Sobre las mujeres (ligues y demás) Parte 4 «El lado oscuro que nadie quería escuchar»

Feb 15, 2010

La parte negra y oscura que nadie había querido escuchar

Bueno, sí, hay una cuarta parte sobre este controvertido tema de las mujeres. Ya hablamos sobre los ligues, el dinero, y de la seguridad. Es más, ya había publicado un estudio donde las mujeres dieron su opinión sobre estos temas, pero faltaba hablar sobre aquello que nos duele aceptar a los  hombres; porque si, los hombres nos hacemos los fuertecitos, pero la verdad es que si ante algo somos muy vulnerables, es ante el sexo femenino.

Dicen por ahí que el hombre no llora, pero me atrevo a decir que uno de los motivos por los cuales el hombre suele desahogarse es por las mujeres, de hecho ya en la cultura general y en el cine, es normal presentar al hombre que se desgarra por una mujer. El hombre no puede llorar por haber perdido una oportunidad de negocios, ni por perder una pelea, pero si tiene oportunidad de hacerlo cuando pierde a su amada querida, o cuando es engañado por una de ellas.

Cuando falla la estrategia

Todos los hombres tenemos una estrategia de ligue. Si bien unos piensan conquistar a la mujer en cuestión «a lo natural, o bien, a lo ahí se va», la verdad es que la mayoría usamos una estrategia previamente planeada para conquistar el corazón de las féminas. Y es que la verdad es tonto no tener una estrategia. Porque entre los factores para que una mujer te diga «si» o «no» no solo está tu personalidad, tu físico o el grueso de la billetera. También está el «donde», el «como» y el «cuando».

No hay una receta perfecta para poder conquistar a una mujer, todas las mujeres son un mundo y piensan de una forma distinta, pero uno, de acuerdo a la personalidad de la dama, puede ir planteando su estrategia para conquistar a esa mujer que le gusta tanto. Pero la mayoria de las veces en que se arruina una estrategia de ligue, se arruina, o porque el hombre se precipita mucho, o porque tarda demasiado tiempo en aplicar la estrategia.

Vayamos al primero de estos dos puntos. Cuando el hombre se precipita a la hora de aplicar la estrategia de ligue, lo hace por nerviosismo, o lo hace porque está tan enamorado, que no logra controlar sus emociones y hace que la mujer se asuste y rechaze al hombre. Generalmente el precipitarse denota falta de experiencia en el ligue hacia las mujeres, dado que hay que aprender a controlar las emociones y hacerlas florecer en el momento correcto, y para eso se requiere forjar una inteligencia emocional que solo se puede pulir con la experiencia.

El segundo punto, es cuando el hombre se deja ver lento. Mientras el que se precipita creé que debe arriesgarse de más y dejarse llevar, el que se deja ver lento denota inseguridad porque tiene miedo a poner en acción su plan de ligue. Lo que se le olvida al hombre de reacción lenta es que lo más probable es que tenga más competidores y por ende, será más fácil que le ganen a la mujer en cuestión mientras el vá a medio plan. El hombre de reacción lenta también es un inexperto, porque todavía no ha vencido esos miedos internos que surgen en «las primeras veces».

También hay un tercer punto, y es que es importante tener las emociones bajo control cuando se desea decirle a una mujer lo que uno siente por ella. Yo entiendo que es difícil decirles a las mujeres -Oye Ana, la verdad es que me gustas. Pero es clave y es muy importante que la declaración sea natural y convincente. Y no solo eso, hay que estar conscientes de que la respuesta puede ser negativa, y que también puede haber un espacio para la negociación, especialmente cuando la mujer emite una respuesta como «es que no se». Es importante no presionar a la mujer y respetar su opinión, el no hacerlo nos podría conducir al fracaso total.

La desilusión

Otra cosa que nos suele doler a los hombres es la desilusión. ¿Por qué?. Resulta que cuando uno se enamora, idealiza a la mujer. (como al igual, las mujeres idealizan a los hombres) ¿Como está eso de que la idealiza?. El hombre sube a la mujer a un pedestal donde el magnifica sus virtudes y niega (o minimiza) sus defectos; la ve como lo mejor que le podía pasar en su vida, como si fuera la última coca en el desierto.

Independientemente si el hombre logra conquistar o no a la mujer, las desilusiones suelen ser muy dolorosas. Porque cuando el hombre se enamora, se enamora de «el concepto de mujer» que tenía en su mente, y no necesariamente de la mujer real. Y para eso es importante que el hombre logre conocer a la mujer lo suficiente como para decidir elegirla como su posible pareja, así podrá sortear más fácil el paso del enamoramiento (ilusión) al amor (real) y podrá establecer una relación duradera. De lo contrario la desilusión será inminente.

Lo peor de todo es que muchas veces el hombre queda «enamorado» de la ilusión y tarda en comprender la realidad de las cosas. De esta forma el hombre puede aferrarse a una mujer que no le conviene o puede extrañar a esa mujer con la que no se le hizo, porque «está enamorado de su ilusión, del concepto idealizado, y no de lo que en realidad representa esa mujer».

El miedo a quedarse solo, y volver a empezar de nuevo (a buscar pareja), es uno de los principales motivos por los que el hombre no acepta una desilusión, y para evitar esto, ya lo dije, es importante conocer bien a la mujer en cuestión para no llevarse sorpresas. Es importante sondearla y evaluarla. Habrán momentos en que la mujer se pondrá a prueba, si no la pasa, te habrás dado cuenta que no era lo que te convenía antes de estar totalmente clavado con la mujer, y si la pasa, pues bienvenida sea.

Atención con algo, el que no te convenga, no significa que la mujer en cuestión sea una mala persona. Todos tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos. Pero es importante saber si vas a ser capaz de lidiar con los defectos de la mujer, y para eso es importante reconocerlos antes de dejarte sumergir por el enamoramiento.

Amigos, o algo más…

Pasa algo muy curioso, y es que me he dado cuenta, que las mujeres logran separar más lo que es una amistad de lo que sería una posible relación. Al menos más de lo que lo hacemos los hombres.

Son muy repetidas esas frases que dicen «es que yo te quiero mucho, pero como amigo». Y es que los hombres a veces queremos convertir una bonita amistad en algo más. Y no es que sea imposible dar ese salto, pero ojo con esto, si crees que por ser muy buen amigo de una mujer (que si se llevan muy bien, tienen años conociéndose) ya estás a un paso de conquistar a esa mujer, estás totalmente equivocado.

Es cierto que antes de conquistar una mujer, te la debes de llevar bien, en cierta forma debes de crear un lazo de amistad. Esto para que la mujer baje su retaguardia y sea más fácil de conquistar. Pero al tiempo en que ya has creado ese lazo, es importante comenzar la estrategia para dar el siguiente paso, que es el del ligue. Si haces lo contrario y decides forjar la pura amistad, deberá ser porque realmente lo que te interesa es su amistad y no algo más, pero si lo haces creyendo que al crear una amistad sólida automáticamente la vas a conquistar, vas por el camino erroneo, aunque claro, hay sus excepciones.

En conclusión, si deseas hacer la prueba, y buscar «ese algo más en una amistad» lo puedes hacer. Pero piensa que tus posibilidades no son tan amplias como puedes pensar, y pudiera haber el riesgo de perder esa amistad o que ya no sea lo mismo. Tu tomas la decisión.

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