Echeverría, otro caso mas de impunidad.

Mar 28, 2009

Cuando se hablan de conflictos sociales, el debate se suele polarizar y dividir en dos contendientes (gobierno represor vs manifestantes con causa social o gobierno aplicando estado de derecho vs terroristas o subversivos inadaptados). Cada caso es diferente, porque no son las mismas circunstancias en los que se desarrollan estos enfrentamientos, pero las posiciones son las mismas, porque muchas veces estas están formadas por ideologías y no por la razón.

El caso de 1968 da mucho de que hablar. En esa época existía un gobierno autoritario y un creciente descontento social. También existía la guerra fría, y las secuelas se presentaban en nuestro país igual con células comunistas, que con células infiltradas de la CIA, y el movimiento del 68 tuvo que ver con estas dos (aunque no del todo, porque muchos estudiantes luchaban únicamente contra un gobierno autoritario).

Algunos todavía se atreven a justificar el crimen que cometieron Díaz Ordaz y Echeverría al asesinar a cientos de estudiantes que se manifestaban en Tlatelolco, se dicen muchas cosas: que de esta forma se contuvo el comunismo y se evitó una catástrofe mayor, que los estudiantes no fueron pacíficos del todo, que las manifestaciones no tuvieron algún orden. Pero lo que no se puede poner en tela de juicio es el crimen que cometió el gobierno. Los manifestantes antes de ser comunistas, anarquistas, o anti-gobierno, son seres humanos a los que se debe de respetar la vida.

A diferencia de muchos otros movimientos, donde los hechos dan material para tomar posiciones ambivalentes como el caso de la APPO, o la insurgencia zapatista; en la masacre del 68 eso no se puede hacer, dado que los hechos (la masacre) va por encima de cualquier ideología, o cualquier debate sobre lo que son los «derechos humanos». Incluso dentro (solo dentro) de Estados Unidos nunca se llegó a combatir de tal manera el comunismo (se realizó de otras formas un poco mas «pacíficas), aparte de tomar en cuenta que al menos la mayoría de la manifestación no fue comunista, la lucha por la dictadura de proletariado solo se manifestó en algunos sectores (al contrario de lo que indicaba la imaginación y la paranoia de Ordaz).

Es por esto que resulta indignante que se exonere a Echeverría; y él, tanto como Ordaz, queden impunes de un crimen que cometieron. Y también da de qué hablar que el PAN, que en el 68, estuvo en contra de la masacre y de la intervención militar en la UNAM, ahora, si bien, no significa que estén a favor del crimen cometido, se muestren indiferentes, y no permitan que un hecho doloroso en la historia del país se pueda al menos cerrar con justicia. Esto no significa que no existieran manifestantes que realizaron actos violentos o que invocaran al desorden, pero existe una diferencia muy grande entre sus desaciertos, y los del gobierno.

Se dice que este movimiento fué el inicio de la democracia, y marcó un parteaguas. Yo diría que si, pero «a medias». Creo que a estas manifestaciones les faltó organizarse y ser mas propositivos. El «Únete Pueblo» no fué suficiente, y las consignas tampoco, faltó decir ¿como se tenía que hacer para que tuviéramos un gobierno democrático y justo?. Las «erres» del PRD y del PRI son muestras de que este movimiento no llegó a consumar del todo, la búsqueda de la democracia. Durante mas de 30 años, se ha seguido con la misma ideología pseudorrevolucionaria como una forma de cohesionar a la sociedad, y si bien, el 68 si tuvo su grano de arena en la consumación del fin del autoritarismo priísta,  también lo fueron los descontentos posteriores, la pérdida de credibilidad en el régimen ocasionado por los pésimos gobiernos de López Portillo, Echeverría, y Salinas, y las presiones internacionales.

Una muestra de que la democracia actual no se ha llegado a consumar totalmente, es la misma impunidad que permite a Echeverría no ser castigado. Es cierto, ya existe mas libertad de expresión, ya existe oposición, y la voz del ciudadano al menos se alcanza a escuchar a lo lejos. Pero todavía hay signos del añoranza al autoritarismo priísta.