Es Terrorismo, ¿y ahora que?

Sep 21, 2008

No es necesario profundizar en raíces etimológicas ni en corrientes filosóficas. Lo que ocurrió en Morelia fué un acto terrorista. Los narcos o quienes hayan sido quisieron sembrar temor en la sociedad y lo han logrado; la gente está atemorizada, pide medidas radicales como una forma de expresar el coraje por la pérdida de vidas inocentes que no tuvieron la mas mínima culpa.

El terrorismo es una nueva realidad que estamos viviendo, y tenemos que visualizarlo porque se ha convertido en un enemigo (no totalmente nuevo) a atacar; y  es la consecuencia (inminente) de la corrupción, del narcotráfico, y de las muy marcadas clases sociales que hay en el pais. Es el resultado del modelo de nuestro país (como un todo), el resultado de nosotros mismos como sociedad y todo lo que nos rodea.

Será necesario tomar medidas enérgicas para evitar que este cancer se siga expandiendo, pero estas medidas no deberían ir en torno a medidas correctivas nada mas, sino a medidas preventivas y también buscando eliminar «The Root of All Evil» (La raíz de todo mal).

Ante estos hechos, debemos de actuar con frialdad y no dejarnos llevar por las emociones:

¿Por que sigo insistiendo mi oposición a la pena de muerte?. Yo entiendo a los sectores de la sociedad que piden la pena de muerte, incluso uno en algún momento la visualiza cuando se entera de los hechos por el coraje que provoca. No se trata de «compadecerse» de los criminales, sino que para reducir o eliminar este tipo de problemas es importante ante todo la estrategia y la frialdad, y en una sociedad donde prevalece la corrupción y la impunidad, esa medida será poco efectiva (dado el muy bajo porcentaje de arrestos) y por los efectos contraproducentes (sentencia a inocentes) que se podrían generar. Ya antes he comentado propuestas que se podrían elaborar para evitar que «mantengamos a estos criminales», argumento válido de los que están a favor de la pena de muerte.

No creo de todos modos que esta medida se aplique dado que varios de los sectores fuertes de la sociedad están influídas por formas de pensar que no visualizan la pena de muerte (La izquierda y la Iglesia Católica).

También se debería evitar en la medida de lo posible, la reducción de la privacidad de la comunidad como ha ocurrido en Estados Unidos con la (Patriot Act) al momento en que se necesiten tomar medidas duras (que son necesarias para acabar con esto). Granados Chapa en su artículo en Reforma dijo una frase interesante: Creer que hay un enemigo interno al que se declara la guerra conduce a la dictadura. Esta frase la podemos ver aplicada en las dictaduras comunistas (los capitalistas), nazis (los judíos), o en la reducción de derechos de los estadounidenses (Al-Qaeda). Claro que estamos en un problema al cual debemos meter el acelerador, pero aquí es donde debe de entrar la sociedad como entidad que vigile al gobierno en los procedimientos, y no como una aceptación sumisa causada por la impotencia.

Nuestro papel es importante ahora, no se trata de salir a la calle con machetes ni a querer cambiar el mundo uno por si solo, mas bien debemos hacer esas «pequeñas diferencias» que juntas hacen una grande.

Debemos empezar a pagar impuestos y a exigir al gobierno que los use bien, debemos aprender a denunciar injusticias, debemos de dejar una lado la cultura de la mordida y la corrupción, debemos evitar que nuestros hijos o amigos caigan en las drogas (dado que parte del mercado de los narcos es mexicano); debemos de hacer muchas cosas. Es el momento en que la sociedad tiene que actuar y tiene que ser fuerte, y no un ente inerte que deja que «el gobierno lo haga todo», ¿les suena?. Es el momento de quitarnos las etiquetas de Panistas y Perredistas y mas bien unirse para pedir resultados.

Felipe Calderón está en un momento crucial, tiene dos escenarios negativos, y uno positivo. Puede ser visto como un presidente que no pudo con sus promesas (en la lucha contra el narco), puede ser visto como una copia mediocre de George W. Bush si en su «mano dura» se reduce la privacidad; o bien, puede ser visto como un buen presidente (cosa que casi nunca ha habido), esto siempre y cuando incluya a la sociedad en la batalla contra el narcotráfico y terrorismo.