Renovando la Izquierda

May 11, 2008

Este fin de semana, México se despertó con una buena noticia, y es que Jesús Ortega al parecer ganó las elecciones del PRD, si bien no conozco del todo al «chucho», me parece mas moderado que lo que plantea López Obrador, el cual si bien no ha utilizado la violencia, si ha mostrado signos de autoritarismo, y lo que es mas, que no plantea soluciones a lo que propone.
Cuando decía que la oposición de AMLO parecía ser necesaria, me refería a que es mejor una magra oposicion a que no la haya; pero si es mejor una oposición con una izquierda moderna y renovada, a aquella que no ha logrado superar el «echavarriato». Y es que a México le urge una izquierda que ayude a reducir la vergonzosa distribución de la riqueza que tenemos, que mas que culpa del libre mercado, es culpa del corporativismo, y del compadrazgo, gracias al cual, la gente ve con malos ojos las privatizaciones, que en teoría deberían de funcionar cuando se hacen bien, y que por eso mismo yo externo mi preocupación ante la entrada de inversión privada a Pemex o privatización o lo que sea. Sería deseable que entrara inversión extranjera contratada si todo se hiciera con cuentas claras, pero los mexicanos no queremos otra de esas pseudoprivatizaciones y por eso entiendo la incertidumbre de mucha gente ante el futuro de Pemex

Pero bueno, regresando al tema. El principal problema que ha tenido la izquierda es el idealismo, el creer que con revoluciones y cambios drásticos se va a solucionar los problemas. La izquierda en la mayoría de los casos ha desconocido la esencia del ser humano, el cual se mueve por su propio interés. Y tal vez en base a esto se debería replantear sus estrategias, para llegar a los fines que quieren llegar, como reducir la pobreza y aumentar la igualdad.

Por eso el que llegue un López Obrador regalando despensitas a diestra y siniestra no va a ayudar al crecimiento del país. Pero tampoco hay que creer que la inercia del mercado va a solucionar la injusticia social como suelen pensar los panistas (si es que les interesa). La solución es no castigar al abusivo, porque mientras haya un debil, habra un fuerte. Lo que se debe de hacer es buscar la forma de redireccionar la natural ambición del ser humano para que esta beneficie a una mayor parte.

Los ingleses ponen el ejemplo con su sistema de salud pública. ¿como un sistema de salud público puede funcionar mejor que uno privado?, porque existen mecanismos que fomentan la competitividad, por ejemplo incentivos a los doctores que curen mas pacientes. Y por otro lado los «neoliberales» en este apartado también parecen desconocer la naturaleza humana. El sistema de salud privada es algo peculiar. Una competencia entre dos empresas es benéfica porque satisfaciendo al mercado ellos generan ingresos, pero en el sistema de salud ocurre que a la hora de satisfacer las necesidades de un asegurado, estos pierden dinero, y las empresas privadas se balancean entre ofrecer un buen servicio para atraer clientes, pero también buscar la forma de gastar el menor dinero posible en cubrir las enfermedades de los pacientes. Un ejemplo lo vemos en las aseguradoras que cobran mas a los no fumadores. Entonces el riesgo es que estas empresas podrían utilizar la llamada teoría de juegos y ponerse de acuerdo entre estas empresas para cubrir hasta cierto punto los gastos por accidentes para que obtengan su máximo beneficio.

De esta forma, como lo hace el sistema de salud pública del Reino Unido, la izquierda debe de entender el egoísmo natural del ser humano. Es decir, debe aceptarla, pero enfocarla y redireccionarla para buscar el beneficio de los pobres y las mayorías. Y esto es lo que no entiende López Obrador, que ve a todos los ricos como sus adversarios, y no busca mejor negociar para que su ambición ayude a la mayoría. Pero también hay que aceptar que los ricos tienen que hacer su sacrificio, como pagar impuestos y no beneficiarse de los monopolios.

Esto lo empieza a entender la izquierda moderna, la cual puede sostener un estado de bienestar, buscando un equilibrio entre la búsqueda de igualdad y la competitividad mediante impuestos, pero también aprovechando la misma energía del mercado para redistribuír la riqueza.

Ojalá la llegada de Ortega y no Encinas, sea el inicio de la madurez del PRD, que empezó bien su camino, pero se tambaleó con la llegada de López Obrador. Hay tiempo, y es indispensable la izquierda en México, es necesario que haya quien apoye a los pobres, pero conociendo la esencia de la humanidad, y no bajo los sentimientos megalomaníacos.