Sobre el mal aliento

Oct 14, 2009

Una de las cosas más desagradables que experimentamos los seres humanos, es cuando de pronto alguien nos quiere decir algo, y de pronto, ppftt, guaaccc. ¡oye cabrón, te apesta el hocico, lávate bien la boca!. Y es que el mal aliento es algo que experimentamos todos los seres humanos.

Existen dos tipos de mal aliento, bueno, ¡así se me hinchó la gana definirlos!: el ocasional y el crónico:

Mal aliento ocasional:

El ocasional es ese mal aliento que todos podemos tener a veces. Por ejemplo, siempre que nos levantamos nos apesta la buchaca, y eso es porque mientras dormimos, los virus y bacterias hacen su fiesta en la boca y se pegan a la lengua al dejarse de producir saliva. Por eso siempre que nos levantamos, sentimos una rara sensación en la boca. Pero esto siempre se vá con una buena cepillada de dientes y también de lengua.

Otro tipo de «tufo ocasional», es cuando nos enfermamos de gripa. De pronto nuestra nariz se congestiona de mocos, y eso lo pueden oler afuera. Este tipo de «mal aliento» es de los menos fuertes, y también se presenta como crónico en el caso de las personas que sufren sinusitis o tienen problemas con la nariz.

A veces cuando comemos cierto tipo de comida, como cebolla, mucho alcohol, bebidas gaseosas, fumar cigarro, o tomar café, nos puede llegar a oler la boca. Sobre todo el cebollazo es bastante desagradable, por eso les recomiendo no platicar mucho después de haber comido cebolla porque ese olor a pescado muerto, guaac!!. O que decir del típico jefe al cual le huele el hocico porque se hechó su café y su cigarrito mañanero. También estos tipos de mal aliento se van simplemente lavándose los dientes, o al menos se pueden disimular mascando algun chicle.

Mal aliento crónico:

Dicen por ahí que el 50% de los seres humanos llega a padecerlo, y quien llega a sufrirlo vive en desgracia. Porque en la mayoría de las ocasiones, el que lo sufre no lo sabe, y porque puede llegar a sufrir problemas sociales, dado que no a mucha gente le agrada estar platicando con alguien al cual le apesta la boca.

El olor a podrido, es causa de una mala higiene bucal. Es ese olor a azufre que tanto asco dá, y lo vemos mucho en las personas humildes que por sus bajos recursos, no cuidan su dentadura como deberían; pero también lo vemos en gente que simplemente no se lava los dientes, no se los sabe cepillar, o bien, nunca ha ido al dentista. Muchas veces no basta con una cepillada, porque los malos hábitos acostumbrados por años hacen que se formen sustancias o se infecten las encías, para lo cual es necesario ir al dentista.

Hay otros olores donde la víctima del tufo no tiene el control sobre su problema, porque no lo detecta, y simplemente porque la mayoría de la gente no se atreve a decir a alguien que le apesta el hocico. Además estas personas tienen buena higiene bucal, pero el problema es que el mal aliento no viene de la boca, sino que viene del hígado (si no fíjense como les apesta el hocico a los alcohólicos), del estómago, de un problema de diabetes, de los riñones o por padecer cancer. Lamentablemente estos suelen ser los más fuertes y los que causan más nauseas a los que lo huelen.

Pero si todos somos víctimas potenciales de este mal, ¿Que podemos hacer para evitar el mal aliento?.

1.- Lavarse los dientes 3 veces al día, junto con la lengua, y de preferencia usar hilo dental para remover todo lo que queda entre las encías.

2.- Ir con el dentista 2 veces al año.

3.- Si presientes que alguien hace cara de fuchi cuando platicas, no temas en preguntarles a tus seres más queridos que te digan, para que tomes cartas en el asunto.

4.- No fumar. Porque los fumadores tienen más riesgos de padecer mal aliento crónico.

5.- No exceder en el alcohol, tomar con moderación y hacerlo con alimentos de por medio.

6.- Consumir grasas con moderación y evitar lo más posible el consumo de ajo y cebolla.

7.- No permanecer muchas horas sin consumir alimentos. Es importante hacer colaciones entre comidas para que la boca no se reseque, o al menos mascar gomas, lo cual ayuda también.

8.- Tomar agua constantemente

Y con estas medidas, lo más seguro es que no te tendrás que preocupar por el mal aliento.