Naomi Klein Inc. (No Logo)

Ago 3, 2008

Estoy terminando de leer este interesante libro de Naomi Klein, el cual forma parte de la biblioteca de todos los globalifóbicos alrededor del planeta. Pero también es una fuente interesante para los mercadólogos y publicistas para conocer los movimientos antipublicitarios, y ¿por que no?, las estrategias maquavélicas de las empresas que no son comúnmente contados en los libros académicos.

El que este libro sea interesante y que recomiendo es una cosa, pero el que no esté de acuerdo con todas las aseveraciones que hace en el libro Naomi Klein es otra. Es cierto que siempre he sido crítico del liberalismo económico, pero creo que las afirmaciones de Naomi Klein son exageradas, como si el mundo se fuera ir directamente al cataclismo por la invasión de las marcas.

Las Marcas nos Invaden.

Es cierto que las marcas invaden nuestra vida, pero yo creo que es simplemente parte de la evolución humana. Yo soy escéptico a «Just do it» o a «Think Different», pero si las marcas están ahí anunciándose, ¿que importa?, es responsabilidad de uno si las toma o no. Lamentablemente siempre ha existido, existe y existirá gente poco crítica y que se deja llevar por las modas, y gente que no; lo hubo con la religión, con la política, y ahora es el consumismo.

En esta parte, con lo que concuerdo con Naomi Klein es su preocupación en cuanto a que las marcas quieran influír en el sistema educativo inmiscuyéndose en los programas (me recuerda al episodio de los Simpsons donde en un futuro imaginario, un profesor enseñaba a sumar con botellas de Pepsi), y penetrando en la cultura.

Sweatshops

Sobre las fábricas de Nike, entre otras en el Tercer Mundo, hasta cierto punto si comparto su preocupación. A mí siempre se me va a ser inhumano que exista gente que trabaje mas de 14 horas por un mísero sueldo Las multinacionales buscan su máximo beneficio, y yo creo que si debería haber una mayor regularización en torno a este problema, pero también se debe tomar en cuenta es que si un vietnamita acepta trabajar en una sweatshop, es porque afuera no existen otras opciones.

Esto no justifica para mí los trabajos de 14 horas, ni los niños empleados en estas factorías; a fin de cuentas los derechos humanos son los derechos humanos, y es cierto, no se debe esperar pagar a un habitante de Bangladesh un sueldo de primer mundo; pero si debería haber límites en cuanto el número de horas trabajadas y el trato que se les dá a estas personas.

Trabajos Temporales

Veo este aparado del «No Logo» con ambiguedad. De que existe menor seguridad laboral, es muy cierto. Que hay menos prestaciones, también lo es. Pero siento un velo de nostalgia por las cosas como eran antes, y yo creo que la flexibilización laboral y la subcontratación es también un signo evolutivo (Ver Alvin Toffler y la Tercera Ola), la parte en la que yo me preocupo es en el apartado de la seguridad social y la crisis del estado de bienestar, que pienso que no debería de desaparecer, sino mas bien, que se adapte a la nueva realidad, para que esta flexibilidad sea un aliciente para el progreso de la sociedad, y no un temor.

Nosotros los jóvenes ya hemos descartado la idea de «trabajar de por vida para una empresa», y tiene razón Naomi Klein en decir que a nuestros padres les afecta mas que a nosotros, porque ya absorbimos esa nueva realidad.

Logros de Naomi Klein

A pesar de la poca objetividad del libro (se ven las cosas desde un solo punto de vista), no debemos olvidar que ella forma parte de un movimiento (junto con el altermundista de Seattle), que ha obligado a las empresas mostrar un rostro mas «humano» ante las críticas cada vez mas crecientes. A ella en parte se le puede atribuír el credito de que las empresas han creado campañas de responsabilidad social (hoy tan de moda), que se puede pensar que es una hipocresía, pero que pragmáticamente si generan mayores aportaciones a la sociedad que a fines de los noventas. Ejemplos como los de apoyo a instituciones contra el cancer, sectores vulnerables, o incluso la regularización de maquiladoras por parte de algunas multinacionales han sido las afortunadas consecuencias de esto.

Creo que este libro debe de ser leído, pero recomendaría congeniarlo con alguna opinión contraria, para sacar el jugo a «No Logo»