero parece ser que ese olor a fascismo no se ha alejado de los Estados Unidos con la llegada del presidente «socialdemócrata» Barack Obama. Por el contrario ha surgido un movimiento llamado Tea Party Movement, el cual es un grupo de presión que aboga por la vuelta de los orígenes filosófico-constitucionales de los Estados Unidos. Obama ha sido el blanco de todas las críticas de este movimiento, sobre todo por el paquete del estímulo fiscal del 2009, y también por la reforma sanitaria del presidente que contempla darles a todos los ciudadanos una cobertura de salud universal.

El Tea Party está lidereado por grandes empresarios como los hermanos Koch, Dick Armey, y Robert Murdoch, dueño de la cadena Fox y de Wall Street Journal (medios que son ampliamente conocidos por ser de derecha y por su simpatía con el partido republicano). También hay gente conocida como el conductor de la Fox Gleen Beck o Sarah Palin, ex candidata a la vicepresidencia por los Estados Unidos. También cabe decir que este movimiento es apoyado por las iglesias más radicales de los Estados Unidos ¿Pero qué es lo que están pidiendo los integrantes del Tea Party, de los cuales el 98% son blancos?.

  1. Identificar la constitucionalidad en cada ley nueva que se apruebe
  2. Rechazar el comercio de emisiones (es decir, acabar con los incentivos que se dan a las empresas para que contaminen menos)
  3. La demanda de un presupuesto federal equilibrado
  4. Simplificar el sistema de impuestos
  5. Auditar a las agencias federales gubernamentales para la constitucionalidad
  6. Limitar el crecimiento anual en el gasto federal
  7. Rechazar la legislación sanitaria que fué aprobada por el congreso
  8. Autorizar la exploración de reservas de energías adicionales para eliminar la dependencia de recursos de energía extranjeros.
  9. Reducir los fondos destinados
  10. Reducir impuestos.

En resumen, los simpatizantes del Tea Party buscan implementar una agenda totalmente neoliberal en los Estados Unidos, donde se reduzca el papel del estado a la mínima expresión (excepto el sector militar), donde se mantenga la bajada de impuestos a las rentas más altas (es decir, que los ricos paguen menos), y de reducir los impuestos a lo mínimo posible a la población en general, lo cual pudiera ser atractivo para las clases populares.

Los integrantes del Tea Party odian a Barack Obama, no solo porque se contrapone con sus ideales reduccionistas del estado, sino que el presidente reune las características que ellos aborrecen: Es negro, intelectual y liberal. También lo que hace que este movimiento se relacione con el fascismo es que este movimiento aparenta ser corporativista (financiado por las grandes empresas) y porque sus dirigentes vienen de la burguesía de los Estados Unidos, a pesar de que estos tratan de aparentar que este movimiento está arraigado en la clase trabajadora. Y ni que decir de su postura de «nosotros tenemos la razón, ustedes están equivocados».

Personajes como Mario Vargas Llosa ven este movimiento como parte de la democracia. Podría ser así, pero a pesar de que yo no crea que este movimiento vaya a pasar más allá de tener sus 5 minutos de fama, si lo veo como algo peligroso para la democracia estadounidense por la ideología dura y radical que dejan entrever en sus idearios. Para mí el Tea Party significa que el fascismo en los Estados Unidos es algo posible por el número de militantes (influyentes) que tienen. No creo que se animen a tumbar al gobierno de Barack Obama, pero sí podrían ejercer presión para que uno de sus militantes sea el próximo presidente de los Estados Unidos y que como mínimo, vuelva a ser alguien como George W. Bush.