Dar pescado y no aprender a pescar.

Nov 4, 2009

En 1984 se llevo a cabo un concierto en Londres llamado Live Aid, Organizado por Bob Geldof, y donde varios grupos famosos como U2, Queen o Led Zeppelin actuaron en un concierto memorable, el cual es recordado hasta la fecha. Pero el propósito de este concierto falló estrepitosamente.

El propósito era recaudar dinero para ayudar a África. Y no es que no lo hayan logrado. Lograron recaudar bastantes millones, pero el problema fué que todo ese dinero que se envió al continente negro no sirvió para nada. África sigue sumido en la pobreza a pesar de todas las ayudas que ha recibido. Tan es así que una economista africana crítica de las ayudas humanitarias llamada Dambisa Moyo, escribió un libro llamado Dead Aid, donde explica como esas ayudas «humanitarias» están hundiendo al continente africano y que gracias a estas contribuciones, los gobernantes corruptos africanos pueden mantenerse en el poder.

En África, con un sistema tan corrupto, no se puede saber donde para ese dinero. Muchos gobernantes los utilizan para beneficios personales, o bien para acarrear gente. Pero al desentenderse de la población, no lo utilizan para el propósito que tenía ese dinero, que es ayudar a reactivar la economía.

Los tiranos africanos viven en mansiones de lujo mientras la población se muere de hambre y viven de la caridad de occidente, por lo cual, estos últimos no tienen ninguna motivación para progresar por sí mismos. Entonces, ¿de que ha servido toda la ayuda que reciben?.

El problema está en regalar el pescado y no enseñar a pescar. Lo mismo sucede en México cuando López Obrador regala despensas, o Felipe Calderón regala lavadoras a los pobres. Esa ayuda no se condiciona y por lo tanto la gente que recibe la caridad se convierte en inútil. Porque se queda acostumbrado a que le dén, y no se le invita a que aprenda a desarrollarse.

Por el contrario, cuando la ayuda va encaminada a que la gente tenga herramientas para «que aprendan a pescar», entonces es factible esperar un progreso. A una familia pobre se le puede dar dinero, condicionando que los hijos dejen de trabajar y estudien una carrera, se pueden ofrecer becas, e inclusive alimento para que la gente más necesitada esté en condiciones físicas para salir adelante. Pero esta ayuda deberá estar condicionada para asegurarse que vaya encaminado a generar independencia en los ayudados, y no codependencia.

Esto es lo que la izquierda mexicana parece no aprender (y que a la derecha a veces también se le olvida). Ellos prefieren regalar porque así generan una dependencia del necesitado para con los que buscan acarrearlos y usarlos como botín político. Y es el problema de los sindicatos que más que defender derechos, desean regalar privilegios a los trabajadores a cambio de fidelidad.

Esto no significa que se deban desmantelar el estado de bienestar. En los países desarrollados el sistema benefactor funciona (con sus bemoles), por que en gran parte procura que la gente esté en las condiciones propicias para salir adelante por medio de derechos laborales, seguro social, seguro para el retiro y otras muchas prestaciones. Por eso en los países europeos, a pesar de que muchos tienen la vida resuelta, siguen buscando crecer; y en cambio en los países latinoamericanos y africanos, el que recibe dinero, se queda estancado.

Imagina a dos familias adineradas. El padre de la primera familia le regala un coche a su hijo para que pueda pasear a las chavas, le regala la casa para que pueda vivir con su esposa sin preocupaciones, y por si fuera poco, le da dinero cuando el hijo le pide, ¿que pasará con este hijo cuando el padre no esté?. Por otro lado imagina a un padre adinerado que le ayuda con dinero al hijo para que ponga su negocio, si, le regala un coche, pero a condición de que lo utilice para ir a visitar a los clientes de su negocio, y le regala una computadora para su trabajo.

Los dos hijos son privilegiados, pero seguramente al primero le costará mucho más trabajo sobrevivir sin el padre que al segundo. Porque al primero le regalan el pescado, y al segundo le dan las herramientas para que se enseñe a pescar.