El ganador fracasa, el perdedor no.

Dic 21, 2009

Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender.

Charles Dickens.

Los seres humanos solemos ver a los fracasos como si fueran algo malo. Es más, tenemos miedo de ser unos «fracasados», por que generalmente los fracasos llevan implícito cierta dosis de dolor que a veces no es tolerable para el ser humano, porque tal fracaso puede implicar una pérdida o una desilusión que orillará a la persona a tomar el tortuoso proceso de duelo y asimilación de la pérdida.

Cuando uno quiere salir de su zona de confort y quiere tomar un riesgo, sabe que existen dos posibilidades: El éxito y el sentimiento de gloria por el cumplimiento del objetivo, y el fracaso que no solo implica el no haber logrado tal objetivo, sino que puede implicar la pérdida de algo que ya se había obtenido antes, como puede ser cierta cantidad de dinero que se invirtió para un negocio.

Los fracasos duelen, y por eso los seres humanos no siempre queremos arriesgarnos a sufrir uno. Porque creemos que si no logramos el éxito llegaremos a ser unos fracasados. Pero la realidad es todo lo contrario. El perdedor no es aquel que fracasa, sino aquel que siempre se queda en su zona de confort y que no dá un paso adelante para poder obtener algo más. El perdedor cree que si se queda ahí parado no va a sufrir, pero todo lo contrario.

Alguna vez el perdedor verá como no logra obtener nunca lo que ha deseado, y se sentirá frustrado al igual que el que fracasa, pero a diferencia de este último, el perdedor sentirá un gran sentimiento de culpabilidad consigo mismo, porque el que fracasó al menos podrá de decir que lo intentó, y se puede ir con el honor en alto. El perdedor es el que ha perdido su honor.

Los ganadores técnicamente son unos fracasados. Ellos fracasan mucho más veces que los perdedores, pero porque se arriesgan más veces, y de esos malos momentos generan la suficiente experiencia como para que luego puedan lograr sus objetivos. Pregúntale a cualquier ganador, y no va a haber alguno que niegue haber sufrido una depresión o un momento de angustia por no haber obtenido lo que quería, no va a haber alguno que no se haya sentido alguna vez derrotado porque no fueron lo suficientemente capaces para poder enfrentar la adversidad. Pero también te responderán que ahora recuerdan con alegría esos momentos, porque fueron jústamente esas ocasiones, donde aprendieron y adquirieron sabiduría para saber resolver sus problemas.

El que fracasa no es un perdedor, porque los perdedores al no intentarlo nunca fracasan. Los ganadores en cambio, se la pasan fracasando, es más, ya se acostumbraron tanto, que lo ven como parte de su rutina diaria.