La Iglesia – Tan humanos como los humanos

Mar 17, 2009

Si bien no soy ateo y creo que existe un Dios, no soy una persona religiosa, en cuanto a que mi vida no gira en torno a los preceptos de una religión, ni a rezar padresnuestros o rosarios, ni soy de los que rezan a un dios para que algo bueno suceda; de hecho siempre me he sentido muy ajeno a aquellos que van y rezan a los santos, o piden para que les vaya bien en su vida. Y ese sentimiento de no pertenencia, no se da en parte porque crea que son personas que se encomiendan a Dios porque no tienen el control de su vida o tengan una baja autoestima (si que los hay, pero si que hay muchas personas que son dueños de sus acciones y de todos modos rezan), sino porque en mi experiencia he visto que el destino es una combinación de actitud propia en conjunto de circunstancias externas dentro de la naturaleza.

Pero por otro lado, tampoco soy de los que cree que la Iglesia es un instituto creado únicamente para manipular conciencias y para utilizarlas como carne de cañón como muchas personas suelen afirmar (aunque algunos dentro de ella si lo hayan hecho, o que la Iglesia en alguna etapa de la historia haya tomado esa postura), descalificando automáticamente su opinión en cualquier ámbito. Y es cierto, existen muchas cosas negativas de la Iglesia, tanto históricas (como la Inquisición y Cacería de Brujas) o actuales (los casos de pederastía), pero también existen acciones positivas que no se toman en cuenta, como las misiones para apoyar a los menos afortunados, y el esfuerzo por mantener viva la institución llamada familia.

La Iglesia creo que es una institución necesaria en el equilibrio humano, así como también es necesaria su contraparte. Si bien es indeseable para la mayoría una sociedad teocrática y rígida; también su ausencia total provocaría la ruptura de un equilibrio que podría terminar en una decadencia. La Iglesia y su contraparte, son tan necesarias, como es la alternancia de la derecha e izquierda política en el ámbito democrático.

El problema con la Iglesia, es que al ser una institución «santificada», se espera la perfección de ella. Y es por eso que cuando la sociedad se entera de los casos de pederastía por poner un ejemplo, se generaliza y se califica a la Iglesia Católica como «pederasta»; o cuando vemos algun comentario radical de algún obispo (como esos que dicen que Harry Potter es satánico), entonces se considera que la institución en su conjunto es radical y demasiado rígida. Pero creo que lo que no parecen aceptar las dos partes, es que la Iglesia es una institución conformada por humanos que se equivocan, que tienen intereses y ambiciones.

Un ejemplo de la imperfección es el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, que manda a desalojar a los alumnos del Cervantes Colomos porque los terrenos son de la arquidiócesis (donados por esta escuela), sin haber esperado que terminara el ciclo escolar como habían pactado (gracias a lo cual los alumnos perderían un año escolar); que dice que ser rico es pecado; que viaja en primera clase en avión (mientras sus subordinados no lo hacen), o bien, que en las confirmaciones no quiere que los confirmados pasen por el centro al inicio de la misa, para que el pueda lucirse con su cara de arrogancia. Sin duda este cardenal, junto con la gente que lo apoya, como el gobernador Emilio González Márquez, ha desprestigiado mucho a la Iglesia Católica en la ciudad, al igual que lo ha hecho en la capital el cardenal Norberto Rivera al encubrir casos de pederastía, y el creador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel quien llevaba mucho más que una «doble vida».

Estos sucesos, en realidad no son nuevos. Siempre, en la historia de la Iglesia Católica han existido este tipo de casos, los cuales dicha institución ha evitado a toda costa que salgan a la luz (como notable excepción, el caso del padre Marcial Maciel). Pero así como existen historias trágicas, también existen aportaciones a la humanidad, no solo como las mencionadas anteriormente, sino aquellas artísticas y culturales (la arquitectura de las iglesias como catedrales o conventoso son dignas de admirarse) e históricas.

La Iglesia tiene un poder muy grande, y es la fé de todos los creyentes. Es por eso que también no es deseable que esta sea el centro de los quehaceres del estado, porque siempre las concentraciones de poder son perjudiciales, al igual que el comunismo que tanto descalifica. La Iglesia, como cualquier institución, puede y debe tener libertad de expresión como cualquier organización; pero debe de estar separada del estado. Puede construír sus templos, monasterios y escuelas donde imparta sus creencias así como lo hace cualquier organización o religión, y no deberá ser reprimida por el estado.

La Iglesia a fín de cuentas es constituída por humanos que se pueden equivocar. No es una institución perfecta y sin errores, pero tampoco significa que se deba extirpar de la vida humana lo antes posible. Y creo que si la vemos a partir de eso, es mas probable que se pueda conocer su influencia con mayor objetividad, siendo o no creyentes.